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Botsuana vuelve a permitir la caza de elefantes cinco años después de su prohibición

  • La medida ha suscitado una fuerte polémica en el país, que cuenta con la mayor población de estos animales del mundo
  • El Gobierno sostiene que dedica el 40% del país a la conservación y que su objetivo es gestionar la población creciente de elefantes

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14 horas - Permiten cazar elefantes en Botsuana

Botsuana, el país con más elefantes del mundo, ha decidido levantar la prohibición de cazar estos animales en su territorio después de cuatro años de veto, según ha informado este jueves el Gobierno sobre una medida que ha causado polémica.

"Cuando hablamos de caza hablamos de caza controlada, manejada por el Departamento de Fauna y Parques Nacionales", ha afirmado este jueves el ministro de Medioambiente, Conservación y Turismo de Botsuana, Onkokame Kitso Mokaila, en una rueda de prensa en Gaborone para detallar la medida.

"Botsuana nunca ha abogado por una carnicería masiva, eso nunca ocurrirá en Botsuana. Por eso, tenemos dedicado el 40% de nuestro país a la conservación (...). El objetivo es gestionar (la población creciente de elefantes). Y cuando hablamos de caza en la historia de Botsuana, se ha cazado desde siempre", ha añadido Mokaila.

El ministro ha desdeñado la polémica que ha suscitado este jueves la medida y ha señalado que el Ejecutivo del presidente Mokgweetsi Masisi no está actuando a la ligera.

Conflictos entre elefantes y humanos

Entre los motivos señalados para el levantamiento del veto figuran el incremento de los conflictos entre humanos y elefantes

-incursiones de los paquidermos en localidades y terrenos de cultivo que a veces quedan destrozados con grave daño a los medios de subsistencia de las familias- o el aumento de los depredadores atraídos por estos paquidermos y sus consecuencias para el ganado.

En el país también se registran en ocasiones muertes humanas por incidentes relacionados con las invasiones de los elefantes.

El Gobierno de Botsuana también ha alegado que la restricción de la caza, instaurada en 2014 por el anterior presidente del país, Ian Khama (2008-2018), ha tenido un "impacto negativo" en la forma de vida de muchas comunidades que antes se beneficiaban de ella.

"Era una suspensión no era una prohibición de la caza, no estaba destinada a ser permanente. Era para observar lo que pasaba en nuestro ecosistema", ha explicado el ministro.

En general,  Botsuana defiende que hay "consenso general" entre los implicados locales, según se desprendió de un proceso de debate abierto en febrero pasado.

Las ONG critican la decisión

No obstante, organizaciones medioambientales internacionales e incluso personalidades del mundo de la cultura han levantado la voz contra la decisión adoptada en Gaborone.

"Decepcionante decisión de Botsuana la de levantar la prohibición de caza (de elefantes) y la de la suspensión de la caza de trofeo (que se practica para obtener piezas de animales como trofeo). Este sangriento deporte es cruel, obsoleto, antiético y perjudica la conservación", ha señalado en Twitter la organización alemana Pro Wildlife.

"Presidente Masisi, por cada persona que quiere matar elefantes hay millones que los quieren protegidos. Estamos vigilando", ha destacado en la misma red social la presentadora de televisión estadounidense Ellen DeGeneres.

Con más de 135.000 ejemplares, Botsuana tiene la mayor densidad de población de elefantes del mundo.

El presidente Masisi mantiene una postura contraria a la inviolabilidad de los elefantes, pese a que el turismo de safaris de lujo aporta jugosos ingresos para el país.

A comienzos de este mes, Masisi fue anfitrión de un foro con los países vecinos de Botsuana -un grupo que en total alberga dos tercios de los 400.000 elefantes que se estima que quedan en África- en el que defendió el levantamiento de la prohibición internacional de comerciar con marfil.

Según datos del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), en la primera mitad del siglo XX había más de tres millones de elefantes en la región.

La población total ha disminuido, por tanto, hasta quedarse en un 13% de aquellas cifras en menos de un siglo.