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Alberto Núñez Feijóo, el presidente gallego más joven elegido en las urnas

  • El nuevo presidente de la Xunta es el quinto en la historia de la Autonomía
  • El próximo sábado 18 de abril será su toma de posesión
  • Supone el fin del bipartito socialista de Pérez Touriño
  • Galicia ha estado gobernada por los 'populares' durante 16 años

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Alberto Núñez Feijóo es el quinto presidente de la historia de la Autonomía gallega y, con 47 años, el más joven de los elegidos en las urnas, aunque el socialista Fernando González Laxe --que accedió a la Xunta tras una moción de censura-- tenía 35 años cuando se convirtió en jefe del Gobierno gallego.

La asignatura más inmediata del nuevo presidentemás será la de hacer  frente al actual contexto económico y la de poner en marcha la reforma de las principales instituciones de Galicia que ha anunciado para esta legislatura.

El ya presidente electo de la Xunta sustituirá desde el próximo sábado, cuando tomará posesión de su cargo, al socialista Emilio Pérez Touriño, quien logró la Presidencia de la Xunta en 2005, tras alcanzar un pacto de gobierno con el BNG que acabó con la hegemonía de los 'populares' en Galicia durante 16 años.

16 años de hegemonía de los populares

El presidente fundador del PP, Manuel Fraga, fue quien lideró la comunidad durante este periodo, tras lograr en 1989 su primera victoria electoral. Desde entonces se sucedieron otras tres nuevas mayorías absolutas del PPdeG en las elecciones de 1993, 1997 y 2001.

El político vilalbés fue el segundo dirigente popular en presidir la Xunta ya que, en las primeras elecciones gallegas de 1981, el PPdeG superó al partido centrista al obtener 26 de los 71 diputados del hemiciclo, por los 24 de UCD, con lo que Gerardo Fernández Albor se convirtió en el primer presidente de la autonomía gallega.

El médico compostelano encabezó también la candidatura del Partido Popular en 1985 y obtuvo de nuevo el respaldo del Parlamento para continuar al frente del Gobierno gallego.

Tripartito socialista

No obstante, una profunda crisis de su Ejecutivo a mitad de legislatura, con la división del grupo parlamentario y la dimisión de la mayoría de los conselleiros, encabezados por el vicepresidente, Xosé Luis Barreiro Rivas, propició una moción de censura que otorgó la Presidencia al socialista Fernando González Laxe.

Tras este movimiento, Galicia vivió dos años de un tripartito compuesto por los socialistas, los nacionalistas de Coalición Galega (CG), ya desaparecida, y el Partido Nacionalista Galego (PNG), hoy integrado en el Bloque.

Además, antes del referéndum estatutario de 1981, en la etapa preautonómica, ocuparon la Presidencia de la Xunta Antonio Rosón y José Quiroga, a propuesta de UCD, que contaba con mayoría en la asamblea de los diputados gallegos elegidos en las elecciones generales. 

Carácter centrista

Para superar esta impresión, Feijóo ha rememorado en varias ocasiones su lugar natal --una pequeña aldea de Os Peares (Orense)-- y el carácter modesto de su familia, en la que él es el primer universitario.

Con el mismo objetivo, se desentendió de posibles "padrinos" políticos tan pronto asumió la Presidencia del partido y sostuvo que en su pueblo "no hay birretes", sector enfrentado tradicionalmente al de la 'boina', más próximo al ámbito rural. Incluso ha reconocido votar a Felipe González en las primeras elecciones en las que éste accedió al Gobierno central.

Así, tras ganar el congreso de sucesión a Fraga de forma contundente --logró el 96% de los votos en este cónclave después de imponerse a otros tres candidatos: Xosé Manuel Barreiro, Xosé Cuiña y Enrique López Veiga--, apostó por la renovación generacional, con el propósito de superar la división de las distintas familias populares y garantizar la unidad del partido, algo que da por conseguido y que presentó como su principal éxito en la pasada campaña electoral, tras la que logró recuperar la mayoría absoluta para el PPdeG.

Aunque coincide con su antecesor en declararse galleguista, Feijóo ha reivindicado en varias ocasiones su carácter centrista y reformista para dar una imagen menos populista del PP gallego.

Sus relaciones con el sector más moderado del partido son excelentes y, prueba de ello es que durante esta campaña electoral se rodeó de Alberto Ruiz Gallardón en varias ocasiones. Por el contrario, Esperanza Aguirre no visitó finalmente Galicia.