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España se derrumba ante Islandia

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España, superada por Islandia en semifinales

Una vez más, las semifinales han sido un paso infranqueable para la selección española de balonmano, que ha perdido 36-30 ante Islandia, lastrada por su inexistente defensa y la velocidad de los nórdicos al contragolpe. Ni siquiera el magnífico partido del capitan, el guardameta David Barrufet, pudo evitar la derrota y tan solo ha servido para maquillar un resultado que pudo ser más amplio. Ahora, los españoles deberán pelear por el bronce ante la actual campeona olímpica, Croacia, ante la que ya cayó derrotada en la primera fase.

La cara de los españoles tras el partido reflejaba la magnitud de la oportunidad perdida, la posibilidad de alcanzar su primera final olímpica y ante un rival aseado, pero que no está al nivel de las grandes de este deporte, ya sea Francia, Croacia o Suecia, el tradicional verdugo de los españoles. Los islandeses lo sabían y han celebrado su ya segura medalla con gran entusiasmo.

Sin embargo, visto con perspectiva, el premio del bronce sería un gran trofeo para una selección que ha transitado errática por el torneo olímpico y que solo ha ofrecido un buen nivel ante los surcoreanos, en cuartos de final. Esa misma irregularidad es la que ha sentenciado a los espaÑoles ante Islandia.

Mal comienzo

Porque los pupilos de Pastor empezaron el encuentro dubitativos, flojos en defensa e imprecisos en ataque. Los islandeses, por el contrario, afrontaron el encuentro con intensidad, muy duros atrás y saliendo con velocidad al contraataque.

Así, en apenas cuatro minutos, consiguieron un parcial de 5-0, que obligaron a Pastor a pedir su primer tiempo muerto. "En los balones divididos, o vamos fuerte a buscarla o nos las van a quitar todas", exhortaba Pastor a sus hombres, reclamando más intensidad.

Los españoles, sin embargo, tenían el brazo encogido y tardaron en inaugurar su casillero, hasta que Garabaya abría la cuenta con un reverso en el pivote (5-1, minuto 5). Mientras, Gudjonsson machacaba a Barrufet, desde media distancia, invitado por la frágil retaguardia española.

España remonta

Con todo, la intensidad defensiva empezó a pasar factura a los islandeses, que acumularon exclusiones -hasta cuatro en la primera mitad- y permitieron la reacción española, liderada por Juanín García con dos goles consecutivos. Al mismo tiempo, la defensa se asentó; Raúl Entrerríos, Iker Romero y Demetrio Lozano se empezaron a soltar, hasta enjugar la ventaja (9-9, minuto 16).

Los de Pastor, no obstante, no habían aprendido de sus errores: de nuevo, las pérdidas de balón y las paradas de Gustavsson, muy inspirado esta tarde, propiciaron las contras islandesas. España encajó un parcial de 4 a 0 (13-9, minuto 22), que pudo ser incluso más amplio si Barrufet no hubiera detenido un par de lanzamientos.

Juanín, de nuevo, despertó a la selección española, con otros dos tantos. España jugaba a tirones y, tras el segundo despiste, mejoró otra vez en defensa y se tranquilizó en ataque, devolviendo el parcial a los nórdicos (13-13, minuto 26). Prieto, además, comenzaba a soltarse en el pivote, con tres goles consecutivos. Al final de la primera parte, pese a todo, España estaba en el partido (17-15).

Derrumbe

La segunda parte, sin embargo, confirmó el derrumbe de los españoles, que solo aguantaron el intercambio de goles durante los primeros minutos (20-19, minuto 25). La defensa no funcionaba y los islandeses encontraban lanzamientos sencillos desde media distancia, con Steffansson y Geirsson especialmente cómodos e inspirados.

El símbolo de la impotencia española fue la salida al campo de Alberto Entrerríos, lesionado en uno de sus tobillos. El central español es esencial en el ataque, pero difícilmente puede ganar una semifinal olímpica mermado: intentó cuatro lanzamiento y ninguno de ellos acabó en gol.

Poco a poco, desfondada en la retaguardia y atascada en ataque, España se fue hundiendo en una desventaja cada vez más amplia (30-24, minuto 40). Solo el veterano Barrufet mantenía la compostura, con algunas intervenciones de mérito, que, si bien no sirvieron para relanzar al equipo, al menos permitieron maquillar el resultado.

Los islandeses, por el contrario, se mostraban aplicados, seguros y confiados en su juego. El tanteo final revela la fragilidad que ha demostrado una desdibujada España, que deberá mejorar si el domingo pretende reeditar su mejor resultado olímpico, los bronces logrados en Atlanta 96 y Sydney 2000.