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La OCDE recomienda que solo los jubilados puedan cobrar pensiones permanentes de viudedad

  • La organización de Ángel Gurría también plantea impedir que los divorciados cobren la pensión de viudedad

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El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría
El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría.

La Organización para el Desarrollo y la Cooperación Económica (OCDE) ha recomendado a sus países miembros, entre ellos España, limitar el cobro de las pensiones de viudedad, de forma que solo se tenga derecho a una pensión permanente de este tipo tras la jubilación, así como impedir que las personas divorciadas puedan acceder a ellas.

En su informe anual sobre el estado de las pensiones, la organización internacional presidida por el mexicano Ángel Gurría ha subrayado que el objetivo último de las pensiones de viudedad, por encima de todo, es mantener el nivel de vida de los viudos.

"Las pensiones de viudedad deberían centrarse más claramente en suavizar el nivel de vida de los viudos, un objetivo político necesario, al mismo tiempo que se limitan los desincentivos para participar en el mercado laboral y se elimina cierta redistribución entre los hogares que es difícil de justificar", ha subrayado la OCDE.

Menor cuantía si viven en pareja

De esta forma, la propuesta del organismo pasa por "internalizar" el coste de las pensiones dentro de las parejas. Esto es, que a los mismos derechos para cobrar una pensión, aquellos individuos que estén viviendo en pareja deberían cobrar una cantidad menor que aquellos jubilados que vivan solos o estén solteros. De esta forma, se equilibraría el gasto de las pensiones de viudedad.

La argumentación que da la entidad internacional es que las parejas que comparten casa y convivencia se benefician de "economías de escala" frente a los que viven solos. Por tanto, sus ingresos relativos son realmente más altos aunque cobren la misma cantidad.

Además de esta reforma, la OCDE también ha recomendado a los Estados que las pensiones de viudedad no deberían de cobrarse de por vida a menos que la persona que la vaya a recibir esté ya jubilada.

"En su lugar, a edades más tempranas un beneficio temporal debería ser accesible tras la muerte de la pareja para ayudar a la persona viuda a adaptarse a la nueva situación", se puede leer en el informe publicado este lunes.

Los divorciados sin pensión de viudedad

La propuesta de la OCDE con respecto a las pensiones de viudedad choca con la realidad de sus países miembros. Solamente nueve países de los 35 que componen el club internacional limitan o niegan el derecho a cobrar una pensión de viudedad después de que se produzca un divorcio.

"Las pensiones de viudedad son útiles para proteger los ingresos disponibles de una persona una vez que su pareja muera, de la misma forma que las pensiones de jubilación sirven para evitar una caída en los ingresos tras las jubilación", ha afirmado el organismo, para añadir que ese objetivo "no es relevante" cuando quien muere es la persona que formaba una antigua pareja.

En el caso de España, la OCDE ha indicado que las pensiones de viudedad representan el 2,3% del PIB del país, estando en el grupo que más gasta, junto con Italia y Grecia.

España también se encuentra entre los países cuyas pensiones de viudedad representan un mayor porcentaje con respecto al gasto total en la población de la tercera edad (más de un 25%), junto a Luxemburgo y Turquía, mientras que también es de los países donde hay más receptores, ya que se pagan más de dos pensiones de viudedad por cada cinco pensionistas.

Ajustar la edad de jubilación a la esperanza de vida

En su informe bienal de perspectivas, la OCDE señala para garantizar la viabilidad de las pensiones y la cobertura de los jubilados hay varias opciones de ajuste, y en primer lugar vincular la edad de jubilación a la esperanza de vida.

Pero teniendo en cuenta que la esperanza de vida es muy diferente entre los grupos sociales, y que ciertos colectivos de la parte baja de la escala social o con un bajo nivel educativo viven menos tiempo una vez que se jubilan y por tanto reciben menos beneficios por las contribuciones que hicieron durante su vida activa.

Para evitar el efecto regresivo que el aumento de la edad de jubilación tiene para esos colectivos, la OCDE no llega a preconizar que se establezcan reglas particulares para retirarse, pero sí al menos que se permita flexibilidad para decidir el momento en que abandonan la vida activa.

"En términos generales, habrá que trabajar más pero no todos los grupos lo podrán hacer", señala antes de recordar que los sistemas públicos de pensiones y las reglas fiscales pueden ayudar a mitigar esas desigualdades, en particular con unos niveles de pensiones para esos colectivos proporcionalmente más elevados en relación con sus cotizaciones.

Ahorrar más o estar más tiempo ahorrando

Pablo Antolín, uno de los autores del estudio, explica que "si la gente vive más (...) alguien tiene que pagar" y plantea una dicotomía: "o ahorras más o pasas más tiempo ahorrando".

Antolín cita mecanismos para que el sistema no se desequilibre entre contribuciones y remuneraciones, como la elevación de la edad de jubilación conforme sube la esperanza de vida, pero también relacionar la evolución de las pensiones con el crecimiento económico.

Además plantea que los beneficios de cada individuo y la cuantía de la pensión en el momento de la jubilación estén en función de los puntos acumulados durante todo el periodo de cotizaciones de la vida activa.