Enrique, de 26 años, trabaja como acompañante en la ruta diaria de un colegio con niños que tienen algún tipo de necesidad. Lo hace gracias a la ayuda de la asociación Aptacan. Él mejor que nadie sabe la necesidad de la empatía, dado que cuando tenía 18 años fue diagnosticado del Trastorno del Espectro Austista.
Con tres años, su madre empezó a notar algo, aunque las señales se hacían más presentes conforme crecía. Eran tales como llamadas de atención por parte de los profesores, fijaciones por ciertas cosas o la soledad.
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L'altaveu
Objetivo Igualdad