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La ciencia de los cuerpos que levitan

  • Los superconductores se suspenden en el aire a temperaturas bajísimas
  • Los que superconduzcan a temperatura ambiente, próxima revolución tecnológica

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Imán levitando sobre un superconductor
Imán levitando sobre un superconductor.

Hay objetos que pueden levitar, quedarse suspendidos en el aire, sin que nada en apariencia lo sustente. Es algo que solo pueden hacer contados materiales denominados superconductores. Esos pocos elegidos, algo menos de la mitad de los metales conocidos, por debajo de una determinada temperatura conducen la electricidad con cero resistencia y están blindados ante los campos magnéticos externos. Son un portento de la naturaleza.

Los científicos han probado a forzar campos magnéticos por un superconductor y han observado que expulsan todas las líneas de campo excepto algunas pocas. El resultado es la levitación controlada del material sobre la superficie que genera el campo magnético (un imán por ejemplo). El superconductor queda anclado levitando por encima o debajo como si de una colchoneta o red invisible se tratara. A su vez es capaz de deslizarse libremente a una distancia determinada de la superficie.

Por ejemplo, el tren maglev de Shanghái utiliza superconductores para levitar sobre los raíles. Gracias a ello no siente fricción contra ellos y puede superar los 430 kilómetros por hora, aunque habitualmente circula a 250 kilómetros por hora. Levita gracias a el material superconductor que requiere una estricta refrigeración con helio líquido a -266 ºC. Esto también es posible gracias a la fortaleza de estos materiales: una fina lámina de 2 milímetros de grosor puede sostener una tonelada de peso.

Kamerling, el descubridor

Fue el físico holandés Heike Kamerling Onnes quien descubrió la superconductividad a principios del siglo XX. En su afán por ahondar en las propiedades de los metales a bajas temperaturas creó los primeros métodos de refrigeración que enfriaban hasta rondar el cero absoluto (-273 grados Kelvin), la temperatura más baja que se puede alcanzar teóricamente (aún nadie ha logrado alcanzarla). Usando sus inventos pudo medir cómo la resistencia del mercurio puro casi desaparecía a bajísima temperatura.

Kamerling presentó sus hallazgos en la primera mítica conferencia Solvay que se celebró en el Hotel Metrópol de Bruselas en 1911. Dos años más tarde recibía el premio Nobel de Física por estos descubrimientos.

La particular manera de gestionar los campos magnéticos de estos materiales la descubrió décadas Walter Meissner en 1933. Hoy en día los científicos trabajan en crear materiales que se comporten como superconductores a temperatura ambiente. Cuando lo logren se producirá la siguiente gran revolución tecnológica.