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Los islamistas de Mali destrozan una puerta milenaria en una mezquita histórica de Tombuctú

  • Ya han destrozado otras mezquitas sufíes de la zona
  • La UNESCO las considera patrimonio de la humanidad
  • Para los islamistas estos templos, de orígen sufí, reflejan una 'idolatría'

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Los islamistas de Mali destrozan un nuevo santuario en Tombuctú

Los rebeldes islamistas del grupo Ansar Dine de Mali han destrozado este lunes la puerta de una mezquita del siglo XV en Tombuctú, desafiando así las creencias de la población de que esa mezquita debería permanecer cerrada hasta el fin del mundo, y han hecho caso omiso a los llamamientos internacionales para detener la destrucción de estos templos sagrados que emprendieron el pasado sábado y que están considerados por la UNESCO  partrimonio de la humanidad.

Este es ya el tercer día consecutivo de ataques de este grupo islamista contra monumentos religiosos e históricos, en unos comportamientos que la UNESCO ha calificado de “destrucción sin sentido”. Los islamistas han arremetido esta vez contra la histórica Mezquita de Sidi Yahya, tratando de borrar así lo que el grupo fundamentalista considera idolatría.

"En la leyenda se dice que la puerta principal de la mezquita de Sidi Yahya, no se abrirá hasta el último día (del mundo)", ha dicho Alpha Abdoulahi, el imán de la ciudad, a Reuters por teléfono.

Sin embargo, ocho combatientes islamistas han roto la puerta de la mezquita durante este lunes, ‘argumentando’ que querían "destruir el misterio" de la antigua entrada, ha añadido el religioso. "Me ofrecieron 50.000 francos CFA (100 dólares) para las reparaciones, pero me negué a tomar el dinero, apuntándoles que lo que hicieron es irreparable", apunta la misma agencia.

"Siento un profundo dolor" ha comentado Hamady Cissé a Efe, un habitante de esta ciudad.

Patrimonio de la humanidad en peligro

Los islamistas del grupo Ansar Dine, una organización vinculada con Al Qaeda, han asegurado que estos santuarios de siglos de antigüedad es una expresión de la versión local sufí del Islam en Tombuctú, a quienes consideran son idólatras. Hasta el momento han destruido al menos ocho de los 16 mausoleos de la ciudad, junto con una serie de tumbas.

Debido a estas circunstancias y a las continuas agresiones contra los monumentos históricos de Tombuctú, la UNESCO decidió el pasado 28 de junio inscribir los monumentos de Tombuctú en la lista del patrimonio mundial en peligro. La agencia de las Naciones Unidas para la cultura exigió este sábado que se detenga de inmediato a la destrucción de tres tumbas musulmanas sagradas, especialmente, el mausoleo del santo Sidi Mahmud  y Sidi Moctac en Tombuctú , protagonizados por hombres armados de Ansar al Din.

Sin embargo, según informa Afp, un  portavoz del grupo Ansar Dine, Sanda Abu Mohame, respondió que los islamistas continuarán con la destrucción. "Vamos a destruir todo antes de que apliquemos la Sharia en esta ciudad", señaló

El estado islámico de Azawad

El movimiento islamista de Ansar Dine es uno de los grupos integristas armados ligados a Al Qaeda por el Magreb Islámico (AQMI) que se implantaron en el norte maliense y tomaron el control de al menos dos de las principales ciudades (Tombuctú y Gao) tras el golpe de estado depuso al presidente Amani Toumani Toure.

El 6 de abril, los rebeldes proclamaron la instauración del Estado islámico de Azawad, sobre un territorio de unos 850.000 kilómetros cuadrados. Tombuctú, bautizada como "la ciudad de los 333 santos", alberga numerosas tumbas y mausoleos dedicados a santones y eruditos, lo que siempre ha suscitado el rechazo de los elementos más rigoristas del islam suní, cuya visión de la religión les lleva a considerar idolatría y herejía cualquier otra forma de culto o adoración que se separe del más estricto monoteísmo.

El gobierno de Malí en la ha condenado los ataques, pero se encuentra impotente para frenarlos después de que su ejército fuera derrotado por los rebeldes en abril. Se sigue luchando por impulsar el retorno al gobierno civil tras del 22 de marzo golpe de Estado que animó el levantamiento rebelde más al norte.

El ex primer ministro maliense y presidente de honor de la asociación de habitantes del norte de Mali, Ousmane Issoufi, ha mostrado también su indignación por lo sucedido y lo calificó de "crimen". "Demasiado, es demasiado. Nunca debimos permitir que esto ocurriera", ha dicho Issoufi a Efe antes de subrayar que es necesario que se tomen medidas firmes contra los asaltantes, a quienes calificó de "terroristas".

Por su parte, la Unión Africana (UA) también ha condenado este lunes la destrucciónde monumentos históricos y religiosos que, según la Corte Penal Internacional (CPI), podría considerarse un crimen de guerra. 

En un comunicado difundido este lunes por la UA, el jefe de la Comisión, Jean Ping, ha expresado su preocupación y condena."El artículo 8 del Estatuto de Roma (por el cual se creó la CPI) dice claramente que el hecho de atacar intencionalmente los edificios dedicados a la religión, a la ciencia, a la acción caritativa, y a los hospitales, es un crimen de guerra", ha aseverado la nueva procuradora de la CPI, Fatou Bensouda.

En declaraciones publicadas por la Agencia de Prensa Senegalesa, Bensouda, que se encuentra en Senegal para una visita de dos días, ha dicho que "los monumentos y edificios atacados son bienes de carácter civil y no objetivos militares". Los santuarios sufíes, una rama mística del Islam, han sido objeto de ataques de los salafistas, no solo en Mali, sino también en países como Egipto o Libia.