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Hollande logra la aprobación del pacto fiscal europeo sin necesitar los votos de la oposición

  • Logra 282 votos de su bancada frente a los 274 necesarios
  • Los diputados de derecha han aprobado el texto negociado por Sarkozy
  • 20 socialistas disidentes y diputados verdes y de izquierda votaron en contra

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El presidente francés, François Hollande, ha logrado el apoyo mayoritario de sus propios diputados socialistas en la crucial votación del pacto fiscal impulsado por su predecesor, Nicolás Sarkozy, y la canciller alemana, Ángela Merkel.

En total, 282 diputados de la Asamblea Nacional del bloque que apoya al presidente socialista han votado a favor del tratado de disciplina presupuestaria pese al rechazo que el acuerdo había provocado en la formación y en el propio Hollande durante la campaña electoral.

De esta forma, ha superado los 274 votos que le daban la mayoría por sí mismo sin tener que depender de los votos de la derechista UMP de Sarkozy. En total, 477 diputados de la cámara baja han apoyado el acuerdo europeo, 70 lo han rechazado y 21 se han abstenido.

Con todo, un pequeño pero ruidoso grupo de diputados socialistas -una veintena- ha votado en contra y nueve se han abstenido. De los 17 diputados verdes que están en alianza con los socialistas y de otros partidos de izquierdas, doce han votado en contra y dos se han abstenido.

Hollande ha mostrado su satisfacción por la adopción del tratado yha asegurado que la votación de los diputados le permitirá "avanzar en la reorientación de Europa" que busca desde su llegada al poder.

Oposición de izquierdas

La ratificación del tratado europeo había estado precedida de una gran polémica en el país, por la oposición al mismo de los socios de izquierdas del gubernamental Partido Socialista (PS) y de algunos sectores de la propia formación del presidente Hollande.

El jefe del Estado había prometido durante la campaña electoral que en mayo pasado le llevó al Elíseo que renegociaría el tratado que había acordado su predecesor, el conservador Nicolas Sarkozy, con la canciller alemana, Angela Merkel.

Sin embargo, nada más llegar al poder, Hollande renunció a renegociar el acuerdo, aunque introdujo un pacto complementario sobre el estímulo y el crecimiento económico.

Aquel cambio de actitud fue percibido como una traición en algunos sectores de la izquierda, que pedían oponerse a la ratificación del tratado para obligar al Gobierno francés a renegociarlo.

Hollande ha alabado la labor de negociación del primer ministro, Jean-Marc Ayrault, que "ha permitido a la izquierda votar conjuntamente el tratado".

Ahora, al Senado

El jefe del Gobierno, por su parte, ha indicado que la adopción del texto "no es un fin, es una etapa hacia la reorientación de Europa" que Francia ha emprendido desde que los socialistas llegaron al poder.

El texto debe ahora superar el trámite del Senado, donde comenzará a ser debatido a partir del miércoles. En esa cámara, los socialistas carecen por sí solos de la mayoría suficiente para ratificar el tratado, por lo que necesitarán el apoyo de la oposición conservadora.

Los más activos en su rechazo al tratado fueron los diputados del Frente de Izquierdas, que el pasado día 30 convocaron una manifestación en contra del mismo.

En el seno del PS se había establecido un debate interno, que se saldó por un voto de la dirección a favor del tratado, aunque eso no impidió que veinte diputados votaran en contra.

La creibilidad de las medidas de Hollande está en entredicho pese a haber aprobado el presupuesto más restrictivo de los últimos años, donde contempla un crecimiento del 0,8% del PIB en 2013 que los analistas consideran optimista y que el propio FMI rebajaba el pasado miércoles a un 0,4%.

El presidente francés ha prometido cumplir el tope del Pacto de Estabilidad del 3% de déficit en 2013 pero las malas perspectivas de crecimiento y su decisión de hacer dos tercios del ajuste en aumentos de impuestos y el resto en recorte de gastos ha generado dudas.

El pacto fiscal entra en vigor el próximo 1 de enero o cuando doce de los 17 países de la eurozona lo ratifique, tal y como han hecho ya media docena, incluida Alemania.