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Al menos 44 personas, muchas de ellas niños, han muerto en tres naufragios en el mar Egeo. Hay además decenas de desaparecidos. Ni las bajas temperaturas, ni el mal estado de la mar, disuaden a las cientos de personas que cada día huyen de la guerra y el hambre en Siria.

Hace 10 años la prensa internacional se hico eco de la muerte de Alexander Litvinenko. El exagente del KGB fue envenenado con polonio-210 en 2006. La historia tenía todos los ingredientes de la mejor novela negra, con espías y envenenamientos con sustancias radiactivas. Se investiga desde entonces y ahora un juez británico afirma que Putin ordenó "probablemente" su asesinato (21/01/16).

El juez británico Robert Owen está convencido de que fueron los espías rusos de la FSB (la antigua KGB) Andrei Lugoboi y Dimitri Kuvton los que administraron el polonio 210 que causó la muerte del espía Andrei Litvinenko. El envenenamiento se produjo mientras tomaba té con ellos en este hotel del Londres hace 10 años. Litvinenko, exagente también de la KGB, se había enfrentado años antes al entorno del propio Vladimir Putin, al que acusó de cometer asesinatos indiscriminados. Pidió asilo político al llegar a Londres en noviembre de 2000 y trabajó para los servicios secretos del MI6. Pocos días antes de morir dejó escrita una carta en la que responsabilizaba de su muerte al presidente ruso. Moscú dice que el informe que hoy se ha conocido carece de transparencia, que llega a conclusiones descabelladas y lo que es peor, que tiene una clara orientación política antirrusa.