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Se cumplen 40 años de la primera visita de un papa a España. Juan Pablo II fue recibido en Madrid por los reyes y durante 10 días recorrió el país. En Las Mañanas de RNEJesús Bastante, redactor jefe de ‘Religión Digital’ destaca que en su visita lanzó varios mensajes en sus discursos que “cambió el ritmo de la Iglesia española y provocó un giro de 180º en la institución.” Ha subrayado que la duración de esta visita fue tan larga en parte por la edad de Juan Pablo II ya que considera tenía 60 años y era muy joven para ser papa. “Fue una visita grandísimas en todos los sentidos” y compara la España católica de hace 40 años con la actual. Y considera que “Juan Pablo II fue el primer papa global de la historia.”

El papa vino cinco veces a España, la última dos años antes de su muerte. Pero aquel primer viaje fue el más importante por su duración,  del 31 de octubre al 9 de noviembre de 1982, por lo extenuante del programa, por el contexto político en el que se produjo y por el cambio de rumbo que comenzó a imprimir a la Iglesia española, dentro de una reorientación global de la Iglesia.

Con la firma de Luis Zaragoza, el programa reproduce el itinerario del viaje, recuerda sus actos más significativos y se plantean sus consecuencias reales. Pero, además, se cuentan los preparativos de la visita y el retraso que se produjo como consecuencia del atentado del 13 de mayo de 1981, que estuvo a punto de acabar con la vida del papa.

Juan Pablo II fue aclamado multitudinariamente, aunque su llegada se produjera solo tres días después de la abrumadora primera victoria electoral del PSOE. Una paradoja sólo aparente, porque en aquella visita se mezclaron el entusiasmo, tanto por el personaje como por su doctrina, y la curiosidad.

La efeméride nos sirve además para profundizar en la personalidad de Juan Pablo II y en las señas más claras de su pontificado: la asunción de técnicas de comunicación de masas mediáticas; la potenciación de los llamados nuevos movimientos de laicos (singularmente el Opus Dei); un perfil político claro con voluntad de influir en el presente histórico; y una doctrina que aunaba un marcado carácter social con un acentuado conservadurismo en lo moral y en lo doctrinal.

Juan Pablo II recorrió 16 ciudades de 14 provincias. Eso teniendo en cuenta que todas las noches durmió en la Nunciatura, en la capital de España, menos una, que pasó en Zaragoza. Pronunció 47 discursos oficiales, más muchos saludos improvisados. Entre los actos más multitudinarios, más comentados y también con más connotaciones políticas, de aquel programa estuvieron la misa por las familias cristianas, que tuvo lugar en la Plaza de Lima de Madrid el 2 de noviembre, y el encuentro con los jóvenes, también en la capital, en el estadio Santiago Bernabéu, al día siguiente.

Con motivo del viaje a España de Juan Pablo II se abre un debate en el que participan Paloma Gómez Borrero, Pilar Urbano y el padre José María Javierre, entre otros.

El propio Francisco encargó este informe, un documento exhaustivo, con testimonios a veces demasiado explícitos. Casi un centenar de entrevistados, como el de una madre que cultivó la amistad con el padre de Mc Carrick, el tío Ted, hasta que un día lo vio sentado en el sofá de su casa manoseando a sus dos hijos. De eso hace ya 30 años. Hoy McCarrick aún no ha pedido perdón, a sus 90 años vive retirado en Estados Unidos en una residencia para exsacerdotes.

El papa se ha referido a él, como un informe doloroso. En la audiencia de este miércoles ha mostrado su cercanía con las víctimas de abusos y ha renovado el empeño de la iglesia por acabar con este mal. El informe reconoce errores que empiezan con Juan Pablo II. Wojtyla fue quien promocionó a Mc Carrick nombrándole arzobispo de Washington y cardenal cuando ya existían indicios de su comportamiento sexual. Benedicto XVI lo mantuvo como cardenal un año más, pero como seguían las sospechas de abusos se le aconsejó que lo apartara de la vida pública. Y Francisco heredó el problema. Todo cambió cuando se presentó la primera denuncia oficial en 2017, el abuso de Mc Carrick a un menor: entonces se le juzgó, se le condenó, se le retiró el cargo de cardenal y se le expulsó del sacerdocio.

Una investigación interna del Vaticano sobre los abusos sexuales a menores del ex arzobispo de Washington, Theodor Edgar McCarrick, reconoce que Benedicto XVI evitó someterle a un juicio canónico y que solamente le pidió que mantuviera un perfil bajo. Además, el informe también incluye reproches a Juan Pablo II, que nombró arzobispo a McCarrick y que, según la investigación, no creyó las acusaciones de abusos y se dejó llevar por su relación personal con McCarrick.

El papa Juan Pablo II dirigió la Iglesia desde 1978 hasta su fallecimiento en 2005. Durante su Pontificado viajó por todo el mundo y tuvo un papel importante en el desmoronamiento de los regímenes comunistas del este de Europa. Los conflictos internacionales y la solidaridad entre las diferentes religiones y pueblos centraron un mensaje apostólico muy tradicional en cuanto a lo moral. Después de su muerte, Karol Wojtyla fue beatificado.

El papa Francisco ha lamentado el fallecimiento de Fidel Castro y ha trasladado el péseme a toda su familia en un telegrama dirigido a su hermano Raúl. Con su mediación, el pontífice contribuyó al deshielo entre Cuba y Estados Unidos.

La relación entre Cuba y el Vaticano fue unas veces más frágil y otras más activa, pero siempre discreta hasta que en 1996, durante una cumbre en la FAO en Roma, Fidel Castro visita por primera vez a un papa, Juan Pablo II, en el Vaticano y le invita a viajar a Cuba.

Un total de 122 delegaciones oficiales y 24 jefes de Estado y 10  jefes de Gobierno han casistido este domingo a la ceremonia en la que el papa Francisco canonizará a los papas Juan XXIII  y Juan Pablo II.  La delegación española ha estado encabezada por los reyes, don Juan Carlos y doña Sofía, y varios ministros del Gobierno.

Con palabras en latín, según el rito de la Iglesia Católica, el papa Francisco ha proclamado santos a Juan Pablo II y a Juan XXIII. La ceremonia de canonización se ha celebrado en la Plaza de San Pedro ante cerca de 800.000 personas, según el Vaticano. 24 jefes de Estado, entre ellos el rey Juan Carlos, y unas cien delegaciones oficiales han asistido a este homenaje inédito a dos de los papas más carismáticos de los siglos XX y XXI.

El papa Francisco ha proclamado este domingo la santidad de los papas Juan XXIII y Juan Pablo II y ha pedido, en una multitudinaria ceremonia en la Plaza de San Pedro, que ambos pontífices sean inscritos en los libros de los santos de la Iglesia. Lo ha hecho en latín, al comienzo del acto en el que la Iglesia Católica eleva a los altares a los dos papas, en una ceremonia que concelebra con el papa emérito Benedicto XVI.

Este domingo millones de personas en el mundo contemplarán una ceremonia universal. La canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II congrega en Roma a centenares de miles de fieles, cardenales, obispos, Jefes de Estado y autoridades que asistirán a un acontecimiento global que llega a dos mil millones de hogares, gracias a la que, aseguran, será la mayor cobertura mediática de la historia del Vaticano. Un acto que, en la mañana del domingo 27 de abril, será conducido por el Papa Francisco y contará probablemente también con la presencia del Papa emérito Benedicto XVI. Juan XXIII y Juan Pablo II, dos Papas muy distintos, pero los dos decisivos en la historia del mundo del último medio siglo, van a ser elevados a los altares.