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Fin de la crisis en Kenia con el nombramiento del líder de la oposición como primer ministro

  • El presidente, Mwai Kibaki, ha cedido a Raila Odinga la jefatura del Gobierno.
  • El acuerdo termina con la crisis creada por las acusaciones de fraude en las elecciones.

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El presidente de Kenia, Mwai Kibaki, ha nombrado al líder del partido opositor Movimiento Democrático Naranja (ODM), Raila Odinga, como primer ministro en el nuevo Gobierno de coalición acordado por ambas facciones, lo que pone fin a varios meses de crisis política provocada por las acusaciones de fraude en las últimas elecciones generales.

"Quiero agradeceros, conciudadanos kenianos, vuestra tolerancia y paciencia durante este período", ha declarado Kibaki en una alocución televisada. "Haré todo lo posible para asegurar que nuestro país esté en la senda de la paz, la unidad y la estabilidad".

El nuevo Gobierno de coalición, acordado este sábado por Kibaki y Odinga,  tendrá 40 miembros. Aunque ambas partes ya habían anunciado hace una semana el acuerdo para formar un gabinete conjunto, la elección de los cargos ha supuesto difíciles negociaciones.

El presidente del país mantiene a uno de sus fieles, Amos Kimunya, como ministro de Finanzas, una de las carteras clave. Por debajo de Odinga se situarán dos viceprimeros ministros, Uhuru Kenyatta - hijo del padre de la independencia keniana y primer presidente del país, Jomo Kenyatta-, del Partido de Unidad Nacional (PNU) de Kibaki, y Musalia Muvadavi, del ODM.

Fin de la crisis

"Mi desafío para los nuevos miembros del gabinete, y para el conjunto de la dirección nacional en todos los niveles, es que dejemos la política a un lado y empecemos a trabajar", ha resaltado Kibaki.

El acuerdo pone fin a la crisis que vive el país desde las elecciones generales del pasado 27 de diciembre, cuyos resultados otorgaron la victoria a Kibaki, pero que fueron denunciados como fraudulentos por la oposición y puestos en entredicho por la comunidad internacional.

En los disturbios violentos que se extendieron por todo el país, especialmente en la región del oeste, bastión del ODM, han muerto entre 1.200 y 1.500 personas, mientras que unas 300.000 han sido desplazadas de sus lugares de origen.