Han pasado casi 24 horas desde que comenzó la erupción y no se sabe cuánto puede durar. El volcán, dividido en dos fisuras de norte a sur, no para de escupir fuego a través de sus ocho bocas. Los ríos de lava corren por Cabeza de Vaca en una imagen casi infernal y engullen todo lo que se encuentra a su paso.
La situación sigue siendo de máxima alerta después de una noche muy dura con los vecinos angustiados por el miedo a perder sus casas y todo lo que tienen. La Guardia Civil ha tenido queevacuar a numerosas personas de la zona, entre ellos ancianos. "Son personas mayores y hemos tocado a la puerta para sacarlos", cuenta la enfermera Eulalia Gómez a TVE.