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El homenaje póstumo de Jiro Taniguchi a la naturaleza

  • Se publica El bosque milenario, la obra inacabada del "poeta del manga"
  • Un proyecto que remarca la necesidad de que el hombre se relacione con la naturaleza

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Fragmento de la portada de 'El bosque milenario'
Fragmento de la portada de 'El bosque milenario'

El 11 de febrero de 2017, nos dejaba el japonés Jiro Taniguchi (a los 69 años), el poeta del manga. Uno de los mayores artistas que ha dado el cómic internacional, no sólo por su maestría como dibujante sino, sobre todo, por su capacidad para transmitir sentimientos y evocar sensaciones, algo al alcance de muy pocos. Taniguchi nos dejó obras maestras como El sabueso, El viajero de la tundra, Barrio Lejano, Un zoo en invierno, El caminante, Los guardianes del Louvre, Tomoji, El rastreador, La montaña mágica o El olmo del cáucaso (Por citar solo algunos)

Sabiéndose muy enfermo Taniguchi dedicó sus últimos meses de vida a una ambiciosa obra que iba a resumir sus mayores preocupaciones, tanto argumentales como estilísticas. Un libro que vuelve a actuar de puente entre el manga y el cómic franco-belga. Y una obra en la que se trata uno de los temas recurrentes del autor: la necesidad de que el hombre se relacione con la naturaleza de una forma más armoniosa. Su título es El bosque milenario (Ponent Mon).

Página de 'El bosque milenario'
Página de 'El bosque milenario'

Página de 'El bosque milenario'

Una obra en la que Taniguchi nos invita a perdernos en la naturaleza y a apreciar las cosas realmente bellas de la vida. A sumergirnos en un bosque mágico, como todos los bosques. Porque si nos dejamos seducir por la naturaleza no dejaremos de descubrir maravillas.

Una obra apabullantemente bella en la que el verde del bosque parece hipnotizarnos, sumergiéndonos en un mundo irreal habitado por criaturas fantásticas que siempre han estado allí, pero que los hombres no podemos ver por haber perdido la capacidad de soñar. Una ensoñación que podemos recuperar, aunque solo sea momentáneamente, perdiéndonos en este bosque de Taniguchi.

Página de 'El bosque milenario'
Página de 'El bosque milenario'

Página de 'El bosque milenario'

Un manga libre de ataduras

Todos conocéis los mangas de pequeño formato y en blanco y negro, un formato muy práctico que los japoneses devoran ávidamente y que en las últimas décadas han conquistado el mundo. Un tamaño del que Taniguchi se quería desligar con esta obra que mezcla lo mejor de ambos mundos, el manga y el cómic europeo. De ahí su extraño formato para los japoneses (apaisado y en color).

En un principio la historia iba a consistir en una serie de cinco álbumes e iba a estar destinado a los niños. Pero Taniguchi no podía sospechar que le quedase tan poco tiempo, por lo que solo pudo concluir estas 72 maravillosas páginas que nos dan una idea de lo que podía haber sido una nueva obra maestra del cómic. Y que al final son un canto a la naturaleza indicado para todas las edades.

Es curioso que Taniguchi quisiera despedirse con una obra para niños ya que todo su trabajo estuvo dirigido a los adultos salvo La montaña mágica, que fue publicada en una revista juvenil. Pero para el autor los niños simbolizan esa imaginación sin límites y esa capacidad de asombro, mediante las que la relación con la naturaleza es mucho más especial. Cualidades que perdemos cuando nos convertimos en adultos serios, responsables y... aburridos.

Página de 'El bosque milenario'
Página de 'El bosque milenario'

Página de 'El bosque milenario'

El protagonista es un niño que habla con la naturaleza

La historia se desarrolla en Tottori, la región natal de Taniguchi, en donde se han producido algunos de los terremotos más trágicos de Japón. El peor fue el que tuvo lugar el 10 de septiembre de 1943, que mató a más de 1000 personas.

La acción comienza a finales de los años 50 cuando, como consecuencia de uno de esos terremotos una parte muy antigua de un bosque reaparece de forma sorprendente. Un geólogo enviado a investigar descubre una especie de mineral que se parece al uranio, lo que provoca que las compañías mineras quieran explotar la zona.

Allí acaba de llegar nuestro protagonista, Wataru Yamanobe, un chaval de 10 años de padres separados que, tras la enfermedad de su madre, se va a vivir al campo con sus abuelos. Allí descubrirá que puede oír la vos de las plantas y de los animales de ese bosque mágico. Un relato iniciático sobre un niño que tiene facultades especiales que le permiten relacionarse con la naturaleza.

Al final Taniguchi tenía previsto que los niños se aliarán con la naturaleza para salvar al bosque de la explotación minera que amenazaba con destruirlo. Ya había planificado dos de los cinco tomos que, desgraciadamente, nunca podremos ver completados. Aunque lo que nos ha llegado es espectacular y puede disfrutarse como un sueño inacabado.

Página de 'El bosque milenario'
Página de 'El bosque milenario'

Página de 'El bosque milenario'

La nostalgia siempre ha sido uno de los temas que recorren la obra de Taniguchi y aquí también está muy presente. Incluso sospechamos que el joven protagonista podría ser un trasunto de Taniguchi y su infancia en esos bosques de Tottori

El cómic se completa con un amplio dossier sobre los planes de Taniguchi para esta obra, incluyendo bocetos e interesantes artículos sobre lo que podría haber sido esta obra que, aún inacabada, cumple su objetivo de que amemos más a la naturaleza.

Porque sus páginas son auténticas obras de arte. Y las acuarelas de Taniguchi consiguen reflejar toda belleza de esos bosques. La belleza de la naturaleza que deberíamos apreciar mucho más a menudo.

Por cierto que, al final del libro varios autores como Masayuki Kusumi (con quien trabajara en El gourmet solitario) se despiden del maestro.

Y en Japón también se ha publicado otra obra póstuma de Taniguchi que se titula Izanau mono (Cosas a probar), un tomo que incluye incluye ilustraciones en tinta china y carboncillo, ensayos, colaboraciones y otra historia inacabada de Taniguchi. ¿Lo veremos por aquí?

Portada de 'El bosque milenario'
Portada de 'El bosque milenario'

Portada de 'El bosque milenario' Ponent Mon