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'Brexit' | Cronología

Del referéndum del 'Brexit' al acuerdo comercial: cuatro años para pactar un divorcio histórico

  • Cuatro años y medio después de la victoria del Brexit, Londres ha logrado sellar un pacto para mantener una relación con la UE
  • De David Cameron a Boris Johnson, la búsqueda de la soberanía ha sumido en el caos la política británica

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El acuerdo comercial post-Brexit concluye cuatro años de divorcio entre Reino Unido y la UE

La ruptura del Reino Unido con la Unión Europea pasará a la historia como el divorcio más exasperante y eterno. Lo que empezó como un referéndum que pocos veían con opciones de triunfar ha terminado cuatro años y medio después en una nueva relación entre dos socios europeos ligados durante casi medio siglo.

El Reino Unido abandonó formalmente la UE el 31 de enero de 2020, pero desde entonces todo ha seguido igual, a excepción de la pérdida de voz y voto en el club comunitario. Entonces se fijó un periodo de transición en el que Londres seguiría adherido a la normativa europea, 11 meses para negociar la futura relación tras el divorcio definitivo.

Y aunque muchos vieron en la separación el final de la saga, el caos del Brexit, pandemia mediante, siempre fue una amenaza a la vuelta de la esquina que, como todo lo relativo al divorcio, ha terminado con un pacto in extremis anunciado en Nochebuena.

Una victoria inesperada

Londres se adhirió a la antigua Comunidad Económica Europea en 1973 tras sortear dos vetos de Francia, pero el sentimiento antieuropeísta siempre estuvo presente. Ya durante el Gobierno de Margaret Thatcher (1979-1990), el Reino Unido siempre trató de disputar lo que percibía como un exceso de poder en Bruselas y luchó por su independencia. Tanto, que nunca adoptó el euro ni formó parte del espacio Schengen.

En 2015, David Cameron logró la mayoría absoluta con la promesa de un referéndum sobre la permanencia en la UE para unificar a un Partido Conservador dividido durante años por Europa. Nadie veía posible una victoria de la salida y el Gobierno optó por una tímida campaña a favor de la permanencia.

Pero los discursos grandilocuentes de Boris Johnson o Nigel Farage, que abogaban por la recuperación del control británico, y sus mentiras sobre los beneficios de recuperar el dinero invertido en la UE para mejorar el sistema sanitario inclinaron la balanza a favor del no.

El 23 de junio de 2016, el 51,9 % de los británicos votó a favor de abandonar la UE frente al 48,2 % que quiso permanecer. "Los británicos han hablado y la respuesta es: estamos fuera", anunció de madrugada el mítico presentador de la BBC, David Dimbleby. El ansiado "día de la independencia" había llegado.

Los británicos deciden salir de la Unión Europea

"El Brexit es Brexit", pero no con Theresa May

Y así, con un pie fuera del club comunitario, David Cameron renunció a dirigir un barco que chocaba de lleno con su ideario. Theresa May, hasta entonces ministra del Interior, heredó los mandos de un país completamente absorbido por el Brexit y prometió el resurgir británico bajo una simple premisa: "El Brexit significa Brexit".

A pesar de su firme defensa de la permanencia, la Dama de Hierro que no fue quiso precipitar el divorcio para contentar a su partido y en marzo de 2017 activó el mecanismo para la separación, ignorando las advertencias sobre la poca preparación para unas negociaciones que se antojaban complicadas e inéditas.

Manifestación en 2017 contra el 'Brexit' en Londres

Manifestación en 2017 contra el 'Brexit' en Londres. DANIEL LEAL-OLIVAS / AFP

La conservadora quiso sortear la división de opiniones en su partido con un fallido all-in electoral: los británicos le arrebataron la mayoría electoral cosechada por Cameron y escogieron un Parlamento muy polarizado incapaz de acordar un frente común en las primeras negociaciones con Bruselas.

La llave para un acuerdo del Brexit quedó en mano de diez diputados unionistas norirlandeses que resultaron determinantes en el fracaso de May. El Acuerdo de Retirada llegó el 13 de noviembre de 2018 e incluía una frontera permeable con Irlanda, la salvaguarda que impediría una frontera en la isla que violase los Acuerdos del Viernes Santo.

