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"Sospechábamos que la situación del crucero era más grave de lo que nos decían por megafonía"

  • Una hora después de empezar a escorarse, seguían diciendo que no era grave
  • "Había mucha desorganización en la evacuación", según los pasajeros

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"Una hora después de que empezara a escorarse el barco, ya sospechábamos que era más grave de lo que nos estaban comunicando por megafonía", se queja en RNE Alejandro Míguez, un español que estaba a bordo del buque crucero 'Costa Concordia' que encalló la noche del sábado frente a la isla de Giglio, en Italia.

Tanto las primeras pesquisas como los testimonios de los supervivientes del naufragio apuntan a que el accidente se debió a un error humano. Pero, para los pasajeros lo más grave de la tragedia fue la impericia de la tripulación en gestionar la emergencia.

"Hubo mucha desorganización e incertidumbre", explica Mínguez. "El barco estaba totalmente escorado, pero por megafonía insistían en que no pasaba nada, que era un fallo eléctrico y que la tripulación estaba haciendo todo lo posible para subsanarlo. Pero, ¿cómo iba a pasar eso por un simple fallo eléctrico?", se preguntaba este turista español ante los micrófonos de RNE.

"Mi mujer y yo, junto a otras 35 personas, estuvimos como una hora  colgados en una embarcación neumática sin remo ni motor porque eran  incapaces de subirnos o de bajarnos. Quedamos enganchados al barco. Al  cabo de de la segunda hora, conseguimos salir por nuestro propio pie al  barco", relata Mínguez al programa.

El caos de la evacuación

David, otro de los supervivientes españoles, también denuncia el caos de la evacuación. "No sabíamos cuál era la salida real,  nadie nos dio la orden de que se iba a evacuar, todo era ir adivinando qué iba a pasar después", explica el joven en el programa 'La Mañana de la 1' de TVE.

La mañana de La 1 - Supervivientes del crucero en Italia

El impacto del barco contra una roca en la costa toscana se produjo a las 21.45 de la noche del sábado, cuando la mayoría del pasaje se encontraba cenando.  Carlos Carballa, era otro de los españoles que estaban en uno de los cinco restaurantes del buque, y que pudo salir con vida.

"Se empezaron a caer los platos y yo subí hasta la cubierta a ver qué pasa. Al capitán yo no lo ví en ningún momento. Casi nadie lo vio. Era la tripulación la que debía estar allí, pero los que a mí me ayudaron a salir fueron camareros, cocineros, personal de servicio, pero no la tripulación", asegura también en 'La mañana de la 1'.

Sin simulacro

Carballa recuerda que le pareció "increíble" que el barco se encontrara tan cerca de la costa. "Parecía imposible que un barco de tal envergadura estuviera a un kilómetro o menos de la isla", pero lo cierto es que el buque encalló a menos de tres millas de la isla de Giglio, la distancia mínima a la que suelen acercarse los cruceros.

El día de antes de la tragedia, relata Carballa, la tripulación aseguró a los pasajeros que el 'Costa Concordia' estaba dotado de la tecnología más moderna y "que no se podía hundir ni incendiar".

Sin embargo,  en ningún momento realizaron un simulacro de evacuación. "El día que llegamos solo nos pusieron un vídeo. Como en todos los puertos subían pasajeros, el simulacro estaba previsto para el día en que llegáramos a Savona. En nuestro caso, esto se producía el último día del crucero, por lo que no estábamos preparados para lo que ocurrió", insiste Mínguez.