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El misterio de la graja: del frío de Europa a León

  • Este ave originario de lugares como Rusia o Reino Unido anida ahora en León
  • Ornitólogos de toda España buscan las causas que le han hecho asentarse en la zona

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Ornitólogos de distintas partes de Europa persiguen en vano resolver el misterio de la graja, un ave de las regiones más frías del norte de Europa y que en la Península Ibérica únicamente anida en el sureste de la provincia leonesa, incluida su propia capital, sin que se haya encontrado una razón fehaciente.

Se trata de un córvido, que cría principalmente en Francia, Gran Bretaña y Rusia, entre otros países, y que por causas que se investigan lo hace también en un sector de la provincia leonesa, donde hay unas 1.600 parejas distribuidas en las comarcas de La Bañeza, del Páramo y la propia capital, la única del país donde anida esta especie.

Dos de los biólogos que se han interesado por el fenómeno son Ignacio Rodríguez y Javier García Fernández, miembros del Grupo Ibérico de Anillamiento (GIA) de León, quienes tras años de investigaciones siguen sin resolver el misterio, según han explicado.

La graja - cuyo nombre específicio es corvus frugilegus-, de color negro, anida en países fríos, en ningún caso del Mediterráneo, y en lugares cercanos a las riberas fluviales.

Se puede justificar su presencia en la capital leonesa en que "hace frío y hay ríos, pero ¿por qué en León y, por ejemplo, en Zaragoza no cría, ni tampoco en Burgos? No se sabe", apunta Ignacio Rodríguez.

Para intentar despejar la incógnita, se mantienen diversas hipótesis, entre ellas, que "alguna colonia de grajas, procedente de Europa invernara en León y decidiera instalarse en la provincia", una justificación "bastante improbable", dice este investigador.

En el pasado pudo haber más parejas

Otra de las teorías que se mantienen, también sin mucha certeza, es que este ave en su día "tuviera una distribución mayor en la Península Ibérica y que por una serie de cambios que se produjeran en el territorio fuera limitando su presencia hasta quedar reducida a una parte de la provincia".

Los que sostienen esta hipótesis se basan en unas "notas históricas" procedentes de un tratado de caza, en el que se habla de la presencia de unas aves cerca de Aranjuez (Madrid), en el siglo XVII, que pudiera hacer pensar que fueran grajas, añade.

Sin embargo, no se tiene la seguridad de que esta especie exista en León al menos hasta mediados de la década de 1950, según explica por su parte Javier García Fernández.

Lo que sí es cierto es que la singularidad de este fenómeno ha despertado gran interés entre los ornitólogos, que acuden a la provincia a estudiar el asunto.

"Nos llaman para preguntarnos y también porque piensan que es un ave difícil de ver; la gente de León no le da importancia, porque está acostumbrada, pero si nos diéramos un paseo por los parques de la ciudad veríamos 40 ó 50 con toda seguridad", afirma de nuevo Ignacio Rodríguez.

Y es que si el fenómeno pasa desapercibido es porque se trata de un ave que "despierta pocas simpatías", su canto no es nada agradable y "encima tiene la desgracia de ser negra; si fuera de colores otro gallo cantaría", defiende.

También están las grajillas, de la misma especie que los grajos y las grajas, y que anidan también en León, siendo esta ciudad también "una de las pocas" del país donde crían, y lo hacen en oquedades de edificios, incluida la propia catedral.

La circunstancia de que la capital leonesa sea confluencia de los ríos Torío y Bernesga y que esté prácticamente integrada en el campo la constituye como un enclave especialmente proclive para albergar diversas especies de aves.

El Grupo Ibérico de Anillamiento (GIA) es una asociación nacional que se dedica a la investigación de vertebrados, entre ellos las aves.