- 1980. Aplastante mayoría nacionalista
Durante estos cuatro años, el Gobierno vasco estará formado íntegramente por el PNV, liderado por Carlos Garaikoetxea, gracias a sus 25 escaños en la cámara de Vitoria. Aunque esta cantidad es insuficiente para gobernar en solitario, la suma del resto de fuerzas excepto Herri Batasuna no puede superarles, por lo que de facto es un gobierno minoritario en mayoría.
Por su parte, los radicales abertzales optan por dar un apoyo pasivo a los nacionalistas vascos, con la fuerza que le dan sus once escaños.
- 1984. El PNV, fuerza hegemónica
En este caso, esta circunstancia no influye para nada en los resultados, ya que el PNV con un aplastante 42% de los votos consigue 32 escaños, colocándose a cinco de la mayoría absoluta.
Tras ellos se colocan los socialistas, que se convierten en la segunda fuerza política de Euskadi con 19 escaños, muy por delante de Herri Batasuna, que se queda con once. Del parlamento de Vitoria desaparece UCD, cuyos votos son asumidos por AP, que adelanta a EE como cuarta fuerza.
Sin embargo, esta hegemonía se romperá nada más acabar la legislatura con el cisma entre Garaikoetxea y la dirección del PNV, que culminará con su relevo por José Antonio Ardanza y la firma de un acuerdo con los socialista para mantenerlo en el gobierno por la desbandada en el bando nacionalista.
- 1986. Los socialistas ceden la presidencia al PNV
Los socialistas tratan de formar un tripartito con Euskadiko Esquerra y Eusko Alkartasuna, pero se revela imposible. Finalmente, optan por ceder la presidencia a Ardanza y se integran en un gobierno de coalición con los nacionalistas vascos.
- 1990. El PNV se recupera
Por su parte, la novedad de Eusko Alkartasuna se pasa como la gaseosa y pierde cuatro escaños, Herri Batasuna se recupera y el PP y EE empatan como cuarta fuerza política.
- 1994. Declive socialista mientras se mantiene el tripartito
Y eso pese a que Euskadiko Esquerra se ha integrado en el PSE, lo que no atrae el voto de izquierda a este partido, ya que es asumido casi en su integridad por Ezker Batua, la versión vasca de Izquierda Unida, que logra un resultado histórico de seis escaños.
La aritmética hace necesario un tripartito entre PNV, PSE y EA, no exento de tensiones, que explotan poco antes de las elecciones autonómicas del 98 con la salida de los socialistas del ejecutivo tras la firma del pacto de Estella por parte de las fuerzas nacionalistas y Herri Batasuna.
- 1998. Ibarretxe abre una nueva etapa de gobierno nacionalista
De hecho, la segunda fuera política es ahora el PP, que consigue 16 escaños impulsado por su llegada al poder en Madrid y por el espíritu de Ermua, mientras EA prosigue su declive y se queda con seis escaños.
Las alianzas políticas Ibarretxe se centran en mantener el pacto con EA y buscar apoyos externos de Euskal Herritarrok, algo similar a lo que hizo Garaikoetxea en la primera legislatura vasca. Sin embargo, la ruptura de la tregua y el asesinato del dirigente socialista Fernando Buesa fuerza la ruptura con EH y la convocatoria de elecciones.
- 2001. El choque de bloques impulsa al PNV
El voto del miedo a esta coalición no nacionalista impulsó las expectativas electorales de los nacionalistas, que se presentaron por primera vez en coalición en unas elecciones autonómicas. Ambos partidos lograron la histórica cifra de 600.000 votos y más de 33 escaños.
Por su parte, el PP también logró un resultado histórico, alcanzando la mejor marca de los socialistas, los 19 escaños, pero la suma con los 13 del PSE fue insuficiente para forzar un cambio en Ajuria Enea.
Mientras tanto, Batasuna se quedó con sólo siete representantes debido a la decepción tras el fin de la tregua y la concentración del voto nacionalista, mientras EB se quedaría con tres escaños que serían decisivos para conformar el nuevo gobierno tripartito.
- 2005. El tripartito se queda en minoría ante el avance socialista
De hecho, estas elecciones se presentaron como un plebiscito acerca de la reforma del estatuto vasco rechazado por el Congreso de los Diputados y aprobado por la mayoría nacionalista en el parlamento de Vitoria.
El resultado fue una 'bofetada' a Ibarretxe, que vió cómo la coalición con EA perdía cuatro escaños, mientras el desplome del PP era compensado por el auge del PSE, que vuelve a ser segunda fuerza tras siete años.
De esta forma, la unión de PSE y PP consigue 33 escaños frente a los 32 del tripartito, que deberá recurrir al único diputado de Aralar para gobernar y a la abstención de la nueva marca abertzale, el PCTV, que supera en dos asientos los resultados logrados por Batasuna.