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'Willkommen refugees. El desafío'

  • 'En portada' se traslada a Baviera, símbolo de la cultura del Willkommen alemán
  • Se calcula que un millón de refugiados podría llegar este año a Alemania
  • Analizamos los retos a los que se enfrenta Alemania, con una Europa que mira hacia otro lado
  • Jueves 26 de noviembre, a las 23:45, en La 2 de TVE

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En Portada - Willkommen, refugees. El desafío

Estando en agosto de vacaciones en Alemania, me sorprendió que los medios empezaran a dar cifras cada vez más altas sobre el número de refugiados que iban a llegar este año a Alemania. Recuerdo que incluso consulté los datos de los últimos meses en la página web de la Oficina Federal para Migración y Refugiados porque era imposible alcanzar las cantidades que se estaban dando al ritmo que se producían las llegadas hasta entonces. Cuando el ministro alemán del Interior, Thomas de Maiziére, habló de 800.000 solicitantes de asilo, estaba claro que algo se avecinaba. Y ese algo se produjo a los pocos días en forma de una ola de refugiados en marcha por la ruta de los Balcanes desde Turquía y sobre todo hacia países como Alemania, Suecia, Bélgica o Austria. Hungría mostró su cara más fea. Budapest incluso acabó por construir una valla para impedirles el paso.

Ante esa situación y el cariz que tomaban las cosas en la travesía de estos refugiados, la canciller alemana, Angela Merkel, decidió dejar en suspenso la Convención de Dublín para los refugiados sirios lo que se tradujo o tuvo el reflejo para los refugiados de una política de puertas abiertas. La Willkommenskultur -cultura de la bienvenida- de los alemanes que acudieron a las estaciones para recibir con aplausos y calor humano a los refugiados hizo el resto. Desde entonces, no han cesado de llegar. Alemania calcula que podrían ser hasta un millón para finales de año.

En “En Portada” nos planteamos que había que analizar el ¿Y ahora qué? ¿Qué sucede una vez que llegan? ¿Es posible su integración? ¿Cómo? ¿Cuáles son los retos? ¿Hasta cuándo aguantará Alemania semejante flujo?

Basheer y otros voluntarios de Care celebran llegada a meta
Basheer y otros voluntarios de Care celebran llegada a meta

Basheer y otros voluntarios de Care celebran llegada a meta

Nos trasladamos a Baviera porque es el estado, en el sur, por el que entran los refugiados desde Austria y también de alguna manera el símbolo de esa cultura de la bienvenida. La verdad es que es sorprendente ver los miles de voluntarios que hay en toda Alemania echando una mano y sin los que sería imposible haber hecho frente a esta crisis. Son realmente, junto a las onegés y asociaciones como AWO, sobre los que recae la parte más importante del día a día. Y hay que quitarse el sombrero ante ellos por lo que están haciendo. Los empleados públicos y el estado no habrían podido hacerlo solos.

Y es también increíble ver cómo en lo que parecería un caos absoluto hay orden y disciplina alemanas, como me decía el inspector jefe de la policía federal que fue nuestro cicerone en la zona de Passau, en la frontera con Austria, donde no dejaban de llegar refugiados mientras estuvimos allí. A la minuciosidad alemana, le hace falta mucha flexibilidad alemana, como pidió Merkel, aunque todos nos preguntamos si esto es posible. Y puedo decir que sí, que los alemanes también son capaces, cuando no queda otra, de ser flexibles e improvisar fórmulas para gestionar el caos.

Hemos hablado con expertos en la materia desde la politología, la sociología o la economía, con políticos, pero sobre todo quisimos ver cómo funcionan diversas iniciativas para la integración sobre el terreno, desde el deporte, como el primer equipo de fútbol de refugiados -al que se han incorporado ya algunos jugadores alemanes- que juega en la Liga de Baviera, o la educación con diversos tipos de cursos para conseguir que aprendan el idioma, saquen el graduado escolar o se incorporen a la formación profesional.Los refugiados se mostraban felices, dispuestos a integrarse y deseosos de quedarse en un país en el que quieren empezar una nueva vida. Pero son una parte de los que llegan, la más preparada y dispuesta, en otros casos va a haber problemas e incluso en no pocos la integración no será posible. Era fácil observar que no todos estaban tan preparados como se pensaba o se hizo creer en un principio, se habla incluso de un 20% de analfabetismo, y esto dificultará -aunque no tiene por qué impedir- su integración.

Rodaje en el centro de Munich
Rodaje en el centro de Munich

Rodaje en el centro de Munich noticias

Buscamos también en los servicios secretos de Baviera información de primera mano sobre la extrema derecha alemana, que está sacando provecho de esta llegada masiva de refugiados y el desafío que supone. Los actos violentos de extrema derecha han aumentado de hecho en los últimos tiempos, como nos confirmaba el portavoz de los servicios secretos. Markus Schäfert tampoco ocultó su preocupación sobre el hecho de que los yihadistas, islamistas violentos, intentan atraer a su causa a algunos refugiados que en su mayoría son musulmanes. También nos dijo que hasta el momento en que hablamos con él no se había confirmado ninguna sospecha sobre terroristas yihadistas que hubiesen conseguido llegar a Alemania haciéndose pasar por refugiados.

Son muchos los retos que tiene ante sí Alemania para superar esta crisis, sociales, laborales, económicos, educativos y muchos más. Pero también es cierto que no se puede mirar hacia otro lado. A una se le parte el alma cuando ve llegar a estos seres humanos exhaustos, con la mirada perdida, sin saber realmente lo que les depara el destino y con una mochila cargada de sufrimiento y dolor. Es un drama tras otro, como el de Basheer que huyó de Siria solo, dejando atrás a su mujer embarazada y a sus dos hijas porque consideraba que la travesía era muy peligrosa. Su hijo varón nació cuando él ya estaba en Alemania y cuando le conocimos sólo le había visto en fotos. Es una historia con final feliz. El otro día la ONG Care, en la que él ya colaboraba, me escribió para decirme que su mujer y sus hijos ya estaban en Alemania, en virtud del reagrupamiento familiar. ¡No puedo imaginar la emoción de Basheer cuando volvió a abrazar a su mujer y sus hijas y abrazase por primera vez al bebé!

Y era increíble poder hablar en un casi perfecto alemán con Hassan, un afgano que huyó de su país siendo un niño porque, muerto su padre, tenía que hacerse cargo de la familia y allí no había medios. Su historia y el sufrimiento pasado ponen los pelos de punta. Terminó en Alemania, siendo todavía un menor, hace una década. Llegó ilegalmente en la rueda de repuesto de un camión, enrollado como un embrión, como recuerda en el libro que ha escrito sobre su odisea, una vida dramática con final feliz. Hoy es ciudadano alemán.

Conocimos, como decía, a muchos voluntarios que muestran cada día con su sensibilidad y paciencia que la violencia y la maldad nunca vencerán a quienes defienden los derechos humanos y son solidarios. Pero no ocultaron, al igual que los expertos o los políticos, su desilusión y lo defraudados que estaban ante los europeos que miraban hacia otro lado y se olvidaban de los valores sobre los que se ha construido y se construye Europa. Y es que una crisis económica se puede superar con dinero pero la de valores puede acabar con el espíritu que mantiene vivos una idea y un sueño. No sería extraño que cuando despertemos de la crisis de los refugiados, nos encontremos con la pesadilla de la desunión y el nihilismo por no haber sido capaces de defender nuestros valores.

Entrevista con Hassan Ali Djan en Marienplatz
Entrevista con Hassan Ali Djan en Marienplatz

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