Muere James Watson, uno de los descubridores de la estructura del ADN, a los 97 años
- El Laboratorio Cold Spring Harbor de Long Island donde trabajaba ha confirmado la muerte de Watson
- El biólogo obtuvo el Premio Nobel de Medicina en 1962
El biólogo estadounidense James Watson, uno de los descubridores en 1953 de la estructura del ADN, ha muerto a los 97 años. Así lo ha confirmado el Laboratorio Cold Spring Harbor de Long Island, donde el científico trabajó durante muchos años.
El científico ha muerto en un hospicio en East Northport, una localidad de Long Island (Nueva York), donde fue trasladado esta semana para recibir tratamiento por una infección, según ha recogido The New York Times, que cita a su hijo Duncan Watson.
El descubrimiento marcó el inicio de la era de la genética
Watson descubrió junto a un equipo de investigadores la estructura del ADN, lo que marcó el inicio de la era de la genética y sentó las bases para la revolución biotecnológica de finales del siglo XX. Durante sus últimos años de vida, el biólogo fue condenado al ostracismo por la comunidad científica tras haber pronunciado unos comentarios polémicos sobre la genética y la raza.
En 1968, publicó sus memorias bajo el nombre La doble hélice. Este título recogía la pionera historia del físico británico Francis Crick y la del propio Watson, que determinaron la forma tridimensional del ADN. Tras este descubrimiento, ambos obtuvieron el Premio Nobel de Medicina en 1962 y, con el tiempo, conduciría a la ingeniería genética, la terapia génica y otras medicinas y tecnologías basadas en el ADN.
Aquel libro fue polémico, ya que el físico Crick consideraba que "invadía gravemente su privacidad", mientras que el científico Wilkins criticó que las memorias ofrecían una "imagen distorsionada y desfavorable" del sector, que parecían vistos como ambiciosos intrigantes dispuestos a engañar a sus colegas y competidores para hacer un descubrimiento.
Además, Watson y Crick, que realizaron su investigación en la Universidad de Cambridge, fueron muy criticados por utilizar los datos brutos recopilados por la cristalógrafa de rayos X Rosalind Franklin para construir su modelo de ADN —como dos escaleras entrelazadas — sin reconocer plenamente su contribución. Aquella investigación se vio sometida a "la tensión contradictoria entre la ambición y el sentido de la justicia".
En 2007, Watson volvió a provocar una indignación generalizada cuando declaró al diario Times de Londres que, en su opinión, las pruebas indicaban que la inteligencia de los africanos "no era realmente... igual que la nuestra". Estas teorías racistas que difundió el científico le llevó a abandonar su cargo como rector del Laboratorio Cold Spring Harbor de Nueva York.
Padre de la doble hélice
James Dewey Watson nació en Chicago el 6 de abril de 1928 y se graduó en Zoología por la Universidad de Chicago en 1947. Obtuvo su doctorado en la Universidad de Indiana, donde se especializó en genética. En 1951, se incorporó al Laboratorio Cavendish de Cambridge, donde conoció a Crick y comenzó la búsqueda de la química estructural del ADN.
Además, la doble hélice abrió las puertas a la revolución genética. En la estructura que propusieron Crick y Watson, los peldaños de la escalera de caracol estaban formados por pares de sustancias químicas llamadas nucleótidos o bases. Como señalaron al final de su artículo de 1953, "no se nos ha escapado que el emparejamiento específico que hemos postulado sugiere inmediatamente un posible mecanismo de copia del material genético".
Esa frase, a menudo considerada como el mayor eufemismo de la historia de la biología, significaba que la estructura de bases y hélice proporcionaba el mecanismo mediante el cual la información genética puede copiarse con precisión de una generación a otra. Esa comprensión condujo al descubrimiento de la ingeniería genética y a muchas otras técnicas relacionadas con el ADN.
Watson y Crick tomaron caminos separados tras su investigación sobre el ADN. Watson solo tenía 25 años entonces y, aunque nunca volvió a hacer otro descubrimiento científico que se acercara a la importancia de la doble hélice, siguió siendo una fuerza científica.
"Tenía que decidir qué hacer con su vida después de lograr lo que logró a una edad tan temprana", declaró el biólogo Mark Ptashne, que conoció a Watson en la década de 1960 y siguió siendo su amigo, a Reuters en una entrevista en 2012. "Descubrió cómo hacer cosas que aprovechaban sus puntos fuertes".
Esa fortaleza consistía en interpretar el papel del "irlandés duro", como lo describió Ptashne, para convertirse en uno de los líderes del salto de Estados Unidos a la vanguardia de la biología molecular. Watson se incorporó al departamento de biología de la Universidad de Harvard en 1956. "El departamento de biología existente consideraba que la biología molecular era solo una moda pasajera", relató el bioquímico de Harvard Guido Guidotti. Pero cuando Watson llegó, Guidotti dijo que inmediatamente les dijo a todos en el departamento de biología —científicos cuya investigación se centraba en organismos y poblaciones completos, no en células y moléculas— "que estaban perdiendo el tiempo y que deberían jubilarse".
Esto le valió a Watson la enemistad durante décadas de algunos de esos biólogos tradicionales, pero también atrajo a jóvenes científicos y estudiantes de posgrado que forjaron la revolución genética.
"Mis héroes nunca fueron científicos"
En 1990, Watson fue nombrado director del Proyecto Genoma Humano, cuyo objetivo era determinar el orden de los 3000 millones de unidades químicas que constituyen el complemento completo del ADN humano. Cuando los Institutos Nacionales de Salud, que financiaban el proyecto, decidieron solicitar patentes sobre algunas secuencias de ADN, Watson atacó al director de los NIH y dimitió, argumentando que el conocimiento del genoma debía permanecer en el dominio público.
En 2007 se convirtió en la segunda persona del mundo en tener su genoma completo secuenciado. Hizo pública la secuencia, argumentando que las preocupaciones sobre la "privacidad genética" eran exageradas, pero hizo una excepción al decir que no quería saber si tenía un gen asociado con un mayor riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer. Watson tenía un gen asociado con la búsqueda de novedades.
Su mayor logro, según declaró Watson a un entrevistador de la revista Discover en 2003, no fue el descubrimiento de la doble hélice —que "se iba a descubrir en uno o dos años" de todos modos— sino sus libros. "Mis héroes nunca fueron científicos", dijo. "Fueron Graham Greene y Christopher Isherwood, ya sabes, buenos escritores". Watson apreciaba la imagen de chico malo que presentaba al mundo en La doble hélice, según sus amigos, y la enfatizó en su libro de 2007, Prohibido aburrirse (y aburrir).
Casado y con dos hijos, a menudo menospreciaba a las mujeres en declaraciones públicas y se jactaba de perseguir lo que él llamaba popsies. Pero él personalmente animó a muchas científicas, entre ellas la bióloga Nancy Hopkins, del Instituto Tecnológico de Massachusetts. "Sin duda, no habría podido desarrollar mi carrera científica sin su apoyo, creo", afirmó Hopkins, que siempre ha denunciado abiertamente los prejuicios contra las mujeres en la ciencia. "Jim nos apoyó enormemente a mí y a otras mujeres. Es algo difícil de entender".