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La policía sospecha que está en Bélgica. Dos amigos suyos han asegurado en unas declaraciones al canal norteamericano ABC News que está escondido en Bruselas. Dicen que hablaron con él días después del atentado y añaden que les pidió ayuda para ir a Siria.

Por segundo día el gobierno de Bélgica mantiene la alerta en el nivel más alto por amenaza de un atentado inminente. La policía busca a varios sospechosos. El metro sigue cerrado y se han anulado casi todos los eventos, incluidos los típicos mercados de la capital comunitaria. Se mantiene la recomendación de evitar lugares donde se concentre mucha gente.

Desde los atentados de París cualquier incidente que ocurra en torno a la frontera con Francia, por pequeño que sea, pasa a ser investigado por las fuerzas de la lucha antiterrorista. Una zona sensible en la que se ha reforzado la vigilancia con unidades de intervención de la policía y con el grupo rural de seguridad la Guardia Civil, departamentos especializados en situaciones de riesgo especial.

Abdelamih Abaaoud cogió el metro la noche del viernes, poco después de los atentados. Las cámaras de seguridad le captaron colándose en la estación de Croix de Chavaux, línea 9 de Montreuil. Está situada a 500 metros del Seat negro, en el que se desplazó el comando que acribilló a los clientes en las terrazas de bares y restaurantes. Eran las 10 y cuarto de la noche, casi una hora después de la masacre. En superficie se ha desatado el caos, con rehenes en la sala Bataclán. En ese momento, Abaaoud está a 6 km del lugar. Si ha llegado hasta ahí conduciendo el Seat, habrá tardado una media hora, desde las terrazas.