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Los expertos recomiendan que los niños de más de 4 años que tartamudeen acudan a un logopeda

  • En un 80% de los casos, estas disfluencias consiguen corregirse
  • El objetivo es impedir que esa tartamudez se instaure
  • Cuanto antes se intervenga, mejor será el resultado.

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Hasta los cuatro años, es habitual que los niños no tengan una fluidez del habla total y cometan errores.
Hasta los cuatro años, es habitual que los niños no tengan una fluidez del habla total y cometan errores.

Con motivo de Día Internacional de la Concienciación de la Tartamudez, este sábado 22 de octubre, el Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid (CPLCM) ha querido lanzar un mensaje a los padres, familiares y docentes: la tartamudez puede corregirse en muchos casos, pero para ello es necesario la detección temprana.

Se estima que un 5% de los niños de menos de cuatro años tienen disfluencias o interrupciones involuntarias en el habla. En estas edades, este tipo de tartamudez se considera parte normal del desarrollo; de hecho, en el 80% de los casos existe posibilidad de remisión. Así lo explica la secretaria del CPLCM, Rosa Cabeza: “La tartamudez afecta a muchos niños cuando aprenden a hablar, cuando sus habilidades del habla y el lenguaje se están desarrollando. No obstante, la mayoría superan estas disfluencias hacia los cuatro años”.

Por tanto, esta experta asegura que si, a partir de esta edad, el problema persiste “es recomendable que se consulte a un logopeda para descartar que se trate de un tartamudeo instaurado”.

Rosa Cabeza matiza que los procesos evolutivos en general, y por supuesto del lenguaje, varían de un niño a otro, y el marcar los cuatro años para diferenciar el tartamudeo propio del desarrollo de un tartamudeo instaurado no es exacto para todos, pero ante la duda, siempre es mejor acudir al logopeda como medida preventiva. Además, reconoce que cualquier alteración es diferente en cada persona, por lo que cada situación debe ser valorada por este profesional cuanto antes.

Signos para detectarlo

Los expertos aseguran que cuanto antes se intervenga mejor será el resultado. Pero el primer paso es detectar, y, en ese sentido, los familiares, docentes y todas las personas del entorno del niño juegan un papel fundamental.

Hasta los cuatro años, es habitual que los niños no tengan una fluidez del habla total y cometan errores. Seguramente alternen periodos en los que hablen fluido con otros en los que les cuestes más hablar. Además, es posible que incluso tengas variaciones si se encuentran indecisos, ansiosos o enfadados. Repetirán palabras, titubearán, reformularán oraciones… Pero, si pasada esta etapa, se siguen produciendo disfluencias es mejor no esperar y acudir al logopeda.

"Un poco más de ti ti ti tiempo" a favor de la tartamudez

El actor Antonio de la Torre protagoniza esta campaña por el Día Internacional de la Tartamudez. Escúchale. Esto no es una película.

Con ocasión del Día Internacional de las Personas con Tartamudez, que se celebra el 22 de octubre, la Fundación Española de la Tartamudez ha preparado un vídeo protagonizado por el actor Antonio de la Torre que muestra la vida de personas afectadas por este trastorno, que afecta a un 1% de la población mundial adulta y a un 5% de la población infantil, lo que supone más de 500.000 personas en España.

La tartamudez es un trastorno de la fluidez del habla, caracterizado por frecuentes repeticiones o prolongaciones de sonidos, sílabas o palabras, en el que el individuo sabe exactamente lo que quiere decir, pero al mismo tiempo el discurso queda interrumpido involuntariamente.

Los expertos advierten de que es común que la mala gestión de estas acciones condicione al niño a la hora de escoger su profesión o su progresión curricular. Aun así, subrayan que la mayor discriminación se produce en el ámbito laboral, donde una persona con tartamudez disminuye exponencialmente sus probabilidades de encontrar trabajo.