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El 'Marqués de la Ensenada' llega a Kenia para entregar a los piratas somalís

  • El petrolero militar español 'Marqués de la Ensenada' les capturó la semana pasada
  • La Justicia española decidió que fuera Kenia quien los juzgara

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España entrega a los piratas

El petrolero español 'Marqués de la Ensenada', que forma parte de la operación Atalanta para la lucha contra la piratería, ha llegado al Puerto de Mombasa, en Kenia, para hacer entrega a las autoridades keniatas de los trece piratas que fueron detenidos por el navío español días atrás, según han informado fuentes del Ministerio de Defensa.

Según las fuentes citadas, la entrega se ha producido a las 10 de la mañana hora española. Los piratas detenidos han quedado bajo custodia de las autoridades de Kenia en virtud del acuerdo que para estos casos ha suscrito la Unión Europea con el país africano.

A disposición judicial

Ahora  pasarán a disposición judicial en en la ciudad africana de Nairobi, en virtud de un acuerdo firmado por la Unión Europea con Kenia, según una fuente jurídica local.

En principio, y hasta que sean presentados ante el juez, los detenidos pasarán a manos de la policía de Kenia y quedarán encerrados en Mombasa.

Una vez ante el juez, Kenia les aplicará sus leyes, "una práctica poco recomendable que comienza a ser habitual en este país", según el abogado Hassan Abdi, que ha defendido a algunos supuestos piratas y que considera que el cuerpo legal keniano no es el adecuado para juzgarlos.

Para él, la piratería seguirá existiendo mientras Somalia siga en la miseria y el caos político, carente de un Gobierno efectivo, situación en que se encuentra desde que fue derrocado el dictador Siad Barre, en 1991.

Kenia no debería juzgarlos

Con edades que rondan la veintena, unos cuarenta somalís acusados de piratería, entregados a Kenia por países de la Unión Europea y EE.UU., a los que se unirán los trece transferidos por España, están presos en la cárcel Shimo la Tewa, que comparte escenario con lujosos hoteles y ostentosas viviendas en la costa de Mombasa.

"Creen que Kenia es el país más preparado de la zona para asimilar todos estos casos, pero sus leyes locales no lo son y, si seguimos así, la cárcel de Mombasa se convertirá en un nuevo Guantánamo", indicó Abdi.

Según explicó, existen serios vacíos legales porque, a pesar de que Kenia ha ratificado la Convención de la ONU sobre Derecho del Mar, que penaliza la piratería, no ha revisado sus propias leyes para adaptarlas a esa normativa.

"Esto deja lagunas legales, como quién se hace cargo de los gastos del procesamiento y qué ocurre con los acusados una vez cumplen con su pena", señaló el abogado keniano.

Abdi es el primer letrado de Kenia que ha defendido a unos acusados de piratería en un tribunal local de Mombasa, proceso que concluyó ayer con la imposición de una pena de siete años para los diez condenados, que llevan ya tres años en la prisión costera keniana de Shimo la Tewa.

"Ése será, probablemente, el destino de los trece detenidos que transfiere España. Hay algo que aún me cuesta entender, y es por qué el país que les captura no aplica su propia jurisdicción", dice en tono crítico Abdi.

El letrado asegura que no ha recibido "nada de dinero" por defender a los diez piratas y agrega: "Siempre hay quien (en referencia a altos cargos, en un país donde la corrupción está muy extendida) recibe algo a cambio, pero no sé cuáles son los beneficios que obtiene Kenia de todo esto".

¿Por qué les juzga Kenia?

Sobre por qué Kenia recoge a los piratas, apunta que "probablemente los países occidentales, cuyas armadas los entregan, no quieren asumir tener que dar la nacionalidad a los acusados en caso de que sean juzgados y declarados inocentes",

Si se les dieran la nacionalidad, exclama, "al día siguiente tendrían cientos de jóvenes somalís convirtiéndose en piratas y esperando ser detenidos. Lo único que quieren muchos de ellos es poder salir de Somalia".

"Visito a mis clientes (los diez piratas que defendió) siempre que puedo. Creo que están felices, no están marginados dentro del centro", señala Abdi.

Son "felices" dice, al comparar su situación actual con su vida anterior, cuando malvivían y pasaban mucho más peligro como pescadores en la costa somalí, lo que les llevó a lanzarse a la mar "en busca de actividades más productivas", como la piratería.

"Ellos se definen como pescadores, de hecho muchos salen a secuestrar barcos con el equipo de pesca en el bote", recalca el abogado.