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Cronología de los peores desastres ecológicos en España

Los otros 'Doñanas'

  • Desde 1970 se han registrado 40 'mareas negras' en las costas españolas
  • En el incendio de Guadalajara, en 2005, murieron 11 personas y ardieron 13.000 hectáreas

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Catrástrofes medioambientales en España

No ocurren todos los días, pero, por desgracia, algunos empiezan a resultar demasiado familiares. Desde Palomares al Prestige, pasando por el trágico incendio de Guadalajara, nuestra historia reciente está salpicada de desastres ecológicos. Catástrofes, en muchos casos humanas, que permanecen en la retina de casi todos.

 El chapuzón radioactivo de Fraga

La imagen de Manuel Fraga zambulléndose en la playa de Palomares, el 8 de marzo de 1966, forma ya parte de la memoria audiovisual de este país. Aquel día, el entonces ministro franquista de Información y Turismo se dio un baño con el embajador estadounidense para demostrar que no había contaminación radioactiva en la costa almeriense. 

El 17 de enero habían caído en esa misma zona cuatro bombas atómicas estadounidenses, más potentes que la de Hiroshima. Un accidente en pleno vuelo entre un bombardero y un avión cisterna, que intentaba suministrarle combustible, había provocado el siniestro.

Una de las bombas se encontró casi intacta. Otra se perdió en el mar y apareció cuatro meses más tarde gracias a un vecino al que, después de aquello, apodaron 'Paco el de la bomba'. Pero dos se destrozaron contra el suelo y esparcieron el material radioactivo que llevaban. 

Más de cuatro décadas después, las consecuencias de aquel accidente con armas nucleares, el más grave ocurrido nunca sobre población civil, aún colean. Hace un año, se descubrió que la contaminación, lejos de haber desaparecido, es peor de lo que pensaba.

Un estudio del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) encontró radioactividad fuera de las zonas restringidas. Ahora, la zona contaminada con derivados del plutonio es tres veces mayor que la inicial.

Mareas Negras

El historial de vertidos de fuel en nuestras costas es tan negro como interminable. Desde 1970, se han registrado 40 'mareas negras' en España. Tres de las cuatro peores han ocurrido en Galicia:

  • El Urquiola: el 12 de mayo de 1976, un petrolero bilbaíno cargado con 112.000 toneladas de fuel encalla y se incendia frente a las costas de A Coruña.
  •  El Avaj-2: el 4 de abril de 1990, un petrolero iraní  vierte, por culpa de una avería, cerca de 100.000 toneladas de crudo en la bahía de Málaga.
  •  El Mar Egeo: 18 años después del hundimiento del Urquiola, otro petrolero se incendia y se parte en dos frente a la Torre de Hércules de A Coruña. Vierte al mar cerca de 80.000 toneladas de crudo. 
  • El Prestige: tras seis días a la deriva, un buque monocasco se hunde frente a las Islas Cíes, en Vigo. El vertido, que roza las 50.000 toneladas de fuel, contamina más de 400 kilómetros de costa.

Tierra quemada

Según datos del ministerio Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, el 'annus horribilis' en lo que a incendios se refiere fue 2005. En total, se declararon cerca de 9.000 fuegos y ardieron más de 33.000 hectáreas de vegetación en toda España. El incendio más grave se produjo en Guadalajaraonce miembros de un retén perdieron la vida y las llamas arrasaron 13.000 hectáreas de gran valor ecológico.

El año siguiente también fue nefasto, sobre todo para Galicia. Sólo en el mes de agosto se registraron 1.970 incendios en esta comunidad autónoma. Un dato para el optimismo: el año pasado se cerró con un total de 1.961 incendios, la cifra más baja desde 1988.

Aun así, los ecologistas piden no bajar la guardia: "Se persigue la violencia de género, los delitos urbanísticos, pero en lo que se refiere a los incendios aún no hemos llegado a ese momento. Los incendiarios tienen casi casi inmunidad ", denuncia Miguel Ángel Soto, responsable de la campaña de bosques de Greenpeace.

Según Soto, "Los jueces tienen que ponerse las pilas: hay que investigar los incendios y aplicar con más dureza el Código Penal". Y es que, como denuncia un informe de Greenpeace, la mano del hombre está detrás de tres de cada cuatro fuegos.