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Hollande afronta el 'sudoku' de formar gobierno tras diez años sin ministros socialistas

  • El presidente electo afronta complicados equilibrios internos
  • El 'germanófilo' Aynault, favorito para ser nombrado nuevo primer ministro
  • Los pesos pesados del partido se disputan las principales carteras
  • La paridad y la apertura a jóvenes y otras formaciones condicionan el ejecutivo

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Segolene Royal, junto a los dos favoritos para ser primer ministro, Jean-Marc Ayrault, y Martine Aubry.
Segolene Royal, junto a los dos favoritos para ser primer ministro, Jean-Marc Ayrault, y Martine Aubry.

Un gobierno paritario con menos ministerios pero que incluya nuevos departamentos como Igualdad y los departamentos de Ultramar donde no haya ningún ministro que se mantenga como alcalde ni que haya sido procesado. Que sea fiel a las personas que le han sido de confianza pero que incluya a todas las tendencias del partido. Más aún, que esté abierto a las minorías étnicas y otras formaciones de izquierda sin cuyo apoyo habría sido imprescindible llegar al Elíseo. Y todo cobrando un 30% menos y sometidos a la justicia ordinaria.

Éste es el reto al que se enfrenta desde hace días en la más absoluta discreción el presidente electo de FranciaFrançois Hollande, que se ha mantenido en silencio mientras negocia de manera telefónica los difíciles equilibrios de poder entre el ansia y el nerviosismo de un Partido Socialista que lleva una década sin tocar un ministerio.

Los primeros nombramientos se producirán nada más jurar como presidente este martes y serán sus dos personas de mayor confianza: el secretario general del Elíseo, destinado a ser su 'fontanero' en la sombra, y el primer ministro, su mano derecha.

Primeros nombramientos

Para el primer puesto hay un candidato claro: Pierre-René Lemas, antiguo jefe de gabinete del presidente del Senado, el también socialista Jean-Pierre Bel, y compañero de Hollande en la promoción de 1980 de la prestigiosa Escuela Nacional de Administración (ENA).

Más complicado se presenta el panorama para designar primer ministro, cuyo nombramiento se debería producir entre una ceremonia en el ayuntamiento de París y la marcha de Hollande a Berlín para una primera reunión decisiva con Ángela Merkel.

El indiscutible favorito hace unos días era el líder del grupo socialista en la Asamblea Nacional, Jean-Marc Ayrault, un hombre muy cercano a Hollande (él le puso al frente de los diputados socialistas en 1997 cuando se convirtió en primer secretario del partido).

Ayrault cumple con un primer requisito básico: conoce al dedillo el legislativo francés al ser cargo electo desde hace quince años.  También tiene un importante activo adicional: profesor de alemán, es un conocido 'germanófilo' que puede tener un importante papel en un momento en que las relaciones entre París y Berlín pueden pasar por periodos de tensión debido a sus diferencias sobre el pacto fiscal y la estrategia de crecimiento.

Sin embargo, presenta dos problemas de cara a las propias normas de ejemplaridad que Hollande ha trazado para su gobierno: es alcalde de una ciudad, Nantes, cargo que debería abandonar de acuerdo con lo afirmado por el presidente electo en su debate electoral"Los ministros no deberán acumular un mandato local".

Esta promesa tiene especial valor teniendo en cuenta que en el anterior gobierno, el de François Fillon, una mayoría de ministros tenía también cargo municipal.

La otra 'pega' es aún más grave: en 1997 Ayrault fue condenado a seis meses de prisión conmutables por una multa por un caso de tráfico de influencias. En campaña, el presidente socialista dijo: "No tendré alrededor de mí en el Elíseo a personas juzgadas y condenadas".

Pesos pesados

En el caso de que por estos motivos Hollande decidiese prescindir de su hombre de confianza, los sondeos muestran a otros dos favoritos, ambos rivales de Hollande en las primarias: la primera secretaria del Partido Socialista, Martine Aubry, y su portavoz de campaña, Manuel Valls.

La primera representa el ala izquierda del partido y se considera que tiene sobrada experiencia para ser la inquilina del Palacio de Matignon, sede de la Jefatura de Gobierno. Ya fue número dos del gobierno socialista deLionel Jospin (1997-2002) y fue la impulsora de la polémica jornada laboral de 35 horas.

El problema es que Aubry mantuvo un agrio enfrentamiento con Hollande precisamente por su perfil demasiado 'blando' durante las primarias y, aunque tras la nominación de Hollande le ha respaldado totalmente, sus relaciones con el presidente electo nunca fueron buenas.

La salida digna para Aubry puede ser una de las promesas electorales del líder socialista: la creación de una macroministerio de Educación, Juventud, Deportes y Diversidad que tendría gran protagonismo político y que la convertiría en la número dos del ejecutivo.

En cuanto a Valls, perteneciente precisamente al ala opuesta del partido de Aubry, sería la sorpresa y la entrada de una nueva generación de socialistas, aunque solo le separan ocho años de Hollande.

Eterna promesa del socialismo francés, Valls fue el portavoz de Jospin en Matignon y goza de un gran dominio mediático, por lo que el cargo de portavoz del ejecutivo no es descartable.

Su cartera favorita si no es primer ministro sería la de Interior, ya que cuenta con un discurso "desacomplejado" sobre laicidad, seguridad e inmigración.

Junto con Aubry y Valls el tercer peso pesado del partido que ha cortejado el puesto de primer ministro y que podría tener un cargo importante en el gobierno es Laurent Fabius, ex primer ministro y que está situado para ocupar el jugoso Quai-d'Orsay, la sede del Ministerio de Exteriores francés.

Fabius es otro de los 'enemigos íntimos' de Hollande, con el que mantuvo incluso un enfrentamiento abierto en 2005 con el referéndum de la Constitución europea, del que además salió triunfador tras el 'No' francés que supuso el principio del fin del proyecto de carta magna europea.

El último de estos 'peso pesados' sería otro candidato de las primarias, el 'altermundista' Arnaud Montebourg, que por sus planteamientos podría quedarse con la cartera de Industria, aunque como reputado abogado tampoco le haría ascos a Justicia, una cartera que corteja claramente el alcalde de París, Bernard Delanöe.

Los 'hollandistas'

"La razón primará sobre el corazón en favor de interés general", señalaba Hollande en campaña sobre la formación de gobierno, en referencia a sus más próximos que podrían quedarse fuera del gobierno en favor de los equilibrios internos.

Uno de los que puede ser sacrificado es Pierre Moscovici, director de la campaña y a la cabeza del equipo de transición, que los medios franceses consideran que está fuera de la carrera por ser primer ministro, su primera opción.

También tiene difícil su premio de consolación, ser ministro de Exteriores -ya fue ministro de Asuntos Europeos en la época de Jospin- y ya ha estado haciendo su particular recorrido por las cancillerías europeas en nombre de Hollande, manteniendo también contactos con las autoridades alemanas.

De tener éxito en su operación, se sospecha que Fabius sería desplazado a Defensa, una cartera de la que resultaría desplazado otro 'hollandista', el presidente de la región de Bretaña y amigo de Hollande desde hace treinta años, el discreto Jean-Yves Le Drian.

Mejor le puede ir a otro compañero en la ENA de Hollande, Michel Sapin, que ha estado al frente de su programa económico y que suena como el principal favorito para Bercy, la sede del Ministerio de Economía, un puesto que asimismo corteja Moscovici.

Con todo, también podría ser dejado de lado y ocupar un puesto de asesor de Hollande en el Elíseo en favor de algún 'fichaje' estrella que tranquilizase a los mercados, como el presidente de la Organización Mundial de Comercio, Pascal Lamy.

Otros dos próximos a Hollande cortejan puesto ministerial. Su número dos en el Partido Socialista y actual jefe de filas de los socialistas en el Senado, François Rebdamen -también alcalde de Dijon-, que podría quedarse sin Interior si Valls es recompensado con esta cartera, y el eurodiputado Stephane De Foll, jefe de gabinete de Hollande cuando estaba al frente de los socialistas y su director de campaña durante las primarias, que podría hacerse con la cartera de Agricultura.

Paridad, juventud e integración

A estos dos grupos de ministros habría que incorporar un criterio más a tener en cuenta: el de la paridad prometida por Hollande. En un "off" Hollande confesaba que "lo más comlicado por la paridad no es encontrar mujeres sino descartar hombres competentes".

Más allá de Aubry, las ministrables más nombradas son Marisol Touraine -hija del sociólogo Alain Touraine- para Asuntos Sociales, así como Valèrie Fourneyron, alcaldesa de Rouen y especialista en medicina deportiva para Deportes o Sanidad.

Junto a ellas, una serie de jóvenes dirigentes que han destacado como portavoces de Hollande y que, curiosamente, están vinculadas de una u otra manera con su ex pareja, Segolene Royal.

Se trata de Aurelie Filippetti, antigua militantes de Los Verdes que hizo campaña por Royal en 2007 y que se ha encargado de los temas de Cultura de la campaña de Hollande.

Una de sus contrincantes para la cartera de Cultura y Comunicación es Fleur Pellerin, responsable de Nuevas Tecnologías y licenciada en la ENA que cuenta además con un pedigrí extra: su origen asiático, ya que es una surcoreana que fue adoptada por una familia francesa con cinco años.

Otras dos jóvenes dirigentes pueden tener su papel en el gobierno: Najat Vallaud-Belkacem,  de origen marroquí, concejal de Lyon y portavoz de Segolene Royal en 2007, que suena para la cartera de Igualdad, prometida por Hollande, y Delphine Batho, de nuevo también próxima a Royal que es experta en temas de seguridad y que ha actuado como portavoz habitual del presidente.

Apertura y una última petición

La tarea de la paridad también puede ser conseguida por Hollande gracias a la apertura a otras fuerzas de izquierda en el Gobierno.

El caso más evidente es el de Los Verdes, cuya líder, Cécile Duflot, ha renunciado a su cargo en vistas a la cartera de Ecología y Medio Ambiente, para la que es máxima favorita, aunque sin descartar que la candidata de este partido, Eva Joly, quiera ocupar la cartera de Justicia.

Otros que buscarán su cartera serán los radicales de izquierda. Su candidata en 2002, Christiane Taubira, diputada de Guyana, podría suponer también una ayuda para cumplir los criterios de integración e igualdad aunque el líder de este partido, Jean-Michel Baylet, busca por fin su cartera, que podría ser Defensa.

Por último, una petición a la que Hollande difícilmente podrá negarse, aunque sea por razones sentimentales: su ex pareja y madre de sus cuatro hijos, Segolene Royal, se ha postulado para ser la próxima presidenta de la Asamblea Nacional, autodescartándose para cualquier tarea ministerial. Por ahora, nadie parece que pueda arrebatarle el puesto si los socialistas se hacen con las legislativas de junio.