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Elecciones generales 2016

Las claves del 26J, las primeras elecciones repetidas de la historia de España

  • Tras el fracaso de las negociaciones de gobierno, vuelta a las urnas
  • El PP volverá a ganar, según los sondeos. El foco, en la segunda plaza
  • El PSOE puede perder la hegemonía de la izquierda por el 'sorpasso'
  • Salvo sorpresas, habrá que pactar para resolver la ingobernabilidad
  • Los indecisos y la posible merma de la participación, otras claves

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Los candidatos de PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos, durante la campaña electoral.
Los candidatos de PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos, durante la campaña electoral.

Las elecciones generales de este domingo ya son históricas, sea cual sea el resultado. Por primera vez, los ciudadanos con derecho a voto en España se ven obligados a acudir de nuevo a las urnas, seis meses después de los comicios del 20D, para desbloquear una situación política inédita en nuestro país y elegir al séptimo presidente de la actual democracia.

Nunca antes se habían repetido unas elecciones, así que, con el voto aún caliente del mes de diciembre, los votantes optarán por repetir papeleta, cambiarla o no ir a votar. La undécima legislatura ha batido el récord de ser la más corta por la incapacidad de los partidos para alcanzar un acuerdo. Los principales candidatos han tenido que situarse, otra vez, en la casilla de salida.

Este domingo- los primeros resultados definitivos se conocerán a partir de las 22:30- se resolverá quién llega primero a la meta, pero seguramente no quién gana la carrera final que acaba en La Moncloa. Será el PP, según todas las encuestas; pero el 'sprint' por el segundo puesto será clave en esta cita electoral, en la que el PSOE puede perder la hegemonía de la izquierda para darle el testigo a Podemos, que sueña con el 'sorpasso' que vaticinan los sondeos. El partido morado medirá este domingo de forma real la fuerza aportada por IU en la coalición Unidos Podemos.

Papeletas electorales en una mesa de un colegio electoral.

Papeletas electorales en una mesa de un colegio electoral. EFE

Obligados a pactar, sí o sí

El bipartidismo tradicional firmó su defunción el 20D. No hace tanto, en las elecciones de 2008, llegaron a aglutinar casi el 84% de los votos (todos los escaños, menos 27, eran rojos o azules). El nuevo tetrapartidismo, que podría estar representado por dos ejes ideológicos naturales- PP junto a Ciudadanos y PSOE junto a Podemos- está más enfrentado que nunca. La hostilidad es doble y los dardos van de un bloque al otro, pero también, y a veces con mayor virulencia, dentro de cada eje ideológico, para desconcierto del ciudadano. Situacion esta que complica, aún más, la conformación del Ejecutivo. La guerra 'interna' entre PP y Ciudadanos y entre PSOE y Podemos por los que consideran "sus votantes" ha sido dura y muy intensa en los últimos meses, lo que no facilita el entendimiento. Las encuestas ofrecen casi un empate técnico entre cada 'bando' , ninguno con mayoría suficiente para coger las riendas del gobierno, según los sondeos.

Sondeos que, por otra parte, no han podido cuantificar el efecto que podría tener la salida del Reino Unido de la UE en los resultados electorales de España o el caso de las grabaciones del ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, ya que en los últimos cinco días antes de las elecciones está prohibida la publicación de encuestas.

En cualquier caso, y sea cual sea el orden final de los factores, PP y PSOE saben que la carrera de relevos histórica que han jugado y que uno y otro iba ganando, alternándose el poder, ha terminado. Y no ignoran que ahora otros dos corredores- Podemos y Ciudadanos- han llegado para quedarse y son decisivos en la configuración de un gobierno que tendrá que formarse, salvo sorpresa mayúscula en forma de mayoría absoluta, por consenso. Los pactos, el diálogo y el acuerdo tendrán que llegar a partir de este lunes, sí o sí, y los cuatro partidos llamados a entenderse tendrán que saber gestionar una nueva realidad política en España basada en la fragmentación del Congreso de los Diputados.

Todos descartan la posibilidad de unas terceras elecciones en el horizonte pero la precampaña, iniciada casi de inmediato tras las elecciones de diciembre, y la campaña oficial de los últimos quince días, no han aclarado demasido qué formula hará posible poner fin al gobierno en funciones.

Habrá que ver también qué papel juegan partidos como ERC, CDC y PNV, que pueden convertirse en llave para la gobernabilidad. A priori, ni PP, ni PSOE ni Ciudadanos aceptan abrir ninguna puerta con los partidos independentistas catalanes.

