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El Roto: "Los humanos somos el Diluvio Universal"

  • El dibujante ha presentado en Madrid 'El libro verde'
  • Muestra su preocupación por la degradación del medio ambiente

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El Roto en el jardín botánico y uno de los dibujos de 'El libro verde'
El Roto en el jardín botánico y uno de los dibujos de 'El libro verde'

Andrés Rábago García (Madrid, 1947)

Historietista, humorista gráfico, guionista, escenógrafo y pintor. De formación autodidacta, en 1968 comienza a publicar viñetas e ilustraciones en revistas como Hermano Lobo, aunque siguió colaborando posteriormente en numerosos medios impresos, como La Estafeta Literaria, La Codorniz, Triunfo, Cuadernos para el Diálogo, El Independiente o Ajoblanco. En 1978 inició su colaboración con revistas de cómic adulto como Tótem, El Jueves, El Cuervo o Madriz y siguió publicando en prensa en medios como Diario 16, Cambio 16, Tiempo, El Periódico de Catalunya, Informaciones, Pueblo o La Hoja del Lunes. En la actualidad publica en el diario El País. Entre sus numerosos premios destaca el Nacional de Ilustración, conseguido en 2012

Andrés Rábago García, más conocido como "El Roto", lleva varios años siendo uno de los mejores analistas de la actualidad a través de sus viñetas diarias en el periódico El País, de las que el mismo hace una recopilación anual. Después de Viñetas para una crisis, Camarón que se duerme (se lo lleva la corriente de opinión) y A cada uno lo suyo llega su nuevo, e imprescindible, recopilatorio: El libro verde (Reservoir Books), en el que expresa su preocupación por la degradación medioambiental y que ha presentado en un lugar idóneo, el Jardín Botánico de Madrid.

“En el libro reflejo la pérdida de sentido de lo sagrado, de la vida, de la naturaleza, que parece que ya sólo tienen un sentido económico y que su degradación es inevitable -asegura-. Usamos el mundo sólo para beneficiarnos, sin importar que comerciemos con la Vida. Y deberíamos preservar esa riqueza a toda costa”.

"Para tener un medio ambiente limpio, lo primero es que nuestras mentes estén limpias, porque la contaminación de esas mentes es lo que produce la contaminación exterior, que es lo que resumo en este libro. Y que también puede verse en la imagen de la portada, un manantial fluyendo en la mente de un hombre que simboliza la relación entre el hombre y la naturaleza y cómo nuestro comportamiento, puede ayudar a salvaguardar o a perjudicar a ese medio ambiente".

“La Biblia nos amenaza con el Diluvio Universal, pero nosotros, la especie humana, somos ese Diluvio”.

Tenemos que ser concientes del problema

“Para evitarlo esa degradación del planeta -continúa El Roto- lo primero y más importante es tomar conciencia de la situación, porque parece que estamos dormidos o pendientes de cosas como los móviles. Nos pasamos la vida tecleando juegos y otras cosas mientras nos perdemos lo que nos rodea, lo que está pasando en el mundo. Hay que tomar conciencia de verdad, de dónde estamos y de dónde queremos estar”.

"Somos inconscientes de en qué se sustenta la artificialidad de nuestra vida actual, de la tecnología -afirma Andrés-. De lo que realmente son las raíces de la vida. Parece que sufrimos una hipnosis colectiva que nos impide contemplar la naturaleza en su inmensidad y su belleza”.

“A veces nos quejamos de la degradación del mundo pero no hacemos nada para cambiarlo. Y es un error porque, como comentaba, nosotros creamos la realidad que nos rodea, somos coautores y responsables de esa realidad. Y tenemos que empezar a reaccionar”.

El Roto confiesa que “Me preocupa mucho el tema del agua, al que dedico muchas viñetas en este libro. Incluso monté una exposición en Zaragoza. Por ejemplo, me encanta mirar a los peces y antes estaban en cualquier río. Pero actualmente casi han desaparecido de nuestros ríos y parece que a nadie le importa. Y a mí me parece un tema de una gravedad infinita. Como el tema de la posible privatización del Canal de Isabel Segunda. Yo he ido a alguna manifestación en contra y éramos ochenta personas. ¿Cómo es posible?".

“También me fijo en los árboles de Madrid -continúa-, y he comprobado que todos tienen tumores, menos los plátanos. No sé por qué será, posiblemente por las malas talas, pero da pena verlos”.

Poeta del humor reflexivo

El Roto, al que casí podríamos definir como el poeta del humor reflexivo, vuelve a demostrarnos su maestria para reflejar el mundo que nos rodea con ironía y, sobre todo, para hacernos reflexionar: "Lo que intento es que los dibujos tengan riqueza plástica y varias lecturas, que sean poesía y arte, aparte del componente reflexivo y satírico".

"Además -continúa Andrés- El libro verde pretende ser un libro de Santos, con imágenes que enriquezcan el mensaje y que, a la vez tengan una calidad, una plasticidad que considero mi marca. Para que no sean algo perecedero sino que tengan permanencia más allá de la actualidad".

Pero la contaminación medioambiental no es lo único que preocupa a El Roto: “También la contaminación informativa que dificulta algo tan importante como la capacidad de pensar. No se selecciona la información, algo fundamental de lo que deberían encargarse los medios de comunicación y en lo que han fallado. Nos transmiten tanta información que no son capaces de mantener su credibilidad como instrumentos de comprensión de la realidad”.

Internet tampoco le convence: “Los nuevos medios no tienen credibilidad. No muestran documentos que permanezcan. No son fiables porque no consultan fuentes, y una información que hoy está en Internet mañana puede haber desaparecido sin explicación ni responsables”.

"No me interesa la caricatura"

“Creo que la realidad es algo que hay que interpretar -comenta Rábago-, y la sátira ayuda a esa interpretación. Cuando los que mandan quieren que no entendamos las cosas crean un comité de sabios para que nos hable de lo complicadas que son las cosas. Mientras que la sátira va a la esencia, nos presenta la síntesis de las cosas para que las entendamos mejor. Y eso es lo que intento a través de la combinación de imagen y texto”.

“La sátira es un conglomerado de elementos que refleja la situación social o los hechos, también es un filtro que los deforma para que sean más claros. Intenta presentar lo evidente. Aunque eso es cada día más complicado en un mundo que tiende a embrollarlo todo”.

No me interesa la caricatura -añade El Roto-, cuando hablo de cargos públicos dibujo gente anónima e incluso los coloco de espaldas. Mi interés es reflejar lo que hay detrás de esos políticos, esas oscuras entidades introducidas en personajes públicos para actuar a través de ellos”.

"Intento huir de lo inmediato"

En cuanto a sus dibujos, Andrés asegura que: “Tiene una voluntad de huir de lo inmediato, de un momento concreto y cerrado para que la realidad sea más amplia. Además, intento que los dibujos tengan distintos estratos. Que sean testimonios de una época pero que también tengan una lectura en otros lugares del mundo o en otros momentos”.

“Lo que más suele costarme de las viñetas es la idea, luego la plasmo en el papel y lo más importante es que tenga espontaneidad, que respire”.

“En cuanto al color -continúa El roto-, lo uso muy poco y con sentido, para destacar algún detalle que no sea gratuito. Tampoco me gustan las nuevas tecnologías, prefiero que mis dibujos tengan ese carácter artesanal, de papel y mano”.

"Por ejemplo, los colores digitalizados son mucho más pobres que los colores hechos con pastel, acuarela, lápices de colores. En un solo trazo tienen más variación que todo un despliegue de colores informáticos. A veces uso el color para que los dibujos tengan más presencia”.