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El aborto es un derecho reconocido en la legislación española, sin embargo, ejercerlo en Melilla resulta imposible porque todos los médicos de la sanidad pública son objetores. De esta forma, en 2024, ninguna mujer interrumpió su embarazo en la ciudad autónoma.

De esta forma, la única alternativa que ofrece el sistema de salud pública es la derivación a la península.

Estas barreras, advierten desde distintas entidades, aumentan la desigualdad territorial y la presión sobre la mujer. María José Ruiz, presidenta de Melilla Feminista, señala que las mujeres enviadas fuera de Melilla "van a una ciudad que no es la suya y todo este estrés se le añade al que ya tienen por tomar una decisión tan importante como abortar".

Desde el organismo encargado de la sanidad en la ciudad, Ingesa, no han autorizado a Televisión Española la entrevista con el jefe de servicio de ginecología en Melilla. Apuntan, que siguen buscando una alternativa que permita a las mujeres abortar en la ciudad autónoma.

Fotografía del Hospital regional de Melilla tomada por Óscar Giménez para Europa Press.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha denunciado el desmantelamiento del último hospital en la Franja de Gaza y ha tenido palabras de homenaje a los "cientos" de profesionales sanitarios que han perdido la vida en el enclave palestino por los ataques de Israel, "abrazados a los civiles que pretendían salvar hasta el final". Y ha llamado a "parar esta barbarie", por "humanidad, por decencia, por justicia", recordando así las palabras del papa León XIV. Sánchez ha dicho en la inauguración del nuevo hospital de Melilla, en la que también ha estado la ministra de Sanidad, Mónica García, que "hoy más que nunca honrar su memoria a orillas del mismo mar que une Palestina con España". Foto: A. Pérez Meca / Europa Press.

Lo estratégico de su ubicación y el dilatado historial de guerras y asedios que ha padecido la población melillense explica el blindaje de su litoral. Son cuatro recintos, construidos y reformados entre los siglos XV y XIX, que dotan a Melilla la Vieja de un carácter único. Visitar sus fortificaciones, baluartes, torres, fosos, baterías y puentes levadizos es pasear por un libro de arquitectura militar a la luz del Mediterráneo. Sus piedras doradas cobran vida en la mirada de nuestro anfitrión, el artista plástico Carlos Rubiales. Con el cronista oficial, Antonio Bravo, y la archivera e investigadora Isabel Migallón, repasamos la compleja historia de la ciudad autónoma mientras accedemos a rincones tan especiales como las Cuevas del Conventico. En los antiguos almacenes de las Peñuelas y la cercana Casa del Reloj nos esperan tres de los museos más importantes, dedicados a la arqueología, la etnografía y las bellas artes; los recorremos junto a su director, Francisco Alfaya. Melilla también es pura diversidad cultural y religiosa, pues aquí conviven cristianos, musulmanes, judíos, hindúes y gitanos en buena armonía. En lo puramente arquitectónico, es la segunda ciudad española con más edificios modernistas, solo superada por Barcelona. El guía oficial José Oña nos invita a contemplar cientos de fachadas diseñadas por el arquitecto Enrique Nieto y sus seguidores, en su mayoría englobadas en el llamado Triángulo de Oro, que tiene un vértice en la Plaza de España. En este punto es obligada la visita al parque Hernández y al cercano Puerto Deportivo Noray, que hace de este trocito de España en el norte de África un interesante destino de turismo náutico.

La península ibérica ha sufrido este lunes un apagón masivo, pero no ha afectado a toda España. Los archipiélagos, es decir, Canarias y Baleares, así como Ceuta y Melilla, no han resultado afectadas.

La principal razón es que estos sistemas no peninsulares tienen una conectividad muy reducida con el del resto del país. Un hecho que, aunque en otros tipos de emergencias fue foco de las quejas, este 28 de abril ha servido para salvar la distribución eléctrica.

Foto: GETTY IMAGES / Jose A. Bernat Bacete

Un grupo de 14 personas solicitantes de asilo permanecen en la calle desde hace una semana debido a un cambio burocrático que les impide acceder al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla. Tras pasar una noche en un alojamiento facilitado por la Ciudad Autónoma, este viernes han vuelto al campamento que han instalado a las puertas del centro por temor a ser desalojados.