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El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha subrayado su disposición de reducir las compras de gas licuado ruso. "El deseo político del Gobierno español —y de la sociedad española— es reducir nuestra dependencia energética (de Rusia) y diversificarla hacia otros países", ha asegurado Sánchez, preguntado por las compras de gas ruso licuado por valor de 2.000 millones de euros anuales que desde España se realizan a Rusia. "Son contratos privados", ha aclarado el presidente, y ha recordado que los principales proveedores de gas de España son Estados Unidos y Canadá.

"Nos hemos comprometido, como Gobierno de España, a dedicar 1.000 millones de euros para proporcionar capacidades militares a Ucrania" en 2025, ha subrayado Sánchez, también partidario de acelerar el proceso de adhesión de Ucrania a la Unión Europea.

La locomotora alemana lleva dos años sin carburar, en recesión económica, y el resultado de las elecciones condiciona hoy más que nunca cómo de rápido pueda volver a coger velocidad.

Para muchos expertos, la llave para volver a arrancar esa locomotora está en la reforma de una regla constitucional que limita el déficit, el exceso de gasto público, al 0,35% año a año.

Los drones han obligado a los ejércitos de la guerra en Ucrania a hacerse invisibles. "Cada salida es como una ruleta porque los drones rusos nos pueden alcanzar", asegura el comandante Nikolai a un equipo de RTVE en el frente ucraniano. En las ciudades del frente, los civiles solo dejan sus refugios para comprar lo necesario y no quieren hablar con periodistas. Pero los soldados, sí. Varios militares han compartido su tiempo con un equipo de RTVE en Ucrania para expresar sus opiniones.

Este lunes se cumplen tres años de la invasión rusa a Ucrania y en este tiempo la situación ha cambiado por completo. Hace tres años, los países de Occidente recibían al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, con los brazos abiertos y le invitaban a intervenir en sus parlamentos, consolidando así el apoyo internacional hacia Kiev frente a Putin.

Con Trump en la Casa Blanca la situación es diferente. Antes de ganar las elecciones, Trump recibió a Zelenski en Nueva York y aseguró que su relación era "buena". Sin embargo, su preferido en Vladímir Putin, con quien ha comenzado negociaciones unilaterales para una posible paz en Ucrania.

La ciudad de Donetsk, en el Donbás ucraniano ocupado por Rusia, lleva más de una década bajo control directo o indirecto de Moscú, y sus residentes están cansados de todos estos como frente de guerra. El Kremlin ha dejado claro que no piensa renunciar a este territorio ni al resto del Donbás, que consideran parte de la Federación Rusa, ante un eventual acuerdo de paz.

Después de tres años de guerra, los residentes que quedan en la zona se definen mayormente como prorrusos, o al menos no se manifiestan de forma abierta como ucranianos identitariamente. Pero sí desean, como el resto de ucranianos, que las conversaciones de paz que han abierto Donald Trump y Putin puedan conducir al fin de la guerra.

El resultado de las elecciones en Alemania deja un claro ganador, pero que no podrá gobernar sin llegar a acuerdos. El democristiano Friedrich Merz será el nuevo canciller previsiblemente con el apoyo de sus rivales socialdemócratas, que no liderará Olaf Scholz y que tampoco participará en las negociaciones.

Lo que los votantes han dicho es que apuestan por un giro a la derecha con Merz, pero también con la ultraderechista de la AFD Alice Weidel, que ha quedado en segundo lugar. Lo cierto es que una coalición con los socialdemócratas, ya que Merz aplicará el cordón sanitario con la ultraderecha, matizará las nuevas políticas. 

En la cuestión internacional y especialmente con la guerra de Ucrania, ambos apuestan por reafirmar al país frente a las políticas de Donald Trump, que está negociando sin la UE el posible final de la contienda. Probablemente, lleguen también a acuerdos en cuanto a las decisiones migratorias porque, de hecho, los socialdemócratas ya habían endurecido sus políticas.

