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Naomi Kawase: "Aunque las sociedades se modernicen, nuestra esencia humana es la misma"

  • Estrena Aguas tranquilas, presentada hace un año en Cannes
  • RTVE.es entrevista a la cineasta japonesa

Por
Tráiler de 'Aguas tranquilas'

FICHA TÉCNICA

Título original: Futatsume no mado

Año: 2014

Duración: 110 min.

País: Japón

Directora: Naomi Kawase

Guion: Naomi Kawase

Reparto :Nijiro Murakami, Jun Yoshinaga, Makiko Watanabe, Hideo Sakaki.

El bosque del luto era hasta hoy la única película estrenada en España de la cineasta japonesa Naomi Kawase (Nara, 1969). Con Aguas tranquilas se abre una nueva oportunidad de contemplar, en pantalla grande, la poética obra de Kawase, articulada entre documentales y ficciones biográficas.

En Aguas tranquilas, Kawase abandona su Nara natal para filmar la Islas Amani, tierra de sus ancestros. Una película sobre ciclos de amor y muerte que entrelaza la historia de una pareja adolescente con la enfermedad terminal una de las madres. El envoltorio, poderoso, bello y hostil., no es solo un decorado sino el mensaje de que la naturaleza es todo. Y que los seres humanos deben relacionarse con la muerte desde esa perspectiva.

Inmersa en la postproducción de su nueva película, Kawase contesta por escrito a RTVE.es. Aguas tranquilas es, de momento, el canto de cisne de Luis Miñarro en el mundo de la coproducción internacional, tras el cierre en febrero de su productora Eddie Saeta (en 2010 obtuvo la Palma de Oro con Tío Boonmee recuerda sus vidas pasadas,  de Apichatpong Weerasethakul).

PREGUNTA.: En Cannes dijiste que "Aguas tranquilas" es tu película más lograda en cuanto a técnica e interpretación de los actores. ¿Por qué?

RESPUESTA.: Esta película fue rodada en una isla llamada Amami. Pasé dos meses y medio en la isla con todo el equipo y los actores y, ayudados por la cultura y naturaleza, fuimos capaces de terminar la película.

Durante la producción, el equipo entero se adaptó al estilo y cultura de la isla. No solo los actores aceptaron este particular estilo de dirección, sino que todos vivimos como isleños. La experiencia fue más que hacer una película.

Además, nos acompañaron una serie de milagro. Fuimos capaces de filmar un tifón real y capturar una belleza en la luna llena como nunca habíamos visto. Así que, para agradecer a los actores, equipo, colaboradores y naturaleza, considero está película mi obra maestra.

P: La película habla sobre cómo la relación amorosa que tienen los padres condiciona y determina las relaciones amorosas de los hijos. ¿Hasta qué punto hablas de tu juventud en Nara? 

R.: Mis padres biológicos se divorciaron antes de que naciera y no crecí con ninguno de los dos. En la película, Kaito, uno de los personajes principales tiene padres divorciados y el otro está a punto de perder a su madre. Para desarrollar piscológicamente estos personajes reflejé mis propias experiencias de niña.

Estoy en los 40 y soy madre, pero todavía puedo verme a mí misma como alguien en el proceso de convertirse en mujer. La madre de Kaito, que vive en las Islas Amami tras divorciarse, tiene su pareja. Puedo entenderla también, como mujer de mi generación que es, y puedo entender que su manera de actuar cause cierto resentimiento y ansiedad en su hijo adolescente. Yo los experimente al saber cómo era mi madre: nunca viví con ella pero se casó 4 veces y tuvo hijos con diferentes maridos. Es una experiencia que me ha ayudado a explorar los sentimientos de Kaito.

P.: ¿Qué es lo que más te fascinó de las Islas Amani?

R.:Mis raíces vienen de las Islas Amami. Mi madre biológica nació y creció allí. Me enteré de este hecho hace solo 10 años. Todavía existe animismo en la isla y la gente venera la naturaleza como parte de su vida diaria. Encontré fascinante y maravilloso que la gente creyera que dios resida en una pequeña piedra o una hoja, y contemplé su modestia al enfrentarse a la todopoderosa presencia de la naturaleza

Para representar algo de su cultura propia, incluí en la película una ceremonia de danza tradicional llamada ‘danza de Agosto’. De algún modo, usando estos elementos que son tradición desde tiempos antiguos, podemos ver la vida moderna desde otra perspectiva, que pensé que podía proporcionarnos algún tipo de pista para solucionar los problemas a los que nos enfrentamos.

