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El accidente de avión agudiza la tensión Francia-Comoras: historia de una descolonización fallida

  • Los dos gobiernos se enzarzan en una polémica por la seguridad aérea
  • Las relaciones se han tensado con el reciente referéndum en la isla de Mayotte
  • Francia reforzará ese dominio de Mayotte, que ahora divide a los comorenses

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El accidente aéreo en la ruta París-Comoras ha sacado a la luz las tensas relaciones entre el archipiélago y su antigua metrópoli en un ejemplo de descolonización fallida. Los dos gobiernos se han enzarzado en las últimas horas en una agria polémica.

Comoras es un archipiélago formado por cuatro islas principales en el Océano Índico, entre Madagascar y Mozambique. En 1975, una de estas islas, Mayotte, votó en contra de la independencia y las tropas francesas no se han retirado desde entonces a pesar de que Naciones Unidas se lo ha pedido reiteradamente.

Aún más, Francia tiene previsto dar un estatus oficial como Departamento (provincia) de Ultramar a Mayotte en el 2011, después de que lo aprobaran hace tres meses en referéndum los nativos de esa isla, más rica y estable que las otras tres (donde ha habido 20 golpes de Estado en estas tres décadas, muchos organizados por mercenarios franceses).

Debido a las restricciones impuestas por las autoridades francesas, miles de comorenses se echan a la mar en pateras para reunirese con sus familiares de Mayotte y entrar en territorio de la Unión Europea. Cientos de ellos de mueren en el intento.

Y por lo visto ahora, también arriesgan los afortunados que pueden acceder al avión, en este caso para volar a la Francia continental, donde se han instalado hasta 200.000 ciudadanos delarchipiélago.

En Marsella, Lyon o la Courneuve, un arrabal de París donde se concentran muchos de ellos, la indignación tras el accidente se dirigía contra las autoridades francesas de la aviación civil, porque ya habían advertido las precarias condiciones de los aparatos en los que se completaba el viaje a las Comores (llegaron a organizar el movimiento S.O.S. viajes a las Comores).

En este caso, el trayecto se inició en París en un moderno A330 y tras una escala en Marsella llegó a Sanaa, capital de Yemen (sur de la Península Arábiga). Allí, la compañía Yemenia embarcó a los pasajeros rumbo a Moroni en un A-310 que estaba alquilado a una filial de AIG, la gran aseguradora estadounidense casi en quiebra.

Ese aparato no tenía permiso para volar en Francia por sus deficientes condiciones. "Nos habría gustado que los franceses nos hubieran informado de cualquier problema con ese avión", declaró el vicepresidente Idi Nadhoim tras la tragedia.

El ministro de Exteriores francés ha respondido que "todo el mundo sabía que el avión tenía prohibido volar en Francia". "No es una cuestión de venganza", ha zanjado Bernard Kouchner.

Este jueves será recibida en París la única superviviente entre los 153 ocupantes del avión, Bahia Bakari, de 12 años, que sufre quemaduras leves.