Enlaces accesibilidad
Tokyo 2020

'Terminator' Titmus amenaza el reinado de Katie Ledecky en la piscina de Tokyo 2020

Por
Ariarne Titmus y Katie Ledecky, tras la final de los 400 metros libres
Ariarne Titmus y Katie Ledecky, tras la final de los 400 metros libres

La piscina del Centro Acuático de Tokio ha sido escenario este lunes de una carrera espectacular, el primer acto de un duelo que promete convertirse en la gran rivalidad de los Juegos Olímpicos: la australiana Ariarne Titmus, de apenas 20 años y conocida como Terminator, ha batido a la gran dominadora de la natación femenina, la estadounidense Katie Ledecky, en los 400 metros libres y se ha quedado a solo 23 centésimas del récord mundial de la especialidad que la propia Ledecky logró en Río 2016. Una batalla que tendrá continuidad este mismo martes, en los 200 metros libres, y el próximo sábado, en la final de los 800 metros libres.

Para Titmus, en cualquier caso, la victoria supone colocarse en la primera línea de la natación mundial, al amenazar un reinado que hasta ahora parecía incontestable. Ledecky, ganadora de cinco oros olímpicos (cuatro en Río 2016 y otro más en Londres 2012) y una plata, se presentaba en Tokyo 2020 en plena madurez, con 24 años y habiendo dominado las pruebas clasificatorias en Estados Unidos. Su objetivo era obtener cinco campeonatos olímpicos más, cuatro de ellos individuales: 200, 400, 800 y los novedosos 1.500 metros.

Lo que no significa que no hubiera pistas del ascenso de Titmus, quien ya batió a Ledecky hace dos años en esta misma prueba en los mundiales de Gwanjgu. Entonces, se achacó ese resultado a la enfermedad, nunca especificada, de la estadounidense, que dos días después se vio obligada a renunciar a participar en la final de los 1.500, en la que partía con el mejor tiempo de todas las participantes.

Este mismo verano, en junio, Titmus amenazó muy seriamente el récord del mundo de Ledecky, tras quedarse a tan sólo 44 centésimas de su plusmarca, fijada en 3:56,46 minutos en la piscina olímpica de Rió de Janeiro. Pese a todo, Ledecky parecía reconducir la situación en las pruebas eliminatorias, al superar por tras superar por 1,21 segundos a la australiana.

Una remontada de época

En la final, Ledecky ha intentado imponer su demoledor ritmo desde el inicio, para descolgar a Titmus e impedir un final igualado. Por momentos, ha parecido lograrlo, pero a falta de 150 metros para el final de la prueba apenas aventajaba en 66 centésimas a su rival, que ha iniciado una espectacular remontada.

Titmus ha elevado su ritmo hasta superar a Ledecky en el penúltimo largo y ha pateado con furia en los últimos 50 metros para tocar la pared con un tiempo de 3:56,69 minutos, 67 centésimas menos que la estadounidense, quien se ha tenido que conformar con la plata.

Un triunfo asombroso que Titmus ha llevado con relativa calma en la piscina, mientras su entrenador, Dean Boxall, se dejaba llevar en la grada: gritos, carreras y puñetazos al aire para dejar una de las imágenes de la jornada olímpica. "Creo que me salí de mi cuerpo. Simplemente, se me fue", reconocía Boxall poco después, según recoge el diario The Wahsington Post.

Su pupila le justificaba en la emoción del momento: "Ha sido un momento muy emocionante también para él. Una reacción clásica de Dean. Pero lo que me ha emocionado a mi verdaderamente ha sido verle en la ceremonia de entrega de medallas. Estaba llorando y yo trataba de contener mis emociones. Pero es bueno ver lo mucho que significa también para él".

La primera de muchas batallas

Pese a su calma, Titmus era consciente de la relevancia del logro: "Siento que es un gran honor ser parte de la historia de la natación en Australia. La natación tiene una gran historia en los Juegos Olímpicos, me siento honrada (...) Ser capaz finalmente de alcanzar algo que había soñado, me hace muy, muy feliz".

También ha tenido unas palabras de agradecimiento para Ledecky -"Si no tuviera a alguien como ella para darle alcance, está claro que no nadaría así"-, mientras que la estadounidense ha defendido la valía de su medalla de plata.

"Por supuesto, siempre quieres escuchar tu himno nacional, pero estoy orgullosa de como he nadado, ya sabéis que nunca es un camino fácil para alcanzar el podio", he señalado, recalcando que no se puede dar por garantizada ninguna medalla. "Ha sido una carrera tremenda, ha sido emocionante formar parte de ella y estoy encantada de lo que hemos hecho", ha apostillado.

La batalla, en este sentido, continuará este miércoles, cuando se disputa la final de los 200 metros libes, y probablemente el próximo sábado, con la final de los 800 metros libres, en el que será el gran duelo final de la natación femenina.