Escenas de América

Nuevas escenas de América -New Scenes from America- (Dinamarca, 2002) de Jorgen Leth (Aarhus, 1937, vive en Haití)

La crisis de identidad que pareció asolar a extensas capas de la población estadounidense después del ataque al WTC de Nueva York, ha sido superada por una amplia reafirmación patriótica. 

Como en todas las culturas iconófilas el patriotismo se apoya en imágenes familiares y representativas, las cuales, en el caso de EEUU, son conocidas incluso por personas que nunca hayan estado allí. Amplios paisajes maravillosos con sus cielos infinitos, los skylines y la multiculturalidad de las metrópolis, los iconos de la época dorada de Hollywood, hasta sus coches y su comida suelen ser identificados fácilmente en todo el mundo.

Metrópolis presenta esta noche, bajo el título Escenas de América,  tres documentales creativos que nos confrontan con todos estos estereotipos ¿americanos¿. Por ello, las imágenes se parecen, y hasta se repiten. Sin embargo, como los trabajos están basados en una visión subjetiva y personal de sus autores, se alejan de la función meramente educativa o informativa del documental y consiguen evocar asociaciones distintas, algunas veces más críticas, otras más poéticas.

Nuevas escenas de América -New Scenes from America- (Dinamarca, 2002) de Jorgen Leth (Aarhus, 1937, vive en Haití), es una secuela de 66 Escenas de America realizada por Leth en 1981 que se convirtió en un clásico y es considerado uno de los 100 mejores documentales del siglo XX. Leth nos ofrece su visión personal y poética de EEUU a través de encuadres fijos grabados en Nueva York, Texas, Nueva México, Colorado, Arizona y California en septiembre de 2001. Inspirado en las fotografías de Robert Frank y las pinturas de Edward Hopper, la intención del realizador danés fue la de retratar la América mitológica: las infinitas autopistas, las gasolineras, los cafeterías de carretera, los moteles, las ciudades y sus habitantes. La banda sonora original de Nuevas escenas de América fue compuesta por John Cale.

En El final del verano -The end of summer- (EEUU, 2002), Frazer Bradshaw (Mobile/Alabama, 1972, vive en San Francisco) nos muestra un solar suburbano vacío para representar a EEUU tal y como él la percibió en octubre de 2001. En off escuchamos la voz de su prima de nueve años contestando a unas preguntas sobre los acontecimientos del 11 de septiembre. La yuxtaposición entre el calor y la inmediatez de una voz infantil y la frialdad de un terreno prácticamente desierto resulta extraña pero a la vez orgánica y poética.

También Lluis Escartin (Barcelona, 1966) emplea en Texas sunrise (España, 2002), una entrevista como banda sonora. En este caso se trata de un marginado voluntario con el que Escartin compartió unos días de invierno en Texas y que nos habla de la pérdida de los valores de los habitantes originarios norteamericanos en la sociedad contemporánea. Las imágenes no comentan lo que escuchamos, sino mas bien parecen elegidas para componer un poema visual de la cotidianeidad. Se produce así una confrontación entre imágenes y palabras que, sin embargo, deja espacio para las interpretaciones y asociaciones del espectador.