En Austria y cada vez en más países despierta mucho interés el caso de tres monjas octogenarias que se han fugado de un geriátrico y que han ocupado su antiguo monasterio.
Las novicias se escaparon hace semanas del geriátrico donde, aseguran, fueron trasladadas sin su consentimiento. Lo hicieron con ayuda de un plan secreto urdido por antiguas alumnas.
En el monasterio estuvieron casi dos décadas. Sin embargo, en 2023, el administrador que sustituyó a la última madre superiora ordenó su traslado a una residencia. Aludía a su avanzada edad, su salud y al estado del monasterio. Ellas aseguran que todo fue contra su voluntad.
Ahora están felices de volver a casa, aunque han echado en falta camas, plataformas salvaescaleras y 50.000 euros en efectivo. Su denuncia no ha tenido recorrido porque han hecho votos de pobreza y nada les pertenece. Lo que va viento en popa es la rehabilitación del edificio: han recuperado el agua, reciben atención médica y celebran misa dos días en semana gracias a voluntarios y al micromecenazgo.
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