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Micheletti admite que la forma en que se sacó a Zelaya de Honduras fue error

  • Según el gobernante de facto, los militares deberían haberlo llevado a los tribunales
  • Micheletti también aprovechó para criticar al presidente venezolano y al brasileño
  • Zelaya permanece refugiado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa 

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El gobernante de facto de Honduras, Roberto Micheletti
El gobernante de facto de Honduras, Roberto Micheletti

El presidente de facto de Honduras, Roberto Micheletti, ha admitido que la forma en que los militares sacaron de Honduras al gobernante depuesto, Manuel Zelaya, el 28 de junio pasado "fue un error", en una entrevista a la revista brasileña Veja, que se puso en circulación.

"Sí, fue un error.  Los militares deberían haberlo llevado a los tribunales, pero decidieron sacarlo del país para evitar un derramamiento de sangre. Por eso decidieron llevarlo a Costa Rica. (En Honduras) No habría una prisión segura para él", afirmó Micheletti.

El gobernante de facto recalcó que él no tuvo responsabilidad por esa acción, reiteró que ocupa la presidencia "obedeciendo a la Constitución" y que dejará el cargo el 27 de enero, después de ceder los poderes a quien salga elegido en las urnas.

Un "muñeco" del presidente venezolano

Micheletti también aprovechó para criticar a Zelaya, de quien dijo que es un "muñeco" del presidente venezolano, Hugo Chávez, quien "le insufló ideas de grandeza y también le dio dinero".

A Chávez lo acusó de ser "ególatra y megalómano" y de tener ilusiones de construir un imperio personalista, para lo que "ha vertido el dinero del pueblo venezolano en todos lugares, para comprar apoyo y consciencias".

El presidente de facto también criticó al jefe de Estado de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, por permitir que "Zelaya convocase a la insurrección y a la violencia desde el balcón de su embajada".

Además, negó que el Ejército hondureño haya lanzado gases dentro de la legación diplomática brasileña para forzar la salida del gobernante depuesto.

Zelaya permanece refugiado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa en calidad de huésped, desde el 21 de septiembre, después de que ingresara clandestinamente al país.

El Gobierno de facto hondureño ha lanzado un ultimátum para que Brasil defina el estatus de Zelaya, pero el Ejecutivo brasileño ha rechazado esta exigencia dado que no reconoce al Gobierno de Micheletti.