Crisis política, fractura social y prórrogas

Y esta salvaguarda se convirtió precisamente en el talón de aquiles de May. Las dimisiones en su gabinete en contra de las condiciones para la separación desencadenaron la mayor crisis constitucional en el país desde la Segunda Guerra Mundial. May sobrevivió a una moción de confianza en su partido, esquivó la moción de censura de la oposición laborista, incapaz de adoptar el deseo de gran parte de la población a favor de un segundo referéndum, pero nunca conquistó al Parlamento.

Los maratonianos debates con insultos, amenazas y gritos se sucedían día tras día en los Comunes. Según el Tratado de Lisboa, el Reino Unido debía abandonar la UE justo dos años después de su activación, en marzo de 2019. Pero el evidente bloqueo por Irlanda, la división conservadora y las presiones euroescépticas dieron paso a meses de prórrogas y negociaciones de última hora que llegaron a exasperar a los líderes europeos.

El mundo contemplaba atónito a un Parlamento británico que solo constataba una premisa: el Brexit se había convertido en la peor pesadilla del Reino Unido.

Johnson, al rescate del Brexit

El 24 de mayo de 2019, Theresa May cedió a la presión con su dimisión. "He hecho todo lo que he podido", reconoció entre lágrimas. No fue suficiente, y la heredera que prometió imaginación pasó a la historia como la segunda víctima política del Brexit. Dos meses después, Boris Johnson, convertido euroescéptico, polémico y uno de los rostros más prominentes de la salida llegaba al número 10 de Downing Street.

Theresa May, la primera ministra que fracasó con el 'Brexit'.

Y como May, prometió una y otra vez lo imposible: que el divorcio ocurriría sin ninguna prórroga. "Prefiero morir en una zanja" antes que solicitar otra extensión, llegó a decir. El 17 de octubre, a solo dos semanas para la fecha límite, Johnson anuncia un nuevo acuerdo con la UE que reemplazaba la salvaguarda irlandesa por controles aduaneros fuera de la frontera en Irlanda. De nuevo, su plan se topa con el rechazo del DUP y, tras una serie de artimañas legales en busca de la ratificación del acuerdo, Johnson se ve obligado a solicitar otra prórroga. "Usen este tiempo con sensatez", responden en Bruselas.

Y así sucedió, al menos en lo relativo a los planes de Johnson. El primer ministro recuperó en diciembre la mayoría absoluta con un margen no visto desde la era Thatcher. Vía libre para el Brexit: sus diputados ratifican sin problemas el Acuerdo de Retirada y permiten de una vez por todas la salida.

Once meses de bloqueo para un pacto in extremis

El 31 de enero de 2020, en un sobrio ambiente, la bandera británica deja de ondear en Bruselas y Londres abandona la UE "Esto no es un final, sino un principio", señala Johnson. Los partidarios del Brexit consiguen la ansiada independencia, los detractores, resignados, se conforman con la reconciliación nacional y sueñan con volver a la UE

A partir de las 23.00 GMT, el Reino Unido se ha convertido en un país externo a la UE y ha consumado el 'Brexit' que sus ciudadanos votaron en 2016 tras 47 años de pertenencia al bloque comunitario. Londres ha colocado una cuenta atrás sobre la fachada de la residencia del primer ministro en Downing Street y los partidarios de salir de la UE lo han celebrado y festejado delante del Parlamento de Wetsminster.

Pensar que el laberinto acabaría allí no fue sino una equivocación. Londres y Bruselas se dieron 11 meses para pactar un acuerdo comercial que normalmente requiere años de negociaciones. Nada cambiaría hasta el 31 de diciembre de 2020, Johnson aseguraba disponer de un "acuerdo listo en el horno" y, convencido, impidió por ley que las conversaciones se prolongaran más allá de 2020.

Apenas un mes después, la pandemia del coronavirus truncó sus planes. Los equipos negociadores tuvieron que aplazar las conversaciones ante la emergencia sanitaria mundial y, cuando las retomaron, se toparon con tres obstáculos que parecían insalvables: la gobernanza del acuerdo, la competencia El tira y afloja volvió a la primera línea, las amenazas de un divorcio abrupto se sucedieron a ambos lados del Canal de La Mancha, que colapsó durante unos días por una nueva variante de la COVID-19, y el pesimismo enfangó a una Unión Europea que ya había pasado página.

Pero como todo lo que rodea a una separación histórica y a pesar del constante incumplimiento de los plazos, el Brexit ha terminado con una solución de última hora. El 1 de enero de 2021, el Reino Unido se convertirá en un país tercero que recupera su soberanía en perjuicio de su economía a corto plazo. Solo el futuro determinará si el acuerdo compensa a los británicos.