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Amnistía Internacional exige a los gobiernos del mundo que pidan perdón

    

Les acusa de "seis décadas de fracaso" en materia de derechos humanos

    

Denuncia el uso de civiles como objetivos militares por ejércitos y grupos armados

    

Darfur, Zimbabúe, Gaza, Irak y Birmania son los puntos conflictivos del planeta

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Amnistía Internacional exige el cierre de Guantánamo

Ya es hora de disculparse con la Humanidad por las constantes violaciones de sus derechos. Es el durísimo mensaje que lanza Amnistía Internacional a los Gobiernos de todo el planeta en su Informe Anual. El documento denuncia que, sesenta años después la aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanostodavía hay 81 países con torturas y malos tratos documentados

"Los Gobiernos deben disculparse por estas seis décadas de incumplimiento y deben formular un nuevo compromiso con los derechos humanos. Aunque ha habido mejoras, por ejemplo, en lo que se refiere a la abolición de la pena de muerte o al enjuiciamiento de criminales de guerra, en la práctica la  Declaración Universal de los Derechos Humanos sigue siendo papel mojado", denuncia a RTVE.es Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional en España. 

El Informe 2008 pone de manifiesto que, aunque el número de países que protege los derechos humanos es mayor que nunca, la injusticia, la desigualdad y la impunidad siguen campando a sus anchas por el mundo. "En el artículo 7 [de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre] se reconoce la igualdad ante la ley, pero hay 23 países con leyes que discriminan a la mujer y otros 15 que discriminan a los inmigrantes", apunta Beltrán. 

La organización señala a Darfur, Zimbabue, Gaza, Irak y Myanmar (la antigua Birmania) como los "puntos calientes" del planeta. "Los dirigentes mundiales se encuentran en estado de negación, pero el precio de su inacción es elevadísimo", advierte Irene Khan, secretaria general de Amnistía Internacional. "Tal como demuestran Afganistán e Irak, los problemas que afectan a los derechos humanos no son tragedias aisladas, sino que actúan como un virus que puede infectar y propagarse con gran rapidez y ponernos a todos en peligro", alerta. 

El eslabón más débil 

El deterioro de la situación de los inmigrantes refugiados preocupa especialmente a Amnistía Internacional. Los ataques racistas registrados Sudáfrica estos últimos días son sólo la punta del iceberg: "En Reino Unido hubo 55.000 ataques racistas durante 2007", señana Esteban Beltrán. "En España, la Guardia Civil sólo documentó entre 10 ó 12 ataques. Pero esto no quiere decir haya menos, sino que no se documentan. En este país el racismo es invisible". 

La organización teme que la crisis económica internacional agrave los casos de racismo y xenofobia. Pero, lo que más les preocupa, advierten, son las políticas de inmigración. Es decir, que se pase de las violaciones individuales de derechos humanos a una política común europea. 

Y ponen como ejemplo a Italia. El polémico plan de seguridad del Gobierno de Berlusconi acaba de convertir la inmigración ilegal en un delito. "Es una violación de los derechos humanos", denuncia Beltrán. "Emigrar no es ningún delito. El derecho a salir de tu país se encuentra recogido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Esto es inaceptable. La UE debería llamar a capítulo al gobierno italiano por violar la propia Convención Europea de Derechos Humanos", sentencia. 

"Actuaciones concretas, ya" 

El informe critica duramente el papel de democracias históricas, como Estados Unidos. Amnistía acusa al gobierno de Bush de haber dinamitado su imagen internacional: "El legado de Bush es absolutamente sombrío", dice Beltrán. "Ha aprobado al máximo nivel la tortura, la práctica del ahogamiento. Han creado no sólo Guantánamo, sino centros de detención ilegales en todo el mundo". 

Pero Amnistía también mira hacia el futuro con esperanza. Este año grandes países, como Rusia o Estados Unidos, estrenarán nuevos de jefes de Gobierno. Y les pide un nuevo compromiso con los derechos humanos. "La injusticia, la desigualdad y la impunidad son hoy las marcas distintivas de nuestro mundo. Los gobiernos tienen que actuar ya para acabar con el abismo que separa lo que se dice de lo que se hace", urge la secretaria general de Amnistía, Irene Khan. La presión de los ciudadanos, pronostica, será clave.