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La motosierra de Trump agita el Pentágono. La última cabeza en rodar ha sido la de Charles Q. Brown, jefe del Estado Mayor conjunto. El presidente lo ha anunciado, como de costumbre, por redes sociales. Brown, segundo afroamericano en ocupar la máxima jefatura del Ejército, ha sido un firme defensor de las políticas de diversidad e inclusión, que tanto repudia el nuevo gobierno.

Su sustituto: Dan 'Razin' Caine, teniente general del Ejército del Aire retirado. Trump lo elogia por su papel para "aniquilar" el Califato yihadista del DAESH en su primer mandato.

Es parte de una reestructuración sin precedentes en el Departamento de Defensa de Estados Unidos. Su nuevo responsable, el ex presentador de la Fox Pete Hesegth, pretende recortar drásticamente su presupuesto y despedir a entre el 5 y 8% de los cerca de un millón de empleados civiles del Ejército.

A la cabeza del tijeretazo al gasto público, el multimillonario Elon Musk. Él y su equipo han despedido a más de 10.000 trabajadores y desmantelado programas en todo el gobierno federal. Su motosierra genera descontento incluso entre algunos republicanos.

"¿Por qué un partido supuestamente conservador adopta un enfoque tan radical y extremista?", pregunta un ciudadano en el Ayuntamiento de Georgia. Un congresista republicano admite que los recortes deberían hacerse de forma lenta y metódica y que eso no está ocurriendo.

Foto: SAUL LOEB / AFP

El presidente ucraniano Volodímir Zelenski no confirma que el acuerdo para que Estados Unidos se haga con los minerales raros de Ucrania esté tan cerca. El presidente ucraniano dice que hay un borrador en el que ya están trabajando representantes de Washington y Kiev, pero no va más allá.

A cambio del acceso exclusivo a esas riquezas que Donald Trump valora en medio billón de dólares, Estados Unidos daría a Ucrania "garantías de seguridad". Todavía no se sabe en qué consistirían. Pero si no lo hace, si no firma, Washington podría cortar el flujo de armas y dinero con el que sobrevive Ucrania.

En lo que Estados Unidos y Ucrania tampoco coinciden es en cómo acabar la guerra. Washington va a llevar a la ONU una propuesta de resolución propia, no pactada con Kiev por primera vez en tres años de invasión rusa, en la que pide que acaben los combates sin reclamar que Ucrania recupere sus territorios.

Para el entorno de Zelenski esto es inaceptable, y creen que socava la posición de Estados Unidos como primera potencia global.

En dos escenarios diferentes y con actos propagandísticos similares, el grupo islamista Hamás ha puesto en libertad a los últimos seis rehenes que completan esta primera fase de la tregua. A primera hora, liberaba en el sur de Gaza a Tal Shoham y Avera Mengistu, un israelí etíope que llevaba más de una década secuestrado. Poco después, Hamás entregaba a la Cruz Roja en el centro de Gaza a tres jóvenes israelíes, que fueron capturados en el festival de música Nova durante el ataque del 7 de octubre de 2023. Y una imagen insólita, uno de ellos besa a sus captores. El sexto rehén ha sido entregado de forma privada por ser un árabe-israelí.

En la plaza de los rehenes de Tel Aviv, aplausos. Alegría también entre los familiares que seguían atentos la emisión en directo de las liberaciones. Y emoción entre los amigos de Avera Mengistu, que sufre una enfermedad mental y es un tema humanitario, afirma esta amiga. Ha estado retenido desde 2014 y hoy ha vuelto a abrazar a su familia.

Esta última liberación de rehenes, llega después de días de tensión. El jueves, Hamás identificó de forma errónea un cuerpo que no correspondía a Shiri Bibas, la madre israelí de dos niños secuestrados. El viernes entregó nuevos restos y este sábado el servicio forense de Israel ha confirmado que ese último cuerpo sí es el de la rehén de ascendencia argentina.

El próximo jueves, Hamás debe entregar los últimos cuatro cadáveres en sus manos. Después comenzaría una segunda fase de canjes de rehenes y presos palestinos, pero las negociaciones apenas han comenzado.

Foto: Ilia Yefimovich/dpa

Las innovaciones tecnológicas en el puerto de Lisboa han permitido incrementar un 40% el número de contenedores con mercancías que llega a Portugal. El objetivo: ser una de las puertas de la UE a los productos transatlánticos. Una de las estrategias utilizadas es la automatización de las grúas y la descarga "en remoto" de las mercancías. Foto: Getty Images / Gabriel Mello.

Los marineros de Greifswald aguardan en estos días a que el río Rick empiece a descongelarse para poder salir al mar Báltico. Uno de ellos es Jens Wermter, que vive con su mujer en un barco. Ha recorrido medio mundo como capitán antes de regresar al gélido norte alemán. Jens cuenta que le preocupa la guerra en Ucrania y el cambio climático, pero que su país no puede arreglar solo el mundo.

"Somos líderes mundiales en ingeniería, en motores eficientes... Y entonces el Gobierno viene y dice que le den a esta mierda, no la necesitamos más, y arruina todo un sector de la industria, así" (chasca los dedos).

Pomerania Occidental es uno de los cinco estados federados que se unieron al oeste tras la reunificación alemana. Un feudo histórico de la socialdemocracia desencantado con la crisis económica y la inflación mientras el Gobierno destina grandes inversiones a causas que aquí consideran "ajenas".

Maik Wittenbecher tiene ocho empleados en una empresa que se dedica a atraer turismo a Greifsfald. Dice que, por su profesión, está obligado a ser optimista, pero que la realidad se lo pone difícil. Cuenta que aquí, en el antiguo Este, la gente tiene menos dinero para afrontar la recesión; que los vecinos están perdiendo la fe en los partidos tradicionales y empiezan a pensar en alternativas.

A tan solo dos días de viajar a Kiev, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha pedido la paz con "los ucranianos y los europeos" en el país y que esta sea "justa y duradera". Sánchez ha instado a si mismo al PP que rompa "todos los vínculos" con la ultraderecha y deje de "dar tumbos". "No se puede ser europeísta por la mañana y por la noche acostarse con la ultraderecha que quiere destruir Europa", ha asegurado. Foto: EFE/Nacho Gallego

Las fuerzas rusas intensifican sus ataques en los distintos frentes en Ucrania, especialmente en el Donbás. Nuestro enviado especial Fran Sevilla se encuentra en Konstantinivka, localidad estratégica porque da acceso a la capital administra de la provincia de Donetsk, a Kramatorsk. El gobernador provincial ha pedido a la población que evacúe la zona, en la que rige un toque de queda severo. En el otro frente, en Pokrovsk, el ejército ruso sigue avanzando y ya han ocupado dos nuevas localidades.

La relación entre Estados Unidos y Ucrania tras las negociaciones de la administración Trump con Moscú se ha debilitado. "La situación es bastante difícil para Ucrania" admite Alina Frolova, analista política y exviceministra de Defensa. Aunque cree que Donald Trump aún no ha tomado medidas definitivas por lo que la postura del país debe ser la de resistir. "EEUU es nuestra mayor debilidad" admite Frolova, que sostiene que el presidente estadounidense solo quiere victorias rápidas y no el bienestar del país. Señala que el país nunca aceptará una paz que venga de fuera y defiende su derecho a tener una opinión propia. Con ella ha estado nuestra enviada especial, Aurora Moreno, con la asistencia de David Velasco.