Lo único seguro es que el próximo 19 de julio los nuevos diputados y senadores elegidos este domingo tomarán posesión de sus cargos y, constituidas las Cámaras, el rey iniciará una nueva ronda de consultas. El 26 de julio también deberán estar constituidos los grupos parlamentarios. Todos los partidos se han comprometido a iniciar con mayor celeridad las negociaciones para desencallar la situación de ingobernabilidad. En campaña parece que todos han querido desterrar las reiteradas "líneas rojas" pero, pasado el escrutinio, las posiciones pueden cambiar.

Más expectación por el segundo que por el vencedor

La actividad política ha sido frenética, casi sin descanso, desde la pasada cita electoral de diciembre. Hubo negociaciones fallidas, negociaciones rechazadas, negociaciones no iniciadas, negociaciones cerradas pero estériles y negociaciones dinamitadas. Una vez convocadas las nuevas elecciones, cada partido se recolocó y comenzó una nueva estrategia para ganar o mejorar su posición este 26J.

¿Cómo llegan los partidos a la cita con las urnas?

  • PP, subido a la ola de la encuestas

El PP, que ganó las últimas elecciones con el 28,72% de los votos, llega a la cita subido a la ola favorable de las encuestas. En algunas supera incluso la barrera psicológica del 30%, ya difícil de conseguir en un tablero con cuatro actores principales.

Para que los 'populares' no hagan las maletas tendrán, por tanto, que pactar. El presidente en funciones y candidato del PP, Mariano Rajoy, no se ha salido en todos estos meses de su guión. Consciente de que el tiempo de los gobiernos en solitario ha acabado, busca la gran coalición con PSOE e invita a sumarse, casi como ofreciéndoles un regalo, a Ciudadanos, innecesarios numéricamente en caso de prosperar la suma de los dos grandes partidos. Toda fórmula de gobierno que no pase por el PP acaba en Podemos, para Rajoy, que ha jugado a ningunear al candidato socialista, Pedro Sánchez, para dar todo el protagonismo como adversario al líder de Podemos, Pablo Iglesias, encantado con su papel de alternativa real.

Con un liderazgo que parece no ser discutido dentro del partido, Rajoy no descarta, si no hay pactos de gobierno, intentar gobernar en minoría en su defensa, siempre, de que gobierne la lista más votada.

El candidato del PP, Mariano Rajoy, durante un mitin.

El candidato del PP, Mariano Rajoy, durante un mitin. EFE

  • PSOE, ante el pavor al posible 'sorpasso'

El PSOE dice "no, gracias" a la oferta de gran coalición del PP. Sánchez ha manifestado su negativa a hacer presidente a Rajoy y a formar parte de ese Ejecutivo a tres. Los socialistas, perseguidos por la palabra 'sorpasso', han luchado contra la polarización impuesta y contra unos sondeos que hablan de socialistas dormidos.

Ferraz, Sánchez y los 'barones' observan con pavor la posibilidad de quedar terceros en las urnas- el 20D obtuvieron el 22,01% de los votos en su peor resultado histórico-. Asusta en el PSOE quedar terceros en número de votos pero aterra que sea también en escaños, lo que sumiría al PSOE en una crisis más que profunda. Ese pánico ha servido para apaciguar las luchas intestinas socialistas que, a buen seguro, despertarían tras este 26J si se da el 'sorpasso' y el PSOE queda relegado a ser bisagra de un gobierno de PP o de Podemos. Papel que Sánchez se niega, ni siquiera, a contemplar.

Con la misma seguridad con la que Sánchez dice que no hará presidente a Rajoy, afirma tajante que no investirá tampoco a Iglesias, lo que le ha valido críticas a izquierda y a derecha por su falta de claridad ante una disyuntiva más que diabólica para el socialismo. Sánchez insiste en la fórmula de sumar lo que él denomina las fuerzas del cambio- PSOE, Ciudadanos y Podemos, por este orden- pero esta es una mezcla de elementos que ya le explotó en las manos en su fallida sesión de investidura y que solo quiere él, puesto que Iglesias y Rivera la rechazan, sin ambages. Y ante los que ven en la posible debacle socialista una salida clara del secretario general, él ya ha dicho que se presentará a la reelección. 'Barones' y, sobre todo, la 'baronesa', Susana Díaz, callan, de momento.

El candidato del PSOE, Pedro Sánchez, en un acto de campaña.