P.: En la película, la naturaleza tiene un valor simbólico, casi transcendente y religioso. ¿Qué significado tiene para ti el mar? ¿Y la tormenta?

R.:El montador de la película es francés y me dijo que en su idioma la palabra mar también significa madre. Los humanos venimos del mar. En este sentido, es nuestro hogar y nuestra madre. Sin embargo, no podemos vivir bajo el agua ya, y, en este sentido, el mar representa también ‘la muerte’ para nosotros.

Así que contiene diferentes aspectos y es muy difícil representarlo como un elemento, pero era uno de los desafíos a los que enfrentaba: he tratado de representar la complejidad del mar como reflejo de la complejidad humana.

Respecto al tifón, para mí y muchos de nosotros son amenazas que destruyen muchas cosas, incluso nuestras vidas. Sin embargo, al mismo tiempo, para los isleños son parte de su ciclo vital. Llegan, arrancan árboles viejos, y dejan que la luz solar entre en el bosque para que crezcan nuevas plantas. En este sentido, también son signos de renacer.

P.: La aceptación de la muerte es una de tus obsesiones. ¿Por qué regresas una y otra vez?

R.:Soy humana. Todos hemos nacido y estamos destinados a morir. Siempre que pienso en la vida que llevo, la gente que conozco, mis actos creativos, y lo que dejo para el futuro… siempre situó el tema de la muerte en la base, en la creencia que el acto de explorar y representar la muerte es el acto de explorar y representar la vida.

P.: Muestras el contraste de la Isla de Amami y Tokyo. El Japón rural y urbano. ¿Te encuentras cómoda en los dos?

R.:Para muchos de nosotros, que vivimos en el mundo moderno y estamos acostumbrados al uso constante y muy práctico de la electricidad y agua, sería muy difícil decir que la vida en la naturaleza, sin tanto lujo, es mejor que la que tenemos. Por el contrario, los isleños de la película, incluso aunque vivan con la amenaza de la naturaleza, podemos decir que tienen el lujo de lazos estrechos, ayuda y conexión mutua.

No juzgo qué es mejor. Como se puede ver en la escena que Kaito visita a su padre en Tokio, vivir en una ciudad grande tiene cosas positivas y al contrario sucede lo mismo. Lo que es importante es conocer las diferencias, saber el hecho de que existen diferentes vidas y valores.

P.: ¿Percibes diferente la relación con la muerte de los orientales a las que tienen los occidentales?

R.: Me siento ignorante para hablar de Asia, pero, como la base de la cultura asiática incluye Japón, creo que tenemos ese aspecto de intentar aceptar a los ‘otros’ y no dibujar una línea clara, sino en su lugar, crear un área gris entre las cosas y pensar en rellenarlo.

Por ejemplo, en Japón, tenemos el tradicional arte dramático del Noh, y también el arte del Haiku. Ambos valoran este, por así llamarlo, espacio vacío o ‘nada’ para que los espectadores o lectores lo completen. Sin decirlo todo, pienso que estas formas de expresión tocan esencias universales. Estos valores no casan bien con la racionalidad o la eficiencia que las sociedades modernas promueven. Pero aunque las sociedades se modernicen cada vez más, nuestra esencia humana es la misma. Y eso es lo más imporante, más alla de considerarnos asiáticos, europeos o americanos. Conocer a cada persona que nos encontremos nos llevará más allá de fronteras, colores y culturas.

P.: Has declarado admirar a Víctor Erice. ¿Qué es lo que más admiras de su cine?

R.:En 2011, cuando el terremoto de la región Tohoku y la crisis de central nuclear de Fukushima, lanzamos el proyecto 3.11 A sense of home flims. Pedimos a 21 directores que filmaran un cortometraje de 3 minutos sobre el tema ‘Hogar’. No teníamos dinero pero los 21, entre ellos Víctor Erice, aceptaron. Para el estreno vino desde España hasta mi casa en Nara.

Recuerdo una cosa que me dijo a la luz de la luna: «a los 70 años, mirando atrás a lo que he hecho, no estoy seguro de los motivos por los que he hecho cine... pero entonces, para mantener mi ambición viva, pienso que proporcionar eduación para niños debe mantener esperanza para el futuro».

Lo que llamamos arte a menudo es absorbido por lo que llamamos ‘entretenimiento’, especialmente cuando tratamos de dirigirnos a la masa. Las cosas superficiales tienden a enfatizarse más que las que están por debajo. Vivimos en ese mundo, pero siento mucho respeto por Víctor Erice, que trata de explorar la esencia de las cosas tomándose su tiempo.