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La alianza rebelde se resquebraja en Yemen

  • Saleh ofrece negociar a sus enemigos de la coalición árabe suní
  • La milicia hutí, sus socios hasta ahora, le acusan de dar un "golpe"
  • Ha habido sangrientos enfrentamientos en la capital con al menos 40 muertos

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El expresidente yemení Ali Abdalá Saleh
El expresidente yemení Ali Abdalá Saleh

La alianza rebelde del Yemen formada por la milicia hutí, apoyada por Irán, y las fuerzas leales al expresidente Ali Abdalá Saleh parece haberse desintegrado este sábado después de sangrientos enfrentamientos en la capital con al menos 40 muertos.

Las tropas leales a Saleh, quien ha sido socio de los hutíes desde que tomaran Saná a finales de 2014, se hicieron con el control del palacio presidencial, los ministerios de Economía y Defensa y varias instalaciones de seguridad en la capital, según testigos.

Mientras, Saleh pronunció un discurso televisado en el que instigó a que se produzca un levantamiento popular contra la milicia chií, que respondió acusándole de llevar a cabo un "golpe" y de estar al servicio de Riad.

Tiene la mano a la coalición de suníes

En su discurso, el veterano político también hizo un ofrecimiento de negociación a su hasta ahora enemigo, la coalición de países árabes suníes liderada por Arabia Saudí, que apoya militarmente al presidente Abdo Rabu Mansur Hadi desde marzo de 2015.

A la coalición, le pidió que detenga las hostilidades y que levante el bloqueo aéreo y naval que ejerce sobre el país, como paso previo a la apertura de "una nueva página" en las relaciones, con miras a poner fin al conflicto.

Ya es suficiente lo que ha pasado en el Yemen

"Ya es suficiente lo que ha pasado en el Yemen", ha dicho Saleh, quien en 2012 se vio obligado a ceder la presidencia a Hadi en medio de un levantamiento popular, después de haber ocupado el cargo 33 años de forma ininterrumpida, primero frente a la república del Norte del Yemen y desde 1990, en el Yemen unificado.

El gobierno del presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi, el único reconocido internacionalmente, ha apoyado la decisión de su predecesor y enemigo, Ali Abdalá Saleh, e instó a tejer una "alianza nacional" contra los hutíes.

"Saludamos la posición seria (de Saleh) frente a estas milicias y llamamos a todo el pueblo yemení en la capital, Saná, y el resto de las provincias, a hacer un levantamiento popular contra las milicias hutíes respaldadas por Irán", dijo un comunicado emitido por altos representantes del Gobierno, tras una reunión celebrada en Riad.

La coalición árabe aplaudió el cambio de postura de Saleh y lo consideró como un "bendito levantamiento" que sacará al país "de los males de las milicias terroristas sectarias iraníes" y lo devolverá "a su entorno árabe natural".

Hutíes tachan a Saleh de golpista

Los rebeldes hutíes tacharon a Saleh de golpista y pidieron a su partido que dé marcha atrás y que abandone "esta imprudencia irresponsable".

Sin embargo, las tropas de Saleh pasaron de las palabras a los hechos y arrebataron hoy a los hutíes el palacio presidencial, importantes ministerios y puestos de seguridad y comisarías en Saná y en otros puntos del país, entre ellos, la provincia de Damar, ubicada a cien kilómetros al sur de la capital.

Las hostilidades se iniciaron esta madrugada en Saná, cuando los hutíes intentaron atacar con tanques y vehículos blindados las residencias de algunos altos cargos del Partido del Congreso Popular, de Saleh, y de la Guardia Republicana, que es leal al expresidente.

Según fuentes de ambos bandos y testigos, en los enfrentamientos se produjeron al menos 40 víctimas mortales, incluyendo a combatientes y civiles.

Un conflicto enquistado

El conflicto yemení se ha enquistado a pesar de la intervención árabe y en los últimos meses apenas se han producido avances territoriales.

Los rebeldes dominan Saná y amplias zonas en el norte y el oeste del país, mientras que las fuerzas de Hadi controlan partes del sur, del centro y del este del país.

Los bombardeos y el bloqueo aéreo y naval que aplica la coalición han tenido un alto coste para los civiles.

Desde que se inició la intervención de la coalición árabe, en marzo de 2015, al menos 5.144 civiles han fallecido por el conflicto, 3.233 de ellos a causa de los bombardeos de la coalición, según un recuento de la ONU hasta el pasado 30 de agosto.

A raíz del bloqueo, que impide la llegada de alimentos, 7,3 millones de yemeníes están al borde de la inanición y un total de 18,8 millones de personas, de los 27,4 millones que tiene el país, necesitan de asistencia humanitaria para sobrevivir.

Con 15 millones de yemeníes sin acceso al agua potable y el sistema de saneamiento destruido, ha surgido una epidemia de cólera que ya ha afectado a 500.000 personas y que ha matado a unos dos millares de personas.