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Adoptar la hora de Londres supondría ganar calidad de vida

  • Eliminar el almuerzo y reducir el tiempo de la comida acortaría la jornada laboral
  • El cambio del pasado sábado no es racional porque nos aleja de Europa

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La Comisión Nacional para la Racionalización de Horarios Españoles ha pedido que se cambie la hora en España y se ajuste a la hora solar que le corresponde.

Jose Mª Fernández Creuhet, que trabaja en el Centro para la investigación del uso del tiempo de la Universidad de Oxford, ha hablado en el programa Las mañanas de RNE sobre el impacto que tendría esa modificación horaria.

Este experto en gestión del tiempo afirma que España es un verso suelto dentro de la UE y urge modificar nuestro horario para ganar en calidad de vida.

El especialista ha analizado nuestras costumbres. Los españoles nos levantamos a las siete, pero se apura el reloj al máximo porque nos hemos acostado tarde así que tomamos un café rápido en el desayuno. A las 10 hay que realizar una pausa laboral para almorzar algo, porque nos hemos saltado la ingesta más importante del día. A las dos se realiza una comida de dos platos y postre que se alarga hasta las cuatro, lo que hace que regresemos al trabajo con el estómago lleno. Salimos de la oficina a las siete o las ocho y hay que recoger a los niños de casa de los abuelos, que son los que se encargan de su crianza al salir del colegio. Cenamos sobre las nueve, vemos la televisión a partir de las diez y nos acostamos a las 12.

Fernández Creuhet considera que se pierden treinta minutos del almuerzo y noventa de la comida, que se podrían reducir de la jornada laboral para poder conciliar mejor.

Alemanes y franceses se acuestan a las diez

Los alemanes se levantan a las seis de la mañana, hacen un desayuno contundente, comienzan su jornada laboral a las siete, sobre las 12 toman algo rápido y a las cinco de la tarde se marchan a casa. El informativo principal dura quince minutos y se emite a las ocho de la tarde, lo que hace que la hora fuerte televisiva finalice sobre las diez y media. Esto hace que los germanos se acuesten habitualmente entre las 10 y las 11 de la noche.

Los franceses se despiertan sobre las siete y entran a trabajar a las ocho. La comida en este país se realiza a las 12 y es un tentempié ligero. Su periodo de esparcimiento abarca de las 17.00 a las 19.00 horas. Los informativos galos comienzan a las ocho y el horario de máxima audiencia a las nueve, lo que hace que nuestros vecinos se acuesten entre las 10 y las 11.

Según Eurostat, la encuesta europea sobre calidad de vida, un 41% de los españoles llega muy cansado varias veces a la semana para realizar tareas de la vida personal y familiar. El sondeo añade que el 20% ha tenido estrés como consecuencia de los problemas relacionados con el equilIbrio entre la vida privada y la profesional.

Según este experto, el cambio de hora realizado el pasado sábado no es racional, ya que la península ya está una hora por encima de la que le corresponde y en el caso de Galicia son dos. En España amanece y anochece más tarde que en el resto de Europa, por lo que los beneficios los tenemos todo el año. La modificación realizada nos separa más de Europa y hace que lleguemos más cansados al final del día.