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Bruselas propone un presupuesto común, un Tesoro y eurobonos para lograr la convergencia en la eurozona

  • La Comisión se propone "completar" la eurozona con medidas hasta 2025
  • Defiende la necesidad de buscar la convergencia de las economías
  • El Ejecutivo comunitario rechaza un futuro con una eurozona a dos velocidades
  • Alemania rechaza la emisión de eurobonos y la mutualización de la deuda
  • Bruselas se abre a que la deuda pública no sea considerado activo seguro

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Bruselas propone un Tesoro y un presupuesto europeo para fortalecer el euro

La Comisión Europea se ha pronunciado en favor de la convergencia en la zona euro y se lo ha propuesto con ambición, según ha expresado el comisario de Economía, Pierre Moscovici, durante la presentación de la propuesta (ver .PDF en inglés) de crear un presupuesto común, un Tesoro único, un Fondo Monetario y eurobonos, como garantía de futuro en la eurozona.

Todo ello a largo plazo, operativo totalmente en 2025, aunque con un primera fase que se debería completar en 2019. Según Moscovici, sin embargo, el Ejecutivo europeo encuentra una ventana política en este momento cuando el proyecto europeísta ha estado pendiente de las urnas y con el euro ya como un símbolo de estabilidad.

Alemania ha tardado poco en posicionarse en contra de la propuesta presentada a los medios de comunicación en Bruselas por el comisario Pierre Moscovici y el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovski, para la reflexión sobre el futuro de la zona euro. Según informa Reuters, una portavoz de Wolgfang Schäuble, ministro de Finanzas germano, ha rechazado la propuesta de los eurobonos y la mutualización de la deuda, dos de los aspectos de la propuesta en pos de la convergencia.

Sin embargo, según Moscovici, no afrontarlo aboca al riesgo de una zona euro con economías a dos velocidaes, lo que, en su opinión, "tendría consecuncias muy graves".

La distancia de las economías en la zona euro

Moscovici ha reconocido que economistas como el Nobel Joseph Stiglitz creen que la diferencia es tal entre las economías "que el euro no puede ser uno solo", pero el comisario ha defendido que "necesitamos que el euro sea uno solo".

Bruselas señala que el "pilar monetario" de la eurozona está "bien desarrollado", pero advierte de que el "componente económico" está rezagado. Por eso, y porque el euro "es mucho más que una moneda", la Comisión Europea insta a los Estados miembros a "poner el pragmatismo antes que el dogma" y a "construir puentes frente a la desconfianza individual".

Documento en dos fases hasta 2025

El Ejecutivo comunitario ha diseñado en el documento un planteamiento de dos fases para este proceso hacia una mayor integración. En primer lugar, identifica áreas en las que urge a avanzar "rápido", con el objetivo de adoptar las reformas como muy tarde en 2019. Tras esta primera etapa, pone la vista en 2025 para trabajar en medidas más ambiciosas.

Entre estas últimas, Bruselas plantea la puesta en marcha de una "función de estabilización macroeconómica" a más tardar en 2025. En esencia, sería un presupuesto común que "complementaría a los estabilizadores presupuestarios nacionales en caso de shocks asimétricos severos" y permitiría emprender "políticas fiscales agregadas" en la zona euro cuando "la política monetaria alcance sus límites".

No obstante, el documento advierte de que este instrumento "no debe conducir a transferencias permanentes" y no debe duplicar las funciones del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) como herramienta europea de gestión de crisis. Además, el acceso a este presupuesto anticrisis estará condicionado al cumplimiento de los criterios de convergencia.

Con respecto al diseño concreto de este instrumento de estabilización, el documento plantea tres opciones, que son un esquema europeo de protección de inversiones en casos de desaceleración, un sistema de reaseguro de desempleo (que necesitaría "probablemente" de una mayor convergencia entre los mercados laborales nacionales) y un fondo que tendría capacidad para endeudarse porque su tamaño podría ser "demasiado pequeño" para hacer frente a grandes shocks.

Bruselas se abre a que la deuda pública no sea 100% segura

En el capítulo financiero, la propuesta más novedosa de la Comisión Europea es la de desarrollar valores respaldados por deuda soberana -paquetes de deuda de los países que se pondrían en el mercado-, pero sin la mutualización de deuda prevista en los llamados eurobonos, a la que se opone Alemania. Este sistema podría llevar, a partir de 2019, a la creación de un "activo seguro" común de la eurozona, que sería comparable en el mercado a los bonos del Tesoro de Estado Unidos.

La emisión común de deuda "reforzaría la integración y estabilidad financiera" y atajaría el problema del vínculo entre el sector bancario y la deuda soberana, argumenta el Ejecutivo comunitario, que reconoce sin embargo que la cuestión de la mutualización genera "debate".

En este sentido, por primera vez, si existiera este instrumento, Bruselas acepta la posibilidad de que la deuda pública no tenga riesgo cero y lo ve, incluso, adecuado "si se hace de manera inteligente y gradual" ya que "podría incentivar a los Gobiernos a reducir el perfil de riesgo ligado a sus propios bonos".

Aquí, no obstante, el documento señala que el hecho de que la deuda soberana no fuese un activo seguro tendría "importantes implicaciones" para el sistema financiero de la zona euro: los bancos de la zona euro "probablemente reaccionarían reduciendo drásticamente sus tenencias de bonos soberanos", lo que rompería sus sistemas nacionales y repercutiría en la estabilidad financiera de eurozona.

En cualquier caso, Bruselas pone el énfasis para el corto plazo en completar la unión bancaria mediante la puesta en marcha del fondo único de garantía de depósitos y de un fondo común para el Fondo Unico de Resolución (FUR), elementos "esenciales" que deberían acordarse en 2019 para que sean completamente operativos en 2025.

Tesoro único y Fondo monetario europeo

Por otro lado, Bruselas afirma que la labor de supervisión presupuestaria y económica tanto de la eurozona como de los Estados miembros podría "agruparse bajo un mismo paraguas" en la figura de un Tesoro único, que también se encargaría de coordinar la emisión de los eurobonos y de gestionar el presupuesto común.

Este Tesoro de la zona euro reuniría las competencias de diferentes instituciones y organismos actuales y podría caer bajo la responsabilidad de un ministro de Finanzas de la UE, que asumiría también la presidencia del Eurogrupo.

Finalmente, el documento plantea la creación de un Fondo Monetario Europeo que se construiría a partir del MEDE actual. El objetivo es dotar a la zona euro de una mayor independencia con respecto a otras instituciones internacionales en relación a la estabilidad financiera. Entre sus funciones estarían la gestión de los mecanismos de asistencia de liquidez a los países y, posiblemente, actuar como "último resorte" del Fondo de Resolución bancaria.