El candidato del PSOE, Pedro Sánchez, en un acto de campaña. EFE

  • Podemos se visualiza como "única alternativa real al PP"

Con el viento de las encuestas de cola, Podemos afronta sus segundas elecciones generales con la posibilidad de convertirse en segunda fuerza política del país. Si lo consiguen será, en parte, gracias a la confluencia electoral configurada con IU. Una alianza que tanto Iglesias como Garzón anuncian irá mucho más allá de este domingo.

Podemos y sus confluencias territoriales consiguieron 69 diputados e IU se quedó en dos, perdiendo en los pasados comicios su grupo propio en el Congreso. Muchos factores- políticos, históricos, programáticos e incluso simbólicos- hacen dificil vaticinar en este caso que la suma de dos más dos sea cuatro, pero lo cierto es que, a juicio de las encuestas, Garzón- que goza de una muy buena percepción pública- ha dado a Iglesias, con peor valoración, una inyección muy positiva en las expectativas de la formación morada de situarse a la cabeza de la izquierda.

Por primera vez en muchos años, IU abandonará el papel de víctima de la Ley D'Hondt, que penalizaba sus votos haciendo que, por ejemplo en diciembre, casi un millón de sufragios se convirtieran solo en dos diputados. La alianza Unidos Podemos opta ahora a sumar diputados en provincias de menor tamaño.

El líder de Podemos se han autoproclamado como el "único partido que puede hacer frente al PP" y, salvo alguna crítica por la indefinición en cuanto a los pactos, solo ha hablado del PSOE para tenderle la mano y formar juntos un gobierno. Tras este domingo, sea cual sea el resultado, ha dicho, ofrecerá al PSOE lo mismo: un gobierno a la valenciana con fuerzas de izquierda, en exclusiva. Esto es, sin Ciudadanos.

Pablo Iglesias y Alberto Garzón dan un mitin juntos.

Pablo Iglesias y Alberto Garzón dan un mitin juntos. EFE

  • Ciudadanos no quiere perder el papel de negociador

Ciudadanos, que repetiría como cuarta fuerza política, está dispuesto a hablar con el PP pero no con Rajoy, aunque no parece mantener una postura clara y duradera en el tiempo a este respecto. Ha pasado de pedir directamente la cabeza de Rajoy a decir que la salida del actual líder del PP no era 'condición sine qua non' para sentarse a hablar. Luego volvió a la idea de que no le va a investir con su voto, para finalmente atreverse incluso a dar nombres con los que sí se entendería: la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes; el vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado; o el presidente autonómico gallego, Alberto Núñez Feijóo. Rivera, incluso, ha llegado a hablar de buscar a un presidente independiente de consenso. Rajoy contesta que no se deja "chantajear" y menos, por el cuarto en discordia.

A pesar de que Rivera siempre ha defendido el acuerdo al que llegó con el PSOE, ha querido poner el contador a cero con los socialistas. A partir del 26J todo puede cambiar y los juegos de equilibrios parlamentarios pueden ser otros.

El principal objetivo de Albert Rivera es mantener ese papel de negociador y hombre de estado que siempre quiere mostrar.

El candidato de Ciudadanos, Albert Rivera, en un acto del partido.

El candidato de Ciudadanos, Albert Rivera, en un acto del partido. EFE

Los indecisos y la abstención, las otras claves

Un 32,4% de votantes no sabía a quien votar en el arranque de la campaña, según el CIS. Este es el colectivo al que los candidatos han trasladado sus principales mensajes en los últimos días. Su decisión final puede dar o quitar escaños más que valiosos.

Tan decisivo es lo que al final hagan los indecisos, como el factor de la abstención. La participación en las generales de 2015 fue del 73,20%, lo que supuso 4,26 puntos más que en 2011. Aunque existe la percepción de que la participación entonces fue alta, en realidad estuvo en la media histórica, situada en el 73,46%. El récord lo ostentan los comicios de 1982, que hicieron presidente al socialista Felipe González, en los que se rozó el 80%.

Según datos facilitados por el Ministerio del Interior, una vez finalizado el plazo para solicitar el voto por correo, las solicitudes para este 26J ascendían a 1.452.988, un 85,5% más que las del 20D. Aunque habrá que esperar al dato total de participación este domingo, el efecto verano, a buen seguro, estará detrás de este sustancial incremento del voto por correo.

