Israel ha atacado Irán entrada la mañana de este lunes. Un equipo de TVE ha sido testigo de cómo columnas de humo se elevaban en el norte de Teherán. El Ejército israelí ha atacado el distrito de Evin, donde se encuentra la cárcel más famosa del país y a donde fueron llevadas miles de personas tras las protestas de octubre de 2022 tras la muerte de la joven Mahsa Amini. Según medios locales, Israel también habría atacado la embajada de Palestina, las instalaciones de la Media Luna Roja y de la Universidad Shahid Beheshti.
El sábado, Estados Unidos bombardeó las tres principales instalaciones nucleares de Irán. El Pentágono ha desvelado más detalles sobre cómo fue la operación llamada Martillo de Medianoche: siete bombarderos furtivos B2 despegaron el sábado de madrugada de la base aérea de Whiteman, Missouri, en el medio oeste de Estados Unidos. Tras 17 horas de vuelo a través del Atlántico y Mediterráneo, los cazas se unen a los bombarderos una hora antes de entrar en territorio iraní. A la una de la madrugada del domingo, hora peninsular española, ya habían lanzado las 14 bombas antibúnker. Cayeron sobre las dos bases nucleares de Fordow y Natanz. A la vez, decenas de misiles Tomahawk se lanzaron contra la base de Isfahán desde un submarino, previsiblemente desde el mar arábigo. Media hora después, los aviones abandonan el espacio aéreo iraní. La operación había concluido.
El régimen iraní se encuentra ante una encrucijada estratégica tras los bombardeos estadounidenses contra sus instalaciones nucleares: aceptar una vía diplomática o enfrentarse a nuevos ataques que podrían amenazar su propia supervivencia.
Según fuentes diplomáticas, si Teherán responde con un ataque directo contra bases estadounidenses en la región, Washington podría redoblar la ofensiva y tratar de derrocar al régimen. La correlación de fuerzas no le favorece: Irán está más débil que nunca, y un choque frontal con Estados Unidos podría resultarle devastador.
En ese contexto, el régimen iraní baraja activar a sus aliados regionales, como los hutíes en Yemen o las milicias chiíes en Irak. Otra opción sobre la mesa es mantener la presión militar sobre Israel, con la expectativa de que Trump eventualmente busque desentenderse del conflicto y priorice su repliegue en la región.
Uno de los mayores riesgos es la posible clausura del estrecho de Ormuz, por donde circula una quinta parte del petróleo mundial. Teherán ya ha lanzado amenazas en ese sentido. Según el analista José María Peredo, el bloqueo de esta vía estratégica podría provocar una grave desestabilización económica internacional, disparando el precio del crudo y provocando tensiones en los mercados de energía.
Jesús Núñez, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH), analiza en 'Las Mañanas de RNE' las consecuencias del ataque de Estados Unidos contra tres instalaciones nucleares iraníes.
Núñez asegura que, si no ha habido radiación, esto hace pensar que los efectos de esa "espectacular operación militar", según Trump, no han sido tan letales como para destruir y desmantelar el programa nuclear iraní. "No estaríamos en esta situación si Trump, en su primera presidencia, no hubiera roto un acuerdo que se había logrado con Irán", insiste. El codirector del IECAH describe que estamos ante una "dinámica impulsada por un gobierno supremacista, como es el israelí, que tiene el sueño de redibujar el mapa de la región y que está siendo respaldado por EE.UU. ante la pasividad de tantos otros, como la Unión Europea".
Lo más preocupante para Jesús Núñez es que estos ataques estadounidenses pueden provocar que, de manera inmediata, Irán decida salirse del Tratado de No Proliferación Nuclear y eso significaría quedarse "sin ojos ni oídos" para saber lo que están haciendo. "No se ha invadido Corea del Norte porque tiene armas nucleares y el régimen iraní puede extraer una lección clara: solo con armas nucleares tendré capacidad de disuasión real".
Florentino Portero, historiador y experto en relaciones internacionales, analiza para el canal 24 horas las implicaciones del ataque de Estados Unidos a las plantas nucleares de Irán, que es una muestra de las "contradicciones con las que se mueve en estos momentos la diplomacia estadounidense. Por una parte, no quieren saber nada del mundo, pero por otro lado, sus intereses en la región son muy grandes, tanto con el bloque árabe como con Israel".
"Permitir que Irán accediera al umbral nuclear suponía cambiar la dinámica de la región y eso sería un desastre para los aliados de Estados Unidos", ha asegurado Portero, que ha añadido que "lo que no puede hacer Irán ahora es enfrentarse a EE.UU., eso sería una provocación de locos", por eso lo más sencillo sería atacar a Israel o subir el listón y cerrar el estrecho de Ormuz, por ejemplo, lo que tendría un impacto directo sobre la economía internacional.
Foto: WHITE HOUSE/AFP — Donald Trump en la Sala de Crisis de la Casa Blanca
El ataque de Washington no ha aplacado los ánimos del régimen iraní. El ministro de Exteriores ha dicho que van a responder en primer lugar y después, en todo caso, se sentarán a negociar. El presidente es quien ha dicho esta tarde por la red social X que "este pueblo es invencible si todos están unidos". Hay que recordar que Internet está capado en este país en este momento, aunque sí hay cierto acceso para los medios iraníes, que han informado de que las defensas aéreas en Isfahán se han vuelto a activar esta tarde, lo que quiere decir que se esperan más ataques.
Irán sopesa cerrar el estrecho de Ormuz, una vía clave para el comercio global de petróleo y gas, como respuesta a los ataques de EE.UU., según su embajador en España. La decisión final recae en el líder supremo, Alí Jameneí.
Por este estrecho pasa más del 20 % del petróleo mundial, cuyo cierre afectaría gravemente a China, Europa y otros países del Golfo. Su bloqueo no solo elevaría los precios energéticos, sino que sumiría a la región y al mundo en una nueva ola de inestabilidad.
Israel sorprendió y debilitó al régimen iraní en la madrugada del 13 de junio. Fue una ofensiva sin precedentes que llamó "operación león naciente". Israel bombardeó instalaciones militares y nucleares alegando que Teherán estaba a punto de desarrollar bombas nucleares. También mató a la cúpula militar y científica del país.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, explicó que los preparativos llevaron meses y que dio indicaciones para esa ofensiva en noviembre de 2024, porque, según Netanyahu, tras la muerte en un ataque israelí de Hassán Nasralá, líder de Hizbulá y aliado de Teherán, el régimen iraní avanzó en su programa nuclear.
Los Estados Unidos han bombardeado las tres instalaciones nucleares iraníes. Una de las principales reivindicaciones de Teherán es que su programa militar es pacífico y señalan que la Organización Internacional de la Energía Atómica no ha encontrado pruebas del desarrollo de un arma nuclear. Sobre eso hablamos con Ignacio Álvarez-Ossorio, catedrático de Estudios Árabes e Islámicos y coordinador del Área de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Complutense de Madrid. Afirma que el ataque no tiene justificación más allá de beneficiar a Israel para "asentar su hegemonía regional en Oriente Medio e ir poco a poco acabando con sus principales rivales". "No puede comprenderse toda la ofensiva que está desarrollando Israel contra Irán y el denominado eje de la resistencia, sin tener en cuenta su proyecto del Gran Israel", dice Ossorio, en relación con la ofensiva israelí en Gaza, "es decir, destruir por completo la Franja de Gaza, forzar el éxodo de la población mediante una operación de limpieza étnica que parece tener la luz verde por parte del presidente norteamericano", afirma Ossorio. La Unión Europea ha llamado a la desescalada pero ha hecho mención al desarrollo nuclear iraní. Cree Ossorio que la connivencia con Israel ha hecho que se convierta en un "actor residual" que no tiene fuerza para "promover cualquier tipo de solución negociada". El catedrático se muestra muy crítico con Estados Unidos, que dice, apuesta "claramente por el unilateralismo, y por la ley del más fuerte".
Teherán, una ciudad normalmente vibrante y congestionada, se presenta este domingo como una urbe fantasmal. Los comercios cerrados y las calles desiertas reflejan la huida de más de cinco millones de sus habitantes, que han buscado refugio en el norte, especialmente en las montañas, históricamente asociadas con protección en tiempos de conflicto.
El acceso a la capital iraní ha estado marcado por controles militares inusuales y un viaje terrestre de 900 kilómetros desde la frontera turca, según informa la corresponsal. Todo indica que, tras los ataques estadounidense, Irán atraviesa un momento extraordinario que ha transformado la vida cotidiana de su capital.
Estados Unidos ha utilizado más de 125 aeronaves y 75 bombas y misiles para atacar tres instalaciones nucleares iraníes: Isfahán, Natanz y Fordow. El presidente estadounidense, Donald Trump, anunciaba el ataque en un discurso a la nación como un éxito militar espectacular. Tomó la decisión minutos antes del ataque, pero la operación llamada 'Martillo de Medianoche' llevaba meses preparándose, según el Pentágono.
Con la escalada de tensión entre los Estados Unidos e Irán, la atención se pone en las posibles consecuencias a nivel global. El parlamento iraní ha aprobado el cierre del estrecho de Ormuz, aunque el embajador iraní en España ha dicho que eso no es una prioridad para su Gobierno. Este estrecho separa el Golfo Pérsico y el de Omán y por él pasa el 20% del tráfico de crudo por mar. En el informativo 24 horas Fin de Semana, el economista Luis Garvía cree que el precio del barril podría subir si finalmente el estrecho se cerrase, aunque dependerá de las condiciones en las que se lleve a cabo ese cierre. Igualmente, dice Garvía que las consecuencias no se notarían tanto en Occidente como podrían hacerlo en la zona y en China, el país que podría salir más perjudicado: "A Estados Unidos le beneficia, pensando en esa producción de crudo, que el precio del petróleo suba. [...] Ese ataque a Irán en el corto plazo perjudica más a China que a Estados Unidos, y que suba el precio del petróleo, pensando que Estados Unidos es productor de petróleo caro, tampoco perjudica tanto a Estados Unidos". Con todo esto, Europa se queda en una posición "complicada", señala.
Un equipo de TVE ha conseguido llegar a Irán tras los ataques de EE.UU. esta madrugada a tres de las principales infraestructuras nucleares del país. En Teherán, la enviada especial Silvia Guerra ha informado de que las calles están "prácticamente vacías, sin tráfico y con casi todos los comercios cerrados". "En nuestro camino hemos encontrado controles militares, donde no solo han examinado cuidadosamente nuestros pasaportes y visas, sino nuestro equipaje personal y equipo de televisión", ha explicado la periodista en una videoconferencia, debido a la dificultad de enviar las crónicas por la desconexión del país persa al internet global. La capital es el único lugar en el que la República Islámica da permiso para rodar a "los pocos periodistas internacionales" que han conseguido visado, ha añadido.