Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

Un submarino cargado con unos 3.000 kilos de cocaína de gran pureza ha sido interceptado en el litoral de Aldán, en el municipio pontevedrés de Cangas de Morrazo, y dos personas han sido detenidas. El sumergible procedía de una país latinoamericano y dos de sus tres tripulantes han sido arrestados, mientras el tercero ha logrado huir.

Dos personas han sido detenidas en la ría de Aldán, en Cangas de Morrazo (Galicia), al ser sorprendidas dentro de un submarino que según pudo saber RNE llevaba 3.000 kilos de cocaína de gran pureza. El origen del barco un país latinoamericano e iba tripulado por tres personas, pero una de ellas se pudo dar a la fuga. El operativo policial se coordinó a nivel internacional.

Pistoleros del narcotráfico lanzaron este jueves una oleada violenta de bloqueos y tiroteos en la ciudad mexicana de Culiacán tras la captura de uno de los hijos del narcotraficante Joaquín el Chapo Guzmán, Ovido Guzmán. Los bloqueos de los sicarios, presuntamente gente del cartel de las drogas de Sinaloa, se extendieron en las salidas de la ciudad e incendiaron vehículos y mobiliario urbano. Guzmán fue puesto posteriormente en libertad "para evitar más violencia", según las autoridades, lo que ha generado protestas y críticas entre la sociedad mexicana.

México está conmocionado por una emboscada en la que han sido asesinados 13 policías en el estado de Michoacán,  el mayor ataque desde que gobierna Andrés Manuel López Obrador. Se atribuye la matanza al Cartel de Jalisco, y se cree que detrás está la disputa por controlar el mercado de la droga en la región. El convoy policial de 42 agentes fue emboscado cuando circulaba en el céntrico estado del país, y los supervivientes se quejan de que estuvieron esperando refuerzos durante hora y media.

Crece la tensión en la frontera entre Colombia y Venezuela. Los dos países han enviado soldados a la zona. Nicolás Maduro denuncia que hay un plan para atacar su país y Colombia le acusa de apoyar a las narcoguerrillas.

El Catatumbo es una región situada en el Norte de Colombia que afronta desde hace décadas una inseguridad enorme que tiene graves consecuencias para la población. En los últimos años, más de 40.000 personas se han marchado y la situación se agrava para los 25.000 venezolanos que han llegado al país. Hablamos con el director para las Americas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco.