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La Policía busca al cabecilla de la mafia georgiana que huyó debido a una falta de coordinación

  • La operación sigue abierta y ya hay cerca de 80 detenidos en toda Europa
  • La Policía cree que el huido iba a sustituir Kalashov al frente de la mafia rusa

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Ya son 80 los detenidos acusados de formar parte del grupo delictivo de origen georgiano relacionado con la mafia rusa

La Policía busca al que considera cabecilla internacional de la mafia georgiana desmantelada este lunes con la Operación Java, coordinada desde España y en la que han participado seis países europeos.

En la operación, que continúa abierta,  ya se ha detenido a casi 80 personas, 24 de ellas en nuestro país. Los arrestados en España ya han empezado a prestar declaración en la Audiencia Nacional ante el juez Fernando Grande-Marlaska, encargado de la instrucción.

Según el fiscal jefe de Anticorrupción, Lasha Shushanasvili consiguió escapar porque "no ha habido la coordinación adecuada para detenerle. Estaba en Europa, en concreto en Grecia, pero ahora ya no se sabe dónde está", ha dicho Antonio Salinas. 

Faltó la coordinación adecuada para detener al jefe internacional de la banda

Su hermano Kakhaber era el actual líder de la organización criminal en Europa y sí fue detenido el lunes en Barcelona, desde donde la banda dirigía todas sus actividades en el continente, como ha informado este martes el fiscal Anticorrupción.

Conexión con la mafia rusa

Lasha, según el comisario jefe de Anticorrupción y Crimen Organizado de la Policía Judicial, Eloy Quirós, era el sucesor más probable del ruso Zakhar Kalashov, líder de una de las siete mafias más importantes procedentes de la antigua Unión Soviética.

Kalashov fue detenido en España hace cuatro años y ahora está pendiente de una sentencia por blanqueo, aunque el pasado día 2 fue puesto en libertad bajo fianza después de pasar cuatro años en prisión provisional. Lasha iba a sustituirle mientras él estuviese en prisión, según la Policía española.

Una banda "muy bien organizada"

El fiscal Salinas ha destacado la buena organización del grupo criminal. "No resalta tanto por la cantidad de dinero que movían en este momento, sino por su organización para crear riqueza", ha explicado. La banda "no estaba en el cénit de su desarrollo, pero sí estaba muy bien diseñada para desarrollarse y crecer en España", ha concluido.

Se trataba de un grupo muy numeroso y bien desplegado por Europa, cuya actividad principal era el robo de joyas y artículos de lujo.

La mayoría de los delitos se cometían fuera de nuestro país, ha señalado el subcomisario de Anticorrupción de los Mossos d'Esquadra, José Luis Trapero, pero "en España se recogía y guardaba su fruto".

Aquí, el beneficio obtenido se blanqueba a través de joyerías (la más importante, en Barcelona), restaurantes, negocios de paquetería y talleres de vehículos.

Una 'caja común' para mantenimiento

El comisario Quirós ha subrayado que por primera vez se ha comprobado la existencia de una "caja común", la Obschak o "caja de los ladrones", que ya se había intuido en anteriores operaciones contra las mafias de países del Este.

En cada país, se destinaba un dinero a esa caja común controlaba por el jefe nacional correspondiente, pero también por el jefe europeo, en este caso, Kakhaber Shushanasvili.

El dinero acumulado en esa caja se destinaba a pagar gastos de mantenimiento de la organización.

Delitos que varían según el país

En España se les atribuyen delitos por asociación ilícita, blanqueo de capitales, extorsión y falsificación de tarjetas para luego cometer otros delitos. Además se investiga su posible implicación en tráfico de drogas y de armas, aunque aún  falta confirmarlo con el análisis de la abundante documentación que se ha incautado en más de un centenar de registros realizados en toda Europa.

El resto de países participantes en esta operación -Alemania, Austria, Suiza, Francia, Italia- mantienen investigaciones autónomas sobre los arrestados en su territorio y han abierto su propia causa penal.

Así, por ejemplo, en Francia, donde se han producido tres arrestos, se les imputa un delito de conspiración al asesinato por un ajuste de cuentas ocurrido en Niza hace tres semanas y cuya investigación aún no ha concluido.

En Alemania, un dispositivo de 250 agentes ha detenido a 17 personas y se ha incautado de 20 toneladas de productos de lujo, sobre todo, cosméticos, alcohol y tabaco. También han confiscado 120.000 euros en efectivo y mucha documentación sobre el funcionamiento de la caja común.

"Una operación modelo"

Todos los presentes en la rueda de prensa de este martes (representantes fiscales de España, Francia y Alemania, y altos responsables de las policías austriaca, germana, gala y española) han destacado la Operación Java por la total coordinación policial y judicial entre varios países, como "un ejemplo" de lo que debe hacerse en Europa para luchar contra el crimen organizado.

Ha sido una operación plurinacional, conjunta y ejecutada de forma simultánea, han asegurado. "No se va a terminar hoy", ha advertido el magistrado de enlace de Francia, Patrice Olivier. "Queda mucho trabajo por hacer para localizar e incautarnos de todos los bienes de estas organizaciones, porque las personas pueden sustituirse, pero el patrimonio es la razón de existir de esos grupos criminales".

En nuestro país, más de 170 efectivos de la Policía Nacional, los Mossos d'Esquadra y la Ertzaintza trabajaron "con una coordinación perfecta", según el comisario Quirós, para mandar un mensaje claro a estos grupos criminales: "España no es un país tranquilo para desplegar su actividad delictiva".

La Operación Java es la cuarta desarrollada en España desde el año 2005, después de las Avispa I y II, y la Operación Troika. Entre todas, ya se superan el centenar de detenidos en nuestro país.