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El primer ministro de Bélgica, Charles Michel, ha propuesto en el Parlamento encarcelar a los yihadistas que vuelvan. Es una de las 18 medidas que ha presentado para garantizar la seguridad y combatir la radicalización. Ha planteado, además, que los fichados por el servicio de análisis de amenazas lleven un brazalete electrónico y se detenga a los predicadores que inciten al odio.

El principal terrorista huido de los atentados de París, Salah Abdeslam, ha cambiado su imagen y utiliza un nuevo nombre: Yassine Baghli. Así lo creen los investigadores franceses y así se lo han trasladado en las últimas horas a las distintas policías europeas, incluyendo a las fuerzas y cuerpos de seguridad españolas, según han confirmado fuentes de la lucha antiterrorista.

La prensa británica ha filtrado imágenes de cámaras de seguridad de uno de los establecimientos parisinos durante los ataques del viernes 13. En ellas se ve cómo transeúntes y clientes consiguieron salvar sus vidas, poniéndose a cubierto tras los improvisados parapetos de los locales. También cómo los terroristas dispararon indiscriminadamente contra todo lo que se movía.

Hasna Aitbouhlacen quería hacer el mismo viaje que las tres adolescentes británicas, en mayo partieron hacia Turquía camino de Siria. Hasta allí fue Sara Meheni, otra joven francesa a la que el Estado Islámico casó con un combatiente tunecino nada más llegar. Aitbouhlacen escribió el 11 de junio en las redes sociales: "Pronto voy a ir a Siria", pero nunca fue. Y se ha convertido en la primera mujer suicida que se inmola en Europa.

El belga Abdelhamid Abaaoud, considerado el cerebro de los atentados de París, ha sido identificado como uno de los terroristas fallecidos este miércoles en el asalto de Saint Denis, según ha indicado la Fiscalía de París. Abaaoud, ciudadano belga de 28 años, planificó la masacre del 13-N y es sospechoso de organizar diversas acciones terroristas en Europa en nombre del autoproclamado Estado Islámico.

El exministro socialista Jesús Caldera habla sobre la amenaza del terrorismo yihadista y señala que "no solo quieren destruir los valores de Occidente, quieren tiranizar a sus propios hermanos". Una amenaza, dice, contra la que hay que permanecer unidos, pero apunta que "no se soluciona solo con la fuerza, hace falta mucho más, educación, integración y diálogo entre todos".

El ministro de Exteriores asegura que, de momento, ningún país ha solicitado nada a España y apuesta por un plan internacional conjunto para acabar con los terroristas de Daesh. España -dice- hará un esfuerzo, como miembro de la coalición antiyihadista. Sobre una posible intervención militar de España en Siria, lo prudente- dice- es esperar a que pasen las elecciones generales.

El Estado Islámico crece más allá de una organización terrorista. Nutre sus filas con los restos institucionales del fallido estado de Irak, servicios de inteligencia incluidos, y se financia con el petróleo, la extorsión y la apropiación de fondos bancarios en las áreas que conquista. Así extiende su tejido con vocación de nación para materializar el Califato. Los atentados de París son el último episodio de una historia que ha terminado de convencer a Occidente de que debía mirar hacia Asia.