Los ciudadanos viven con cierto hastío otra cita electoral. En dos años, el pasado y este, la cifra puede llegar a un total de nueve procesos. En 2015 acudieron a votar, por orden cronológico, a las elecciones andaluzas, a las municipales y autonómicas, a las catalanas y a las generales del 20D. Este año se repiten generales, aún quedan por celebrarse, en otoño, las vascas y gallegas; y la sombra de repetición de las elecciones catalanas está más que presente.

Comunidades y provincias decisivas

En 15 provincias el reparto del último escaño en juego se resolvió el 20D por menos de 5.000 votos. Todo apunta a que en esas plazas la disputa será aún más apretada, aunque el acuerdo entre Podemos e IU ha variado el mapa y amplía a 18 el número de circunscripciones claves en la batalla por solo un puñado de votos: Albacete, Almería, Álava, Ávila, Badajoz, Cáceres, Ciudad Real, Granada, Guadalajara, Jaén, Lérida, Madrid, Málaga, Murcia, Las Palmas, Sevilla, Valencia y Vizcaya.

Las comunidades de Andalucía y Cataluña siempre son decisivas. Entre las dos eligen 108 diputados (61 Andalucía y 47 Cataluña), casi un tercio del Congreso. Madrid (36 escaños), Valencia y Castilla y León (32, cada una), Galicia (23) y Castilla-La Mancha (21) siguen en importancia.

Aunque cada voto cuenta, lo cierto es que, a la vista de los pronósticos y los análisis electorales, votar este día 26 de junio en Andalucía, Aragón o las dos Castillas puede hacer que un escaño cambie de dueño con más facilidad que lo que se espera que ocurra, por ejemplo, en Asturias o Cantabria.

  • Andalucía, decisiva

Andalucía volverá a ser decisiva en estos comicios, y no solo por tratarse de la comunidad que más diputados elige, lo que ya de por si pone el foco en la región, sino porque se espera que allí sea donde más se hagan notar los efectos de que Podemos e IU sumen sus votos.

Algunos sondeos han apuntado, por otro lado, a un posible 'sorpasso' de PP a PSOE en la comunidad en la que los socialistas mandan desde hace más de 30 años. Eso provocaría un terremoto en suelo andaluz y en el suelo de Ferraz, donde Díaz perdería autoridad.

De haber concurrido conjuntamente en diciembre pasado, Unidos Podemos hubiera logrado 4 escaños más en Andalucía (Granada, Jaén, Málaga y Sevilla) en detrimento de PP (2), de PSOE y Ciudadanos. A esas posibles variaciones habría que añadir el caso de Almería, donde el último escaño se decidió por menos de dos mil votos y que, según el CIS, puede cambiar de dueño y pasar del PSOE al PP.

Hasta seis escaños pueden cambiar en Castilla y León, según los pronósticos del CIS y los cálculos de los analistas de los partidos, con lo que esta comunidad será una de las que -tras Andalucía- concentrará más miradas el 26J, además de Aragón, Canarias y Cataluña (pueden bailar 3 en cada una) y Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana y País Vasco, en las que dos escaños pueden cambiar de manos.

Podemos ganó las elecciones de diciembre en el País Vasco y en Cataluña y quiere volver a repetir triunfo este domingo.

  • El 'sorpasso' se juega en las grandes ciudades

En general, los analistas del PSOE hablan de 24 circunscripciones en las que puede bailar algún escaño y en ellas han volcado sus esfuerzos; calculan que se pueden ganar o perder hasta 8 escaños.

Las provincias en las que entienden que se juegan más, según fuentes del partido citadas por Efe, son Jaén, Sevilla, Málaga, Palencia, Burgos, León, Albacete, Lleida, Barcelona, Cáceres, Badajoz, Valencia, Alicante, Pontevedra, Madrid, Baleares y Álava.

En el PSOE creen que la batalla por el "sorpasso" se centrará en las grandes ciudades, por lo que Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza o Málaga serán plazas importantes para defender posiciones frente a Unidos Podemos.

  • PP, a por el voto de C's en una decena de circunscripciones

El PP ha concentrado sus esfuerzos en una decena de circunscripciones en las que consideran que pueden lograr escaño si recuperan los cerca de 300.000 votos que permitieron a Ciudadanos obtener representación en el Congreso.

Así, el PP buscará mejorar en circunscripciones como Alicante, Valencia, Toledo, Almería, Lleida, Ávila, Cáceres o Pontevedra.

Un total de 36,5 millones de personas decidirán este domingo el reparto de escaños, 350 nuevos diputados y 208 senadores, que marcarán el rumbo de la XII legislatura de la democracia.