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El LHC sufre un fallo eléctrico en el sistema de refrigeración y para su actividad

  • Un fallo eléctrico en el sistema de refrigeración ha provocado la parada
  • Un portavoz confirma que el LHC retomará la actividad en unas horas
  • Se espera que con el experimento se detecte el Bosón de Higgs
  • Algunos científicos alertan que un miniagujero negro podría acabar con el mundo

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Informe semanal - El LHC, viaje al centro del pasado

El acelerador de partículas del Centro Europeo de Investigación Atómica ha sufrido una parada una semana después de su puesta en marcha, por culpa de un "problema eléctrico", según han informado fuentes de la organización.

El Gran Colisionador de Hadrones, LHC, el instrumento de física más grande del mundo, se "encuentra en fase de pruebas, es una herramienta muy compleja y es normal que haya paros", según ha indicado un portavoz a la agencia AFP.

El "problema eléctrico" ha afectado al sistema de refrigeración del circuito de 27 kilómetros enterrado a 100 metros bajo tierra en el que circulan haces de protones, guiados por imanes superconductores refrigerados a 271,3 C, cerca del cero absoluto.

El portavoz ha añadido que el LHC se pondrá en marcha en las próximas horas.

En busca de la partícula primigenia

El LHC ha sido diseñado para que entren en colisión los protones que circulan en sentidos opuestos a una velocidad cercana a la de la luz , con el objetivo de producir las partículas elementales nunca observadas.

Durante sólo una fracción de microsegundo, el LHC reproducirá las condiciones que prevalecían en el universo justo después del Big Bang, antes de que las partículas se asocien para formar núcleos de átomos.

Los físicos del CERN esperan poder detectar el Bosón de Higgs, una misteriosa partícula que daría su masa a todos los otros según la teoría "del modelo estándar".

Pequeños agujeros negros que "no son peligrosos"

Las colisiones podría crear pequeños agujeros negros que, según los científicos, no serían peligrosos, ya que su presencia será efímera. Algunos científicos han expresado su temor a que absorban toda la materia alrededor de ellos, lo que provocaría el fin del mundo.

El proyecto ha costado 3.760 millones de euros, fue iniciado en 1983 y en 1996 comenzaron los trabajos, en él han participado miles de físicos e ingenieros de todo el mundo.