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Juicio 'procés'

Antidisturbios del 1-O declaran que les sorprendió la presencia de niños y "personas mayores en las primeras filas"

  • Un inspector asegura que varios mossos le dijeron a él expresamente que no participarían en la intervención
  • Otro agente sospecha que la gente recibía información sobre dónde ir por los móviles: "Fue totalmente organizado"

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Un antidisturbios: "El 2-O los niños del colegio de enfrente nos llamaron asesinos"

Los policías nacionales que intervinieron el 1-O en los colegios electorales de Lleida y que han declarado este miércoles como testigos en el juicio del 'procés' han coincidido en destacar que les sorprendió ver niños en los centros y "personas mayores" que estaban en las "primeras líneas" de resistencia. Los 20 testigos que han declarado en esta trigesimo tercera jornada han señalado que salir de los colegios tras las intervenciones fue un "infierno"; que los Mossos no les ayudaron "en ningún momento" y que incluso en algún centro les dijeron expresamente que no iban a partipar; y han defendido la actuación policial. "No fue una masacre como algunos pretenden vender", ha dicho uno de ellos que ha defendido que actuación fue "ejemplar".

Policías nacionales que intervinieron el 1-O en colegios de Lleida subrayan que les sorprendió ver a niños en los centros y a "personas mayores en las primeras líneas" de resistencia en los centros de votación. Han sostenido que salir de ellos tras las intervenciones fue un "infierno" y han defendido su actuación: "No fue una masacre como algunos pretenden vender". La anécdota del día la han protagonizado el juez Marchena y el abogado Jordi Pina después de que este se diera cuenta de que entraba en la sala un testigo que ya había declarado otro día. "Qué haríamos sin usted, señor Pina", ha dicho Marchena ante las risas de todos los presentes.

"Me llamó la atención un hombre que llevaba a un niño porque llevar a un menor a un sitio donde puede resultar lesionado o herido por las circunstancias que allí se den no me pareció lógico", ha señalado uno de los agentes que participó en el colegio Cappont, de Lleida.

Uno de los antidisturbios que actuó en la Escuela Oficial de Idiomas ha explicado cómo tuvieron que hacer un pasillo antes de actuar para que salieran un padre con un niño y una mujer con otros dos menores. "Yo le decía al padre, 'usted con un niño... Sabe que estamos ahí fuera desde hace un rato. Sálgase antes'. Porque nunca se sabe lo que puede ocurrir. Yo a mis hijos no les pondría nunca en peligro". En este centro también les "impactó" que hubiera en primera fila una persona en silla de ruedas y preadolescentes de 10 a 14 años, que les insultaban y agredían también, según otros testigos.

Uno de los antidisturbios ha relatado que al día siguiente al referéndum frente a la comisaría de Lleida vieron como a la hora del recreo en el colegio que tenían enfrente "sacaron" a niños de 8 y 10 años que les llamaron "asesinos" y decían que habían "matado a gente".

"Personas mayores en las primeras filas"

Otro de los testigos que actuó en el colegio Cappont ha explicado que él niños en primera fila solo vio en este centro, pero que las personas mayores estaban en todos ellos. Cuando el abogado Jordi Pina ha preguntado si se estaba refiriendo a "ancianos nonagenarios", ha señalado que gente de "50 a 60 años", provocando la sonrisa del letrado.

Como en las anteriores sesiones, los policías que han declarado este miércoles han resaltado también que "en ningún momento" recibieron ayuda de los Mossos, aunque por primera vez ha declarado un inspector de la brigada de Información que ha ido un paso más allá al explicar que la negativa a no participar fue expresa después de hablar con varios de ellos.

"¿Le llegaron a decir que declinaban participar?", ha preguntado el fiscal Jaime Moreno. "Efectivamente", ha respondido el testigo, que ha explicado que en ese caso se les decía que "se apartaran" a un lugar seguro.

Han sido varios los agentes que han defendido también su actuación policial, incluido el uso de las defensas [porras] al verse agredidos. "Particularmente yo sí la usé cuando estaba reconduciendo a la gente fuera de la puerta. Perdí la iniciativa, me vi envuelto en una serie de golpes, me dieron un golpe en la mano y tuve que protegerme y defenderme", ha comentado uno de ellos.

"Fue un infierno, era imposible salir de allí de una manera segura", ha subrayado otro que estuvo en el centro de formación de mayores Juan Carlos I, en Lleida, donde un hombre sufrió un infarto. Este agente ha señalado que la masa no dejaba pasar a la ambulancia porque se pensaba que era para atenderles a ellos.

Resistencia "claramente organizada" a través del móvil

Por su parte, un antidisturbios de la Policía Nacional que participó en el dispositivo del 1-O en Lleida se ha mostrado convencido de que los ciudadanos que se concentraron en los colegios electorales para evitar que los agentes requisaran las urnas y las papeletas estaban organizados y que recibían información por sus teléfonos móviles.

"Sabían lo que tenían que hacer en cada momento. Todo fue totalmente organizado. De hecho, muchas personas se desplazaban de un colegio a otro para ayudar. Miraban mucho los móviles como si recibieran información por los móviles", ha señalado este policía nacional añadiendo que oyó a gente decir "yo voy a tal", "yo voy a tal" seguido de nombres en catalán que parecían de colegios. "Como si supieran dónde tenía que ir cada uno. Esa fue la sensación de que todo estaba organizado en todo momento", ha subrayado.

Un antidisturbios del 1-O sospecha de que los concentrados recibían información de a dónde ir por los móviles

Otro de los antidisturbios que actuaron el 1-O en Lleida ha sostenido también que aquella resistencia estaba "claramente organizada" porque nada más llegar a los centros "había gente en las esquinas que corrían hacia el lugar avisando" de que llegaban las unidades policiales.

El último en declarar este miércoles ha sido un agente que recibió una pedrada en la frente de la multitud que se concentró frente a la comisaría de Lleida. Había varios grupos de jóvenes de entre 17 y 30 años que "se dedicaban a correr" por los laterales que decían "vamos a tomar la comisaría", "vamos a por ellos que les podemos, que somos más".

Un agente relata cómo la "masa" le tiró una piedra, que le impactó en el escudo de la gorra

"¿Se dio de baja?", le pregunta el fiscal. "No, no me di de baja, no estaba la situación como para darse de baja", ha señalado este testigo en la misma línea de lo declarado por otros agentes que resultaron lesionados y que han pasado este miércoles por el Tribunal Supremo.