Será en las cuestiones económicas y en la gestión tributaria donde más se evidencien las diferencias entre los democristianos de la CDU y los socialdemócratas del SPD si finalmente forman una coalición de gobierno para devolver a Alemania al liderazgo de Europa tal y como han manifestado durante la campaña

Tres años después de la invasión, las fuerzas rusas han redoblado sus ataques en los últimos días. Ocupan una quinta parte del territorio de Ucrania: casi todo el Donbás, parte de Zaporiyia y parte de Jersón. La guerra ha dejado una enorme destrucción con aldeas y ciudades completamente arrasadas. Así lo está pudiendo comprobar nuestro enviado especial, Fran Sevilla.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha anunciado este lunes en su intervención en la cumbre de apoyo a Ucrania que se celebra en Kiev que España ofrecerá a ese país “un nuevo paquete de asistencia militar por valor de 1.000 millones de euros en 2025”. Sánchez ha reafirmado asimismo el apoyo de España a “la plena soberanía de Ucrania” y ha recalcado que “sólo Ucrania puede decidir” su propio futuro. “Ucrania debe estar en la mesa de negociación”, ha reclarado. Foto: Handout / UKRAINIAN PRESIDENTIAL PRESS SERVICE / AFP

La guerra en Ucrania cumple este lunes tres años. El ex alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, asegura que la Unión Europea y, sobre todo, Ucrania tiene que formar parte de las negociaciones para la paz. "Europa debe definir cuál es su capacidad de acción, aquí no valen ya las palabras, el problema es qué puede hacer la UE para sustituir a la ayuda americana". Borrell considera que "es el colmo de la deshonestidad" decir que Ucrania empezó la guerra o que Zelenski es un dictador e insiste en que hay que desmontar y contrarrestar estas palabras de Trump.

El exjefe de la diplomacia europea no cree que los resultados de las elecciones en Alemania cambien el compromiso con Ucrania. "Es el país que más ha ayudado a Ucrania dentro de la UE y lo seguirán haciendo". Sobre los votos a la extrema derecha, Borell explica que provienen del descontento de una parte de la población. "Es un voto de protesta frente a las desigualdades. Se les plantea la migración como un problema de competencia económica y de seguridad. La extrema derecha vive de eso".

La CDU gana las elecciones alemanas de este domingo y la extrema derecha consigue su mejor resultado en las urnas, situándose como la segunda fuerza en el país. Sobre estos resultados, los posibles pactos y el futuro de la Unión Europea, en 'Las Mañanas de RNE' analizamos la situación con nuestro corresponsal en Bruselas, David Vidueiro y con Peter Matuschek, director de Investigación Política del Instituto Forsa.

"En Bruselas preocupan los buenos resultados de la extrema derecha de Alternativa para Alemania, pero están aliviados de que una Gran Coalición proeuropea gobierne desde Berlín", reconoce nuestro corresponsal comunitario. Respecto al auge de la extrema derecha en estos comicios, Matuschek asegura que "los partidos tienen que liberarse de la presión que ejerce". El director de Investigación Política del Instituto Forsa señala que "lo que espera la gran mayoría de los alemanes es que se pongan de acuerdo los partidos de centro y que encuentren soluciones, pero no las que quiera la ultraderecha".

El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, considera una buena noticia que la extrema derecha de AfD no vaya a entrar en el Gobierno. "Parece que la gran coalición volverá a ser la fórmula escogida. Cualquiera que sea la fórmula va a contribuir a dar estabilidad porque va a dejar fuera, y eso es una decisión tomada ya por los partidos que pueden conformar gobierno, a aquellos que son contrarios al proyecto europeo y, por lo tanto, contrario a los intereses de los europeos", destaca Albares.

El ministro también ha hablado sobre una posible paz en Ucrania después de tres años de guerra. "La paz de Ucrania tiene que pasar por algo que sea algo más que un alto el fuego. Tiene que ser una paz duradera, que garantice la soberanía y la opinión del gobierno democráticamente elegido por el pueblo ucraniano. Un simple alto el fuego podría ser simplemente un paréntesis para que Rusia pudiera volverse a rearmar y atacar en uno o dos años de nuevo a Ucrania", concluye Albares.