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"L'Aquila es una ciudad fantasma, todo son cascotes y reina el silencio"

  • El corresponsal de RNE en Roma relata lo que ve en L 'Aquila
  • "Encontramos a una señora que se había preparado los zapatos por si acaso"
  • "Hay 4.000 personas trabajando en la búsqueda y hay cierta descoordinación"
  • "No hay nadie en la ciudad. Han cogido las maletas y se han ido"
  • "No hay terror en los rostros de la gente, sólo desolación por la tragedia"

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"Llevamos una hora caminando por las calles de L'Aquila, una ciudad fantasma, después del terremoto de esta madrugada. Decenas de cornisas están a punto de caerse y todo son cascotes por el suelo. Lo que más impresiona es el silencio que reina en las calles, sólo interrumpido por pequeñas detonaciones bajo nuestros pies. Son las réplicas del seísmo, se han producido durante todo el día y una ha llegado a tener una magnitud de 4,1 grados en la escala Ritcher.

No hay nadie en las calles. Sólo nos hemos encontrado con un hombre que estaba en su casa, esperando tranquilamente a que vengan a por el sus hijos para salir de la ciudad y a policias que te prohiben pasar por una calle a la que llegas tras entrar por otra, siempre pisando cascotes. 

Impresiona escuchar en el silencio los teléfonos que suenan en en el interior de las casas vacías. En L'Aquila no queda nadie. Han cogido las maletas y se han ido. Muchos pasarán la noche en el coche. Otros, como una familia peruana con la que hemos hablado, han quedado abandonados a su suerte, sin ningún lugar al que ir. Otros, como unos estudiantes españoles, se han quedado sin ganas de seguir en Italia y dicen que volverán a España.

Los hoteles están cerrados y no hay gasolina en la ciudad. Los rostros de la gente no denotan terror. No tiene miedo, sólo están desolados por la magnitud de la tragedia. Intentan buscar algo de tranquilidad para ponerse a salvo, en un lugar seguro. Al principio han ido en busca de lugares abiertos, donde se han colocado las tiendas de campaña.

 

Hay unas 4.000 personas trabajando en la zona, pero hay mucha descoordinación. Hemos visto como unos policías con sus perros estaban completamente detenidos en el medio de la plaza y nos han dicho que no hacían nada porque no habían recibido órdenes de actuar, a pesar de la cantidad de desaparecidos que quedan bajo los escombros.

Nos encontramos con una mujer que nos cuenta cómo poco antes del terremoto ha notado un primer temblor, sobre las 02.00 horas. Ésta es una zona de mucha actividad sísmica por lo que los vecinos están acostumbrados. La mujer nos cuenta que ha tenido la intuición de preparase los zapatos, por si acaso tenía que salir corriendo de casa.

El temblor se ha sentido a muchos kilómetros de distancia. En la corresponsalía de Roma, donde yo me encontraba en el momento del temblor, he notado cómo se movía algo bajo la cama, pero no he sido consciente de lo que pasaba. Me cuentan que el seísmo ha sido percibido hasta en Nápoles, a más de 300 kilómetros de distancia de L'Aquila, epicentro del terremoto."