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Eduard Punset continúa el viaje por los grandes misterios del universo

  • ¿es posible que solo haya vida en este diminuto planeta en medio del universo?
  • ¿es posible que en todos los extremos del universo haya la misma temperatura?
  • Redes, emitido el domingo, 27 de mayo, en La 2 de TVE

Por
Redes - Los misterios del universo II

Redes

Eduard Punset y su equipo han logrado demostrar que ciencia y entretenimiento se pueden unir para que en este tercer milenio la ciencia, por fin, irrumpa en la cultura popular.

El programa Redes se emite en La 2, todos los domingos, a las 21:30 horas; y se repite los domingos, a las 3:15 horas.

Y en el Canal 24 horas, según el siguiente horario:

Los jueves, a las 15:00 horas

Los viernes, a las 21:00 horas

Los sábados, a las 10:30 horas

Recientemente, en Redes contamos con la presencia del astrónomo y divulgador científico Stuart Clark.

Punset y Clark siguen profundizando sobre los grandes misterios del universo

En este capítulo, vemos la segunda parte de la entrevista en la que Punset y Clark siguen profundizando sobre los grandes misterios del universo como el origen de la vida, el motivo por el que el universo tiene la misma temperatura en todas las partes y sobre la existencia de Dios y la relación de la ciencia con la religión.

La religión no debería usarse como una ruta para el conocimiento.

Stuart Clark

La búsqueda de la vida

Eduardo Punset:

Es… la verdad es que no sé si describirlo como «fantástico», «apasionante», «majestuoso» o qué yo, pero recuerdo que hace mucho tiempo (tal vez unos 10 años) un buen amigo trabajaba para la NASA, en California: estaba a cargo de un equipo pequeño (pero muy especializado) de biólogos y observadores del cielo… un equipo de astrónomos y biólogos. Su cometido era descubrir vida fuera de nuestro planeta.

la búsqueda de vida en otros planetas pretende averiguar si estamos solos, si somos un error cósmico o si, por el contrario, la vida es posible y todo el universo existe, tal vez, para permitir la formación de vida…

Pues bien, siempre me decía: «Eduardo, ¡la vida es un error! ¡Es tan compleja que nos resulta prácticamente imposible encontrarla!». No obstante, no cejó en el empeño. ¿Para qué? Es decir…

Stuart Clark:

¡Entiendo lo que quieres decir! La vida es una locura… a veces parece un error: largas cadenas enormes de elementos químicos que forman organismos… por eso, la búsqueda de vida en otros planetas pretende averiguar si estamos solos, si somos un error cósmico o si, por el contrario, la vida es posible y todo el universo existe, tal vez, para permitir la formación de vida… también queremos saber si la vida puede surgir con otros elementos químicos que no sean el carbono…

también queremos saber si la vida puede surgir con otros elementos químicos que no sean el carbono…

Y es que… ¿cómo es posible que solamente sea en este diminuto planeta en medio de un universo gigantesco donde haya vida?

Eduardo Punset:

Es muy extraño, ¿verdad? Probablemente seamos la única especie (esto también me lo dijeron hace muchos años) capaz de observar el mundo microscópico, el de las cosas que apenas se ven, ¿no?

Pero, a la vez, nos hallamos a medio camino de las grandes obras de la naturaleza, como el sol… ¿crees que somos realmente una especie privilegiada, en este sentido?

¿cómo es posible que solamente sea en este diminuto planeta en medio de un universo gigantesco donde haya vida?

Stuart Clark:

Teniendo en cuenta que contamos con un cerebro avanzado, que nos permite construir tecnología para examinar el mundo de las cosas muy, muy pequeñas, pero a la vez explorar el mundo de los objetos muy, muy grandes, ¡probablemente sí seamos privilegiados!

Y, por supuesto, es nuestra próxima búsqueda… si hay vida en otros planetas, entonces la pregunta es: ¿puede esa vida ser inteligente como nosotros? ¿Puede haber otros observadores inteligentes en el universo que intenten mirar ahí afuera para descifrarlo todo?

La temperatura constante del Universo

Eduardo Punset:

Déjame plantearte otro tema al que llevo tiempo dándole vueltas: decimos que, en cierto modo, también somos afortunados, porque evidentemente se necesita mucha suerte para la vida, y además somos afortunados por tener, al parecer, una temperatura constante en todo el universo.

Me refiero a que podemos alejarnos más de 150.000 km de aquí, o años luz o lo que sea, ¡y encontraremos la misma temperatura! Y siempre habíamos creído (así me lo contaron de niño) que eso había surgido en el inicio del universo, con el Big Bang y lo que denominamos la fase inflacionaria del universo, ¿no?

Pero ahora, al parecer, algunos expertos sostienen que no, ¡que no tiene nada que ver con la inflación!

El hecho de que la temperatura sea casi uniforme en todas partes se debe a que, quizá, en el pasado, la velocidad de la luz era más elevada y llegó mucho más lejos de lo que podríamos pensar.

Stuart Clark:

Sí.

Eduardo Punset:

Y es como si los fotones lo hubieran calentado todo.

¿cómo es posible que en un extremo del universo haya la misma temperatura que en el otro?

Stuart Clark:

Sí, es uno de los grandes misterios del universo y una de las preguntas que más nos hemos formulado: ¿cómo es posible que en un extremo del universo haya la misma temperatura que en el otro, si la luz lleva viajando a través del espacio gran parte de la vida del universo, justo ahora acaba de alcanzarnos la luz de ambas zonas y es imposible que se hayan cruzado varias veces para igualar las temperaturas?

Entonces, ¿por qué tienen la misma temperatura, por qué no son todos los lugares distintos? Uno caliente, otro frío… se creía que, poco tiempo después del Big Bang, algo provocó que todo el universo se expandiera a una velocidad extremadamente rápida y, por eso, la temperatura acabó siendo igual en todos los lugares del universo.

Luego el universo siguió expandiéndose y alejando todas las zonas unas de otras. El problema con la idea de la inflación (y es una idea muy buena) es que nadie sabe con certeza qué es lo que desencadenó la inflación, ni por qué sucedió algo semejante en el universo.

Se barajan muchas hipótesis, pero nadie ofrece una explicación verdaderamente concreta.

Eduardo Punset:

¿El Big Bang?

Stuart Clark:

No, tuvo que suceder tras el Big Bang, eso seguro. El Big Bang, de hecho, provocó la expansión del universo, pero algo la aceleró durante una diminuta fracción de tiempo: es lo que denominamos inflación.

Otros científicos han buscado explicaciones alternativas para el hecho de que la temperatura sea la misma en rincones opuestos del espacio.

Según una de ellas, si la velocidad de la luz fue extremadamente elevada en el pasado, mucho más rápida que ahora, en los albores del universo la luz pudo cruzar el universo muchísimas veces y unificar por tanto las temperaturas, igual que sucede con una taza de agua caliente cuando se iguala con la temperatura de la habitación.

Sin embargo, hoy en día, la luz viaja a la velocidad que observamos…

Eduardo Punset:

De modo que podríamos tener un universo desconectado, es decir, compuesto de varios universos distintos, o casi… sin embargo, la temperatura sigue siendo…

Stuart Clark:

Sigue siendo la misma, porque quizá, al principio del universo, las constantes de la naturaleza, como la velocidad de la luz, eran distintas, mucho más elevadas.

La prueba cosmológica de Dios

Eduardo Punset:

Déjame poner sobre la mesa otro misterio, un misterio muy antiguo. Me refiero a si hay alguna prueba cosmológica de Dios…

La Biblia y la religión nos hablan de la salvación del alma humana, de cómo vivir una buena vida e ir al cielo si uno cree en el más allá

Stuart Clark:

¿De Dios?

Eduardo Punset:

…¿en los sistemas? Justo el otro día vi, bueno, más bien leí algo que había dicho Galileo, que era lo siguiente: «la Biblia nos dice cómo ir al cielo, no cómo funciona el cielo», ¿no?

Y lo fantástico es que… me he enterado de que este mes, o este año, estamos celebrando, creo, el septuagésimo cumpleaños de Hawking, ¿no?

Stuart Clark:

¡Sí, sí!

Eduardo Punset:

Es… bueno, uno de los científicos más importantes de todos los tiempos. Y una vez dijo (textualmente): «Los científicos se han convertido en los portadores de la antorcha utilizada para la búsqueda del conocimiento».

Y alguien (al escucharlo) le preguntó: «Entonces… ¿estudiar teología y filosofía es una pérdida de tiempo?», a lo que él repuso: «sin duda».

Mi pregunta es si, después de tanta reflexión, de tanto misterio… ¿estamos más cerca de descubrir el otro misterio que nos ha acompañado durante toda la historia de la humanidad, o sea, si Dios existe o no?

El conocimiento del Universo no es necesario para la salvación del alma

Stuart Clark:

Es una pregunta fascinante. La ciencia y la religión a veces chocan, porque… Inicialmente Galileo, por ejemplo, y el matemático alemán Johannes Kepler (que trabajó en Alemania en el mismo momento en el que Galileo trabajaba en Italia) eran muy devotos, creían incondicionalmente en Dios y estaban convencidos de que el trabajo astronómico que realizaban les ayudaría a comprender a Dios y a comprender la creación del universo por parte de Dios.

Y Newton, en Inglaterra (50 años después, aproximadamente) creía exactamente lo mismo, que estudiar el universo de un modo científico le permitiría estar seguro sobre lo que uno observaba y sabía del universo, pero también le ayudaría a conocer un poco más la mente del Creador, del propio Dios.

Stuart Clark:

El caso es que Newton se preguntaba si la voluntad de Dios estaría tal vez encarnada en la gravedad. Eso no gustó nada a los religiosos, porque habría significado que Dios estaba constantemente trabajando para mantener el universo en marcha, mientras que su idea era que Dios había sido simplemente el creador inicial, que había creado el universo al principio de los tiempos y luego el universo funcionaba solo.

Hubo una vez un día sin ayer

No fue hasta el siglo XX cuando un sacerdote belga llamado Georges Lemaître, que también era un físico excepcional, logró desvincular completamente la ciencia de la religión.

Para ello recurrió exactamente a una cita de Galileo. Dijo: «La Biblia y la religión nos hablan de la salvación del alma humana, de cómo vivir una buena vida e ir al cielo si uno cree en el más allá.

El conocimiento del universo (la Relatividad General, por ejemplo) no es necesario para la salvación del alma». También habló sobre el hecho de que Dios creara el universo en el Big Bang durante un día concreto.

Según él: «Hubo una vez un día sin ayer», es decir, hubo un momento en el que el espacio y el tiempo fueron creados por Dios. La ciencia, en sus mediciones, suele medir o bien el lugar que ocupa un objeto en el espacio o el tiempo que se necesita para mover algo o hacer algo.

La religión y la ciencia nunca se mezclan y no deberían hacerlo

Eduardo Punset:

…del conocimiento.

Stuart Clark:

…del conocimiento. Y dijo que eran dos cosas distintas: la religión, las creencias religiosas impulsadas por la fe, por un lado; y, por otro lado, la ciencia, impulsada por la búsqueda de conocimiento.

Ambas cosas nunca se mezclan y no deberían hacerlo. La religión no debería usarse como una ruta para el conocimiento, ni tampoco la ciencia debería usarse como una vía para probar o refutar la fe.

La religión no debería usarse como una ruta para el conocimiento, ni tampoco la ciencia debería usarse como una vía para probar o refutar la fe

Eduardo Punset:

Es curioso porque, mientras hablabas, pensaba que probablemente una de las mejores explicaciones es la que has mencionado antes y que ahora has parafraseado, en cierto modo.

Al buscar vida en otros planetas, en realidad tenemos un objetivo… el día que encontremos una nueva forma de vida distinta, sabremos lo que somos, del mismo modo que, quizá, el día que encontremos un nuevo planeta despejaremos la incógnita del qué, el quién y el para qué de la creación del planeta.

Si fuéramos capaces de encontrar otro planeta con vida, podríamos estudiarlo para comprobar si la bioquímica es la misma

Stuart Clark:

¡Creo que es cierto, sí! Me parece que a todos nos gusta conocer gente nueva para ver si somos normales comparados con los demás y para ver si encajamos bien con la sociedad y la cultura que nos ha tocado vivir.

Si fuéramos capaces de encontrar otro planeta con vida, podríamos estudiarlo para comprobar si la bioquímica es la misma.

Además, si los seres vivos fueran inteligentes, también podríamos preguntarles qué opinan acerca de los grandes misterios… aprenderíamos muchísimo sobre nosotros mismos simplemente haciéndoles preguntas.

CORRECCIÓN: En este capítulo de Redes, tenemos un error en el minuto 14:32. El tiempo que ha tardado en llegar a la Tierra la luz de los extremos del universo observable es de 13.400 millones de años y no de 46.000 millones de años como se indica en el programa. La distancia que ha recorrido esa luz sí es de 46.000 millones de años luz. Aquí surge una contradicción aparente: si el universo lleva 13.700 millones de años expandiéndose y nada puede viajar más rápido que la luz, ¿cómo es posible que el universo observable tenga un tamaño radial de 46.000 millones de años luz, distancia que, para recorrerla, la luz necesitaría más tiempo que la edad del universo? La razón está en la energía oscura, que ha estirado el espacio mismo sobre el que se ha desplazado la luz (sobre este tema se habla en la primera parte de «Los misterios del universo»). Pedimos disculpas a los televidentes por el error cometido.