Enlaces accesibilidad

¿Cómo se inventaron las notas adhesivas?

  • Nacieron a partir de un pegamento creado por casualidad
  • Se introdujo en el mercado estadounidense en 1977 con ventas discretas

Por
Notas adhesivas en un mural
Notas adhesivas en un mural

Hoy no sabríamos qué hacer sin las ubicuas notas de quita y pon. Nos facilitan la organización del papeleo en la oficina y son imprescindibles entre los estudiantes para catalogar los apuntes. La creación de estas notas adhesivas conocidas como Post-it surgió a partir del hallazgo por chiripa de un pegamento.

En 1968 Spencer Silver, químico de los laboratorios estadounidenses 3M, andaba en busca de un pegamento muy fuerte para usar en industria aeroespacial. A pesar de que su intención era la contraria, en uno de sus experimentos desarrolló un pegamento débil hecho de micro esferas acrílicas.

Con él los objetos que quería unir se desprendían con suma facilidad sin dejar residuo. Además, las esferas eran tan resistentes que se podía reutilizar. Pensó en usarlo en pizarras para colocar boletines de noticias que se pudieran cambiar regularmente, como una especie de alternativa al corcho con chinchetas.

Durante cinco años, Silver impartió seminarios en su empresa en la que presentaba entre otras cosas este pegamento lábil.

En 1971, Arthur Fry, otro trabajador del departamento de desarrollo de productos de la compañía 3M, se encontraba como cada sábado en la iglesia presbiteriana a la que pertenecía, en Minnesota. Fry formaba parte del coro y estaba harto de que se le cayeran los papelitos con los que señalaba las lecturas en su libro de cánticos.

Una idea de inspiración divina

Durante el sermón Fry, que había acudido a uno de los seminarios de Silver, se acordó del pegamento que el científico sintetizó años atrás. Pensó que ese adhesivo permanecería allá donde lo colocara, pero a la vez era lo suficientemente lábil para desprenderse de las páginas de su libro sin romperlas.

“El adhesivo provisionalmente permanente”, así lo definió. Él mismo ha bromeado al reconocer que no sabe si se le ocurrió la idea de puro aburrimiento o por inspiración divina.

Cuando llegó el lunes al trabajo puso en práctica su idea. Probó el pegamento y observó que tenía que perfeccionarlo para que cumpliera sin fallos la función lo mejor posible.

Un año y medio después, había mejorado el pegamento y definido el producto. Enseñó su propuesta al departamento de marketing. La idea gustó, pero la cautela se impuso y no fabricaron una gran tirada. En 1977 se introdujo en el mercado bajo el nombre de Post-it, y sus ventas fueron discretas.

Pronto empezaron a regalar muestras y comenzó a calar entre la población. En 1980 ya se vendía en todo Estados Unidos y en 1981 apareció en Europa. Hoy en día estas notas que nacieron amarillas son un elemento fundamental más de cualquier escritorio y se hacen de 62 colores, de las formas y tamaños más diversos. Tantos, que sirven como paleta para hacer obras de arte como este vídeo stop motion del artista Bang-yao Liu: