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El Gobierno ha reconocido que la situación es grave y que mantiene el estado de alerta máxima por el plutonio que han encontrado en el terreno que rodea a la central de Fukushima.

La empresa que opera en Fukushima, TEPCO, ha informado que los resultado de los análisis realizados la semana pasada muestran que se ha encontrado plutonio en cinco puntos del suelo de la central. Según el vicepresidente de la empresa, Sakae Muto, no existe riesgo para la salud.

La situación en la central nuclear japonesa de Fukushima es imprevisible, según ha asegurado el primer ministro de Japón. La vasija de reactor tres se ha roto y ha dejado al descubierto el material radioactivo. Las autoridades recomiendan la evacuación a todas las personas que vivan a una distancia entre 20 y 30 kilómetros de la central. Durante dos días los bomberos del parque tres de Tokio trabajaron a pocos metros del reactor más peligroso de Fukushima.

Unos medidores han advertido a los bomberos de Tokio de los aumentos de radiación. Eso les ha permitido evacuar a tiempo, porque durante varios días han estado trabajando a sólo cinco metros del ractor número 3, el más peligroso de la central de Fukushima.

En palabras del primer ministro Naoto Kan. Los bomberos trabajan sin descansa para evitar que vaya a peor mientras las autoridades japonesas tratan de confirmar si, como parece, ha habido fuga radiactiva en el reactor número tres: los niveles de radiación en la central apuntan a que la vasija de contención podría estar rota y las barras de combustible expuestas.

Tres de los reactores de Fukushima continúan calentándose, y la vasija del cuatro podría estar rota. Solo se consideran seguros el 5 y el 6. La Agencia Nuclear de Japón ha cuestionado la seguridad de los trabajadores de Fukushima. Tres han resultado gravemente afectados al entrar agua contaminada en sus botas. Dos están graves. En Tokio, a 250km de la central, se ha detectado radioactividad superior a la normal en unas espinacas. El agua de la ciudad vuelve a ser segura para los menores de un año. Aunque las autoridades han llamado a la calma, el agua embotellada se ha acabado en los supermercados.

Dos trabajadores de la central nuclear de Fukushima han tenido que ser hospitalizados, mientras se sigue intentando controlar la presión y el calor de los reactores.

Mientras tanto, las autoridades de Tokio han declarado que el agua del grifo vuelve a ser apta para bebés, después de que el miércoles advirtieran que su consumo podía perjudicar a los niños.

Desde la ciudad de Isinomaki, arrasada por el tsunami, Almudena Ariza informa que la industria pesquera de esta zona, la más importante del país, basada en la ballena y el atún, se ha venido abajo. Las víctimas ascienden a 25.000, entre muertos y desaparecidos.

Los sustos no cesan en Fukushima. Esta madrugada un nuevo seísmo sacudía la maltrecha central, aunque no se han registrado más daños de los que ya hay. Después se suspendían los trabajos del reactor número 2 por la alta radiación y esta mañana varios operarios eran evacuados del 3 al detectarse una columna de humo negro. Preocupa también el reactor número 1 porque su temperatura ha llegado a superar en 100 grados el límite aconsejado por los fabricantes. Todo a pesar de los esfuerzos por mantener refrigerados los reactores. Ya se ha llevado el cableado de electricidad a los seis reactores y la sala de control del número tres ya tiene luz, lo que facilita el trabajo a los ingenieros.

La radiación sube fuera de la central. En un perímetro de 40 kilómetros, las partículas tóxicas superan en 400 veces las habituales. Y el primer minsitro japonés ha pedido a las autoridades de Fukushima que prohíban la distribución y consumo de leche y verduras que provengan de allí. Las partículas tóxicas ha llegado al mar y los japoneses miran también con desconfianza el pesacado.

En Tokio, las autoridades aconsejan no administrar agua del grifo a los bebés tras detectar radiación en una depuradora, pero insisten en que no tiene efectos inmediatos para la salud de los adultos y piden calma.

El miedo se extiende fuera de las fronteras. Estados Unidos ha prohibido la importación de productos frescos y China y Taiwán mantienen los controles a todo lo que llega de la isla.