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La Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense se infiltró en centros de datos de Google y Yahoo en todo el mundo y recopiló así cientos de millones de cuentas de usuarios, según publica este miércoles el diario estadounidense The Washington Post.

La Agencia Nacional de Seguridad de EE. UU. (NSA) espió las conversaciones telefónicas en Ciudad del Vaticano y también las que se produjeron en la residencia donde se alojó el cardenal argentino Jorge Bergoglio, antes del cónclave que le eligió papa, según el próximo número del semanario italiano Panorama.

En Estados Unidos, el director de la Agencia de Seguridad Nacional ya ha acudido al Congreso. Allí ha señalado a España y a Francia como aliados en el espionaje masivo en zonas de conflicto pero ha negado los seguimientos en esos países.

Las autoridades estadounidenses aseguran que fueron los servicios de inteligencia de España, Francia e Italia los que ayudaron a espiar a la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) norteamericana, y que estas comunicaciones fueron recogidas en zonas de guerra y en áreas más allá de las fronteras de estos países. Por su parte, el director nacional de Inteligencia de EE.UU., James Clapper, ha defendido la labor de sus agencias. "Lo que no hacemos es espiar ilegalmente a los estadounidenses", ha dicho Clapper durante una audiencia ante el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes del Congreso.

Ya en la II Guerra Mundial Estados Unidos y Reino Unido forjaron un pacto para compartir algo más que armas: información. Y en plena guerra fría a la tarea de espiar al enemigo comunista se unieron Australia, Nueva Zelanda y Canadá, cinco ojos capaces de vigilar el planeta.

Se cumple un año del paso del huracán Sandy por la costa este de Estados Unidos. Fue el mayor de los huracanes jamás registrados y el segundo más destructivo, después del Katrina. En Nueva York todavía se puede ver la huella de su impacto.

La fiscalía ha abierto diligencias sobre el supuesto espionaje de Estados Unidos a España. Es un primer paso para averiguar si hay relevancia penal en el asunto. El ministro de Asuntos Exteriores confía en que Washington dará las explicaciones